CAPITULO 7

93 4 0
                                    

Conversamos por un pequeño tiempo, en realidad no quería dormir, quería seguir despierta viendo sus perfectos ojos y conversando con él hasta que amaneciera, pero por la hora que era ya tendríamos que dormir. Además mi madre llegaría a casa temprano y no me encontraría ahi, así que tendría que madrugar.

-¿En donde te gustaría dormir?- me preguntó

-¿Ya tienes sueño?

-No, solo era una pregunta, puedes dormir en esa cama- dijo apuntando a la cama que estaba enseguida de la suya- o puedes dormir conmigo

-¿Contigo?¿En tu cama?

-Sí, digo si quieres

-Me parece bien- dije un poquito nerviosa

Justo en eso nos sentamos los dos en la cama con los pies encima de ésta. Comenzamos a hablar preguntandonos cosas sobre nosotros, intereses, gustos, y cosas así.

-Cuéntame de tí- me dijo

-¿Qué quieres que te diga?- pregunté

-Lo que sea, ¿Qué haces en tus tiempos libres?- dijo pareciendo ser que fué lo primero que llegó a si mente

-Me gusta cantar- le confesé

-¿Enserio? Yo toco la guitarra- me dijo emocionado

-No sabía eso de tí

-Ni yo de tí, ¿Te gustaría que toque una pieza y tú cantes?

-No ahora, no estoy preparada

-Anda, no seas así- dijo y dio me dió un pequeño golpecillo en mi brazo derecho

-Después, lo prometo- le contesté rodeando los ojos con una sonrisa

-Ya estás- guiñó- ¿Entonces que quieres hacer?

-No lo sé- dije levantandome de la cama sin voltearlo a ver- ya estoy cansada, la verdad, ya quiero dormir

-Está bien, perfecto- dijo y se levantó también de la cama

Comenzó a destender su cama que por cierto era bastante comoda, tanto así que pudieras dormir en ella por horas y horas y nunca despertar.

Dejé mi calzado que llevaba puesto justo enseguida de su gran closet y me acosté en su cama tal y como él me lo había pedido. Justo después él se acostó del lado derecho de la cama a solo unos centímetros de distancia de mí, y eso me aterraba un poco, mi cerebro no estaba al 100, quiero decir que mi mente estaba totalmente viajando en un mundo lejano de la sociedad y no me daba cuenta exactamente de lo que estaba pasando, ¿Y qué estaba pasando realmente? Will, eso era lo que pasaba, estaba con él, yo, Diana Crawford estaba con el chico que había soñado que sería mio desde que lo ví por primera vez.

Como a la mitad de la noche, ya que estabamos durmiendo, pude escuchar algo de lluvia resbalando por la ventana de la habitación y alguno que otro relampago. Abrí los ojos de manera que me sorprendí por la cantidad de aire que estaba corriendo fuera de la casa, entonces me levanté y me asomé por la ventana para observar.

Sentí de repente una mano en mi cintura, y cuando me giré ví a Will con la vista en la ventana. Apenas podía verlo, pues aún era de noche y estaba obscuro.

-¿No piensas volver a la cama?- dijo con una voz ronca, la típica voz de un hombre cuando recién se levanta

-En eso estaba

-Anda, si no duermes ahora, en el día te dará sueño

-En un minuto, no te preocupes- dije y el se acercó más para poder besar mi frente despacio y cariñosamente haciendome sonreír como una tonta

-Está bien, pero espera aquí, iré por algo de agua- dijo y salió de la habitación

Otra vez estuve sola, entonces me tomé un tiempo para ver las cosas que tenía ocultas en su habitación, y una de esas era una libreta grande llena de letras de canciones escritas por el, lo supe porque al final de cada canción estaba escrito su nombre, aparte de guitarrista era escritor.

-Qué maravilla!- se me escapó la expresión de mis labios. Estaba realmente sorprendida con lo que el chico podía hacer

Pude leer una llamada "Corazón Destrozado". Hablaba de la chica con la que estuvo antes y cómo le hizo daño dejandole el corazón destrozado. En verdad estaba muy llegadora y te hacía que te metieras en la canción al igual que el chico que sufrió por un amor.

-¿Todo bien, Diana?- preguntó y dí un salto del susto que me había dado

-Sí, perfecto- dije escondiendo la libreta detrás de mí

-¿Qué me estas ocultando?- dijo tratando de alcanzar lo que tenía oculto a mis espaldas

-Nada, es decir, sí, nada... diablos

-¿De dónde la sacaste?- dijo cuando pude mostrarle lo que tenía en mis manos

-Lo encontré, por ahí, creo

-¿En mi cajón?- dijo y alzó una ceja

-Sí, mira, lo siento, esque tenía la curiosidad de ver tus cosas

-No pasa nada linda, algún día tenías que saber que soy compositor- dijo mostrando una dulce sonrisa. Oh Will no hagas eso que me vuelvo loca, pensé

-¿Y desde cuando escribes?- pregunté muy interesada caminando hacia su cama

-Desde que tengo 10 años, cuando empecé a tomar clases de guitarra y pude aprender bien, comencé a escribir, lo hacía diariamente, como un pasatiempo y eso me encantaba

-Wow, que increíble

-Y... ¿Te gustaría escucharme cantar?

-¿También cantas?-pregunté sorprendida

-Sí, no por algo hago canciones y toco la guitarra- dijo obvio

-Es verdad, soy muy estúpida

-¿Podrían hacerme el favor de cerrar la boca?- Escuchamos detrás de nosotros, se trataba de la madrastra de Will. Realmente estaba furiosa- Ya es tarde como para que anden con sus cosas

-No estamos haciendo nada malo- le dijo Will

-Lo sentimos mucho, señora, enseguida dormiremos- le dije con amabilidad a la señora

-Más les vale- dijo y cerró de golpe la puerta

Cielos, sí que estaba de mal humor, bueno, siempre lo estaba, como me había dicho Will, era la persona más detestante del planeta

-Diana, perdón si mi madre te hace sentir mal, en realidad ella siempre es así, no le tomes importancia a lo que te diga- dijo Will

-Ya sabes que no pasa nada, me acostumbraré

-Bien...

-Sí...

(Silencio incomodo)

-Umm... Ya hay que dormir

-Ok, sinó tu madre nos matará- le dije bromeando

-Ya lo creo

Caminamos juntos hacia la cama de nuevo, apagamos la luz que había prendido antes de encontrar su libreta y nos acostamos. Sentí su brazo rodeando mi cintura y en eso se quedó completamente dormido.

-Dulces sueños Will...

Por siempre en mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora