CAPITULO 2

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Desperté al día siguiente con una emoción muy grande de ir a la escuela, entonces tomé mi celular y ví que tenía un mensaje nuevo, así que decidí leerlo y esto decía:

Buenos días, lista para vernos?

Me quedé pensando en quién podría haberme mandado ese mensaje. Será de Will? No lo creo, no recuerdo haberle dado mi número de celular, o tal vez se lo pidió a Alice.

Y si en realidad me quiere?... No, no me quiere, solo me habló para que no hiciera el ridículo siento la torpe chica nueva.

Al igual que la mañana anterior, tomé el bus pero esta vez no estaba Alice y tuve que irme yo sola en otro camión que olía a trasero de anciana, que obviamente era uno totalmente distinto al denla vez pasada, probablemente fué por eso que Alice esperaría el camión de las 7:15.

Cuando llegué a la escuela lo primero que ví fue a Linda, otra chica de mi clase me saludó y entramos juntas al salón de clases, busqué el mismo lugar de el día anterior pero por mala suerte lo estaba ocupando Bruno, un amigo de Will.

- Hola preciosa- dijo Bruno acariciando mi brazo.

- Que haces? - Le dije apartando su mano de mí.

- Te molesta?

- Sí!! un poco.- Le dije molesta.

-Oye, déjala en paz!- contestó Will inmediatamente.

Cuando escuché esas palabras supe que era él, me quedó muy presente su voz ayer cuando conversabamos en la hora de descanso y en ese momento pensé: Mi Romeo!... sí, así de cursi como suena.

Entonces me dí la vuelta y sí, era él, llevaba puesta un suéter color azul que combinaba con el uniforme, unos tenis deportivos y con los ojos igual de perfectos como cuando lo conocí.

Me dí cuenta que era el chico perfecto con quien podría salir.

-Gracias Will, pero no era necesario, yo sé perfectamente bien cómo defenderme.- Dije muy segura de mí misma.

- Sí, se nota. - Dijo Will mientras yo me volvía a sentir torpe.

- Perdón, no sé lo que dije. - Dije y sonreí.

Él tambien sonrió.

- Anda, sientate.

- Pero ya no hay lugar, es decir, todos ya están ocupados. -Dije desepcionada.

- No importa si no te sientas hoy cerca de mí, de todos modos nos veremos en el receso, verdad?

...Morí...

En verdad quería pasar tiempo conmigo, o era solo un sueño?

Probablemente esto era como un cuento de hadas y yo estaba soñando, pero no era así.

Intenté contestarle pero no pude, los nervios volvieron a ganarme una vez más. Mientras más me hablaba, más actuaba como tonta.

- Claro!- Dije.

Al fín pude contestarle sin ningún tipo de miedo y él solo guiñó el ojo y se fue a sentar al igual que yo lo hice.

Cuando sonó el timbre me quedé un rato afuera del aula a esperarlo y él salió por el otro lado con su grupo de amigos.

Me sentí totalmente rechazada por él, quizás fué mi sonrisa paralizada la que hizo que cambiara de desición y se fuera con sus amigos.

La única opción que me quedaba era sentarme con Alice, pero no la había visto por ningún lado, nisiquiera en el salón de clases, estaba tan concentrada en Will que me olvidé completamente del mundo entero.

Cuando menos lo pensé estaba ella detras de mí tratando de sacarme un susto miestras estuviera distraída.

- Iba a asustarte- Dijo Alice desanimada y luego sonrió.

- Ya lo sé, qué tal! No te había visto, donde te habías metido?- dije preocupada de que le hubiera pasado algo.

- Estaba preparandote una sorpresa, cuando la veas te encantará.

- Genial, gracias Alice! - dije despreocupada y pensando qué tipo de regalo sería.

Nos fuimos caminando las dos a las bancas para platicar un rato.

En eso sentí a alguien detras de mí que tenía las manos sobre mis hombros y con una dulce voz me decia...

- No me esperaste Diana.

Era Will de quien se trataba, estaba justo atrás de mi y cuando dí la vuelta para verlo lo primero que ví fueron dus perfectos ojos que me dejaban sin pensamiento alguno, mi mente se ponía en blanco y mi corazón palpitaba cada vez más rápido.

- Lo siento mucho Will, esque no me dí cuenta cuando saliste del aula.

- Ya, no te preocupes, todo está bien.

De pronto sus amigos se iban acercando más y más para hablar con él, y mientras platicaban me quedaba como una tonta babeando por su acento britanico tan perfecto y sexy, no podía mentir, era demasiado para mi cerebro.

- "Cuenta borreguitos! voltea para otro lado, mira que bonito el sol! es verde... o café" - Pensé. En esos momentos mi cerebro no daba para mucho, como lo pueden notar soy bastante torpe.

No quería que fuera tan notorio mi gusto por él, aunque era obvio que toda la escuela lo había notado por la razón de que todo el día estuvieramos juntos.

- Nueva parejita?- Dijo uno de sus amigos dirigiendose a él.

-No, solo amigos- Le contestó Will no muy seguro de su respuesta.

- Te gusta la chica verdad?

- Pues me parece bastante atractiva - Dijo Will sonrojado.

- Y no piensas hcer nada al respecto?

- Aún no, apenas y la conocí.

Pude leerle los labios, pude captar que la platica se trataba de mí, estaba segura de que me quería pero no podía apresurarse a tener algo serio conmigo.

Salí de la escuela y llegué a mi casa a dormir de lo cansada que estaba, desperté como a las 3 a.m. con un dolor inmenso de cabeza y de estomago, era tan fuerte que comencé a vomitar y vomitar y vomitar hasta que ya no pude más.

Mi mamá nunca notó que había despertado en la madrugada y cuando dieron las 5 a.m. fuí a su habitación a avisarle que me sentía mal pero no estaba ahí, sinó que estaba en la cocina platicando con Philip, mi hermano, sobre un problema que tenía con su novia ¿Que tan grande podría ser el problema como para estar despiertos a las 5 de la mañana? No le tomé tanta importancia que tuviera platica cerrada con mi mamá asi que entré.

- Mamá, no me siento bien.

-Puedes faltar a clases.

¿Así de facil? Ni siquiera le importó que tenía, si estaba grave o si en un instante podía morir, bueno no tan exagerado.

- Está bien mamá- Dije y salí corriendo al baño lo más que pude porque mis ganas de vomitar volvieron.

Despues de salir del baño me recosté en mi cama por unos minutos y en un instante me quedé totalmente dormida.

Cuando desperté en lo primero que pensé fue en Will. ¿Se habría dado cuenta de mi ausencia? Tantas cosas pasaban por mi mente que cada vez más me confundían.

Miré hacia la ventana que está a unos pasos de mi cama recordando (como a diario lo hacía) el primer día que lo ví.

Estupido día, no lo puedo sacar de mi mente, todo sucedió por estar sola, pero de ahí surgió algo bueno, ahora somos amigos y eso me hace muy felíz.

Por siempre en mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora