I PARTE

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Su estilo de vida cambió al enterarse que existía alguien formándose dentro de su novio. Un brote de ambos que no tenían en absoluta idea.
Todo inició con los típicos síntomas de vómitos y mareos que presenció Gulf. En su primera estancia pensaron que era producto de comida caducada o el hecho de ser pesada, pensaron que con algunos días de reposo podría mejorarse pero no hubo mejoría alguna. Gulf estuvo tres días seguidos en cama siendo atendido por el propio Mew y sin recurrir a algún doctor aún. Gulf no estaba dispuesto a pagar millonadas por un doctor para que solo le recete pastillas para evitar los mareos y los vómitos.
Su preocupación incrementó cuando aún Gulf no podía ni levantarse de la cama y se quejaba de dolores en su vientre. Decidieron recurrir a la clínica junto a un doctor de confianza de ambos. Le realizó algunos exámenes como muestras de sangre a Gulf, a la vez de un cuestionario preguntándoles si se habían cuidado al momento de tener relaciones. Claramente Gulf se abochornó debido al nivel de Pregunta y considerando lo infantil que era. Lo negó, pues el menor aborrecía usar protección porque "No quiero sentir un látex" era su excusa perfecta para que Mew no usara condón.

Luego de algunos días había recibido sus resultados mediante un correo. No se trataba de una bacteria en su estómago, ni de comida pesada o caducada como lo había pensado. Era alguien formándose en el vientre de su novio. Esperaba todo, menos aquello. La noticia le había golpeado en pleno trabajo luego de revisar su correo por mera curiosidad. El resto del día se la pasó tamborileando sus dedos en su escritorio una y otra vez pensando qué haría o qué le diría a Gulf llegando a casa, tal vez el menor aún no sepa la noticia ya que no había recibido ninguna llamada de su parte. Estaba aún más nervioso al saber que la noticia debía ser dada por él.

Un bebé no estaba en sus planes, no aún. Tenía todo una carrera por delante y aún había planes en donde sólo Gulf y él figuraban en la lista como conocer otros países, viajar a algún otro continente, hacer cosas de dos. Ni si quiera habían tenido un compromiso a lo grande. Su matrimonio surgió de un momento a otro luego de la descabellada idea de casarse civilmente por parte de Mew al ganarse un anillo a base de caramelo en una feria, por su puesto Gulf estaba dispuesto y siempre abierto a sus locuras de su pareja ya que en eso consistía su relación. Gracias a ello, llevaban dos años de casados y próximamente tres.

Vivían en una casa que había sido comprada con los ahorros de ambos en el centro de la ciudad. La residencia era tranquilo y espaciosa, habían escogido un buen lugar. Quizás es un buen espacio para el futuro bebé, la casa al menos no era un problema ya que tenía todas las comodidades y podría añadirse una habitación más. Contaban con un patio trasero, es más que suficiente.

— Mew, ya pasó una hora desde que terminó tu hora de trabajo — Interrumpió uno de sus colegas de confianza — Siempre te vas a tiempo.

— Gulf está embarazado.

— ¿Cómo? ¿De quién?

— Qué mierda de pregunta es esa, Bright.

— Sólo trató de relajarte — Bramó — Felicidades, serán papás y felicidades a mí también porque seré tío — Se auto abrazó dándose palmadas.

— Cómo quieres que me relaje. Un bebé no estaba en nuestros planes, ni si quiera hemos hablado sobre si queremos uno o no — El pelinegro se colocó de pie guardando sus pertenencias para poder ir a casa.

— Ahora lo están y debes sentarte a hablarlo con Gulf. Vamos, un bebé no es malo — Lo siguió Bright — Les traerá felicidad a su hogar.

— ¿Un bebé? ¿Quién va a tener un bebé?

— Mew, Mew será padre — Respondió el más bajo.

— Muchas felicidades, ¿ya sabes cuál es su sexo? — Preguntó nuevamente Tay.

— Aún no, apenas tiene cuatro semanas de embarazo según el reporte clínico.

Tanto Tay como Bright lo evadieron con preguntas masivas acerca del bebé en su trayecto hacia las afueras de las oficinas. Suficiente era el estrés con los infinitos papeleos que tenía que hacer y sus amigos lo estaban sacando de sus casillas. Su respuesta rotunda era un "no sé" porque realmente no tenía idea. Al despedirse de sus amigos, subió a su auto y manejó directo a casa, sin música de acompañamiento y a lunas cerradas, el único ruido era el aire acondicionado. Su mente estaba fija aún en la noticia que le daría a Gulf. Quizás solo le esté dando vueltas al asunto, si hay bebé entonces hay un bebé, no puede cambiar las cosas. Solo debía aceptar el hecho y vivir con ellos, con el proceso de paternidad, pero qué sabía él acerca de la paternidad. Se preguntaba así mismo si cuidar de un bebé es igual a cuidar a un perro, Chopper es su can hijo, tal vez el cuidado es parecido: darles de comer, jugar con ellos, llevarlos al doctor y limpiar sus necesidades hasta que se eduquen.

Al llegar a casa, bajó con su maletín cargado en su hombro. Suspiró profundamente y colocó la contraseña que abría la puerta de la casa. El olor a comida recién hecha invadió sus fosas nasales.

— ¿Gulf? — Llamó el pelinegro cerrando la puerta tras él.

— ¡En la cocina! — Gritó.

Se encaminó hacia la cocina, no sin antes dejar su maletín en alguna silla de la sala. Su pareja estaba frente al horno cocinando lo que fuese. Rodeó su cintura delicadamente por detrás para no asustarle y depositó un beso en la zona de su nuca.

— ¿Qué huele tan bien, cariño?

Gulf dio media vuelta en su propio sitio observando dulcemente a su pareja. Se paró de puntillas robándole un beso casto en los labios.

— Fideos en salsa blanca y langostinos, tus favoritos.

— ¿A qué se debe el plato?

— A que hoy me pagaron e hice las compras de la semana como normalmente lo hago — Respondió volviendo su atención a la olla con fideos — Ve a cambiarte, ya estará lista la comida.

A orden de Gulf, Mew fue directamente hacia su habitación donde se aseó rápidamente con agua helada, muy inusual en él. Se colocó su pijama y se sentó en el comedor con Gulf a su costado y la comida ya servida. Ambos comieron a gusto e intercambiaron palabras sobre el trayecto de su día y en lo estresante que es su trabajo, Gulf en ningún momento tocó el tema acerca de un bebé, ni de sus resultados de los exámenes médicos. Así se fueron a la cama, luego de que Mew lo tocara sin pudor mientras Gulf lavaba los platos. Dejando el servicio a medio limpiar, el pelinegro lo tomó por las piernas llevándolo a la cama y acostándolo en ella mientras se repartían besos húmedos que mareaban a Gulf.
Sus grandes manos tocaban por debajo de los pantalones del menor escapándose gemidos.

— Mew, Boo — Llamó el azabache acomodando el cabello de su pareja — Boo, espera — El mencionado detuvo sus acciones en sus labios pasando a su cuello — Hoy me enviaban los resultados del examen, ¿los leíste?

Fue como un balde con agua fría para Mew al detenerse en seco, acción que sorprendió a Gulf. El alto se recompuso tomando asiento en la cama y acomodando sus prendas siendo seguido por el ajeno.

— ¿Qué sucede? ¿Los leíste? ¿Es algo malo? ¿Moriré? ¿Es cáncer? ¿Un tumor?, Mew me estás asustando, dímelo.

ESPERO QUE LES GUSTE ESTA ADAPTACION COMO YA SABEN ESTA HISTORIA NO ES MIA ES DE VNSX

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Primerizos || (MEWGULF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora