FINAL VII

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Podría decir que retrocedió un enorme paso, volvieron a su vida de recién casados pero ahora había alguien más que era parte de ellos. Podía sentir como Mew le volvía a mirar con esos ojos de adolescente enamorado, él había cambiado. A veces le sorprendía con regalos pequeños pero muy significantes como llevarle fresas, helado, chocolate y flores. Apreciaba cada detalle de él y en cómo hacía lo posible para que su relación vuelva a construirse y ser la que era hace algunos meses atrás. Ahora también ambos se encargaban de Alexander y por si fuera poco, el pequeño ahora era más calmado. No lloraba tan escandaloso como antes, era un niño sano y risueño que le gustaba dar besos cada que podía y pedir comida abriendo y cerrando la palma de su mano, era el niño de los ojos de Gulf y Mew.

Gulf supo que era hora de volver al trabajo y por el momento realizaba trabajo remoto ya que de ese modo podía estar atento a su pequeño que ahora estaba en sus nueve meses. Podía haber dejar de llorar tanto, pero eso no quitaba lo inquieto que era trasladándose de un lado a otro con ayuda de su caminadora como si estuviera en una maratón. Alexander estaba en la etapa de que cualquier cosa que encontraba se lo llevaba a la boca y lo mordía con sus dos dientes de leche que habían crecido. Ahora que estaba un poco más grande confirmaba que era un copia y pega suyo a excepción de las orejas que había sacado de su esposo.

Su madre se llevaba de paseo a su hijo de vez en cuando junto a su padre. Luego de haberse mudado nuevamente a casa, sus padres se habían encariñado mucho con Alexander tanto así que lo visitaban cada que se les permitía solo para ver al pequeño y engreírlo como juguetes y papillas. Por un lado le gustaba la idea darse un respiro de su pequeño ya que de ese modo podía trabajar sin desconcentrarse en donde está o que está comiendo su hijo. Pensó que podía terminar con el acta que Win le había pedido para en los siguientes dos días. De lo contrario se estaba fundiendo en las sábanas con Mew debajo de su cuerpo y este saltando sobre su polla por tercera vez en el día. Su esposo había llegado más temprano de lo usual, les habían dado el resto del día libre debido a su paga del mes cada quincena. Fue Mew quien dio la iniciativa cargándolo hacia la cama y llenándolo de besos, sería solo una sesión de besos pero el alto empezó a manosearlo y terminó por dejarlo completamente desnudo y bocabajo. Estaba consciente que debía avanzar su labor pero estaba tan caliente que su agujero pedía a gritos ser abusado por el miembro de su esposo cuantas veces sea posible. Tenían la casa sola, debían aprovechar.

Una cuarta ronda se dio cuando las grandes manos de su esposo tomaron su cadera y lo obligaron a acostarse bocarriba y sobre las piernas del mayor. Su culo ardía y se sentía tan pegajoso dentro, Mew le había llenado en múltiples ocasiones y eso le excitaba más. Su pecho se inflaba y la cama rechinaba debido a los movimientos bruscos del pelinegro, sentía que el cualquier momento iba a desmayarse al ver al mayor frente suyo arrodillado y con el cuerpo perlado golpeando un sinfín de veces su próstata. De sus labios provenían gemidos estruendosos que resonaban en la habitación y ello alentaba al pelinegro a acelerar su frenesí. Se sentía como las actrices porno, que, se comportaban tan exageradamente retorciendo sus ojos y tocando sus intimidades. Les daba la razón, así se sentía. Sus vistas se nublaban y solo podía coger sus cabellos y morder sus labios al sentir el cuarto orgasmo del día.

— Eres maravilloso, cariño — La voz de Mew se escuchaba gruesa y agitada al punto de sentir sus vellos erizarse. Aun tratando de reconfortarse pudo jalar al mayor y atraerlo a su costado abrazándolo y recostándose en su pecho. Su corazón latía muy rápido y fuerte.

Luego de algunas horas ambos tomaron un baño evitando dar inicio a otra ronda, de lo contrario, fueron caricias inocentes. Ambos necesitaban un tiempo a solas así fuera el más pequeño en donde puedan disfrutarse y demostrarse el amor físico.

Gulf aún debía terminar con el acta y sus padres ya habían traído de vuelta a casa a su hijo, Mew lo había recibido y de paso saludaba a sus suegros, hacía tiempo que no los veía desde la última vez que fue a su casa ebrio.

— Mew, necesito que cuides a Alexander, necesito terminar con mi trabajo — Pidió el menor colocándose sus anteojos de círculos grandes.

— Debiste usar esos lentes mientras teníamos sexo, te quedan tan bien — Respondió Mew con su hijo en brazos. El más bajo no desperdició ni un segundo en taparle de inmediato las orejas al pequeño.

— No digas esas cosas frente al bebé, podría repetirlas y no quiero que la maestra diga "Señor Kanawut, necesito hablar con usted de Alexander Suppasit".

— No tiene ni un año, apenas dice papá y solo balbucea, está chiquito.

El menor optó por hacer caso omiso a sus plantas y proseguir con su trabajo, su trasero punzaba cada que se sentaba. Mew lo había partido literalmente. Aún con ese dolor punzante, siguió su deber siendo ya de noche, había perdido la noción del tiempo ya que estaba sumamente concentrado en su trabajo. No si quería había oído un solo ruido de su bebé y de Mew y ya le estaba preocupando, pero no quería arruinar su concentración por saber que hacían. Su estómago vibró de hambre por lo que decidió ver la hora, dos de la madrugada. Si que había perdido la noción del tiempo. Se dirigió a la cocina y observó el plato tapado con un mantel. Mew había preparado fideos instantáneos, si bien él no era un as en la cocina, hacía lo que podía. Colocó el tiempo respectivo en el microondas mientras esperaba por su comida.

— ¿Bebé, sigues trabajando?

— ¿Mew? — Con su mirada buscó al mayor, quien entrada a vacía la cocina portando ya su pijama — ¿Alexander está durmiendo? — Recibió un asentimiento de cabeza como respuesta — ¿Te desperté? Ya casi acabo, solo vine a cenar.

Ambos se sentaron uno frente al otro en la mesa de cerámico que era parte de la cocina. Gulf comía despacio debido a lo caliente que estaba su sopa.

— Cada vez te conviertes en un mejor padre. Ya hasta puedes dormir al bebé, son grandes avances — Dejando la cuchara en el plato, dirigió su diestra acunando la mejilla de su esposo y como este se removía similar a un gatito en busca de cariño — Eres un gran padre, Mew.

Ambos se inclinaron hacia adelante para poder rozar sus labios en besos inocentes, apenas tocándose.

— ¿Terminaste de trabajar?

— Aún no, me falta poco.

— Mejor duerme, mañana continúas. Ya es muy tarde — El mayor tomó la mano de su pareja por un costado de la repisa acariciando el dorso con su pulgar.

Gulf negó con la cabeza, pero era imposible cuando el mayor le mimaba hasta arrastrarlo a la cama. Ambos ya estaban en la cama acurrucándose y brindándose calor, Alexander dormía en su cuna que se encontraba al lado de su cama. Mew lo acurrucaba en su pecho gracias a su gran diferencia de proporciones, la espalda de su esposo era ancha al igual que su pecho, se sentía como un huevo en un nido. Sus brazos formados abrazaban su cintura regordeta consecuencia del embarazo.

Si bien su cuerpo había cambiado luego del embarazo. Ahora tenía unas cuantas estrías y sus caderas más anchas de lo normal, sin contar que ahora la piel de su estómago estaba más flácida de lo usual. No se sentía para nada mal al obtener esta nueva apariencia porque Mew siempre le recordaba lo bien que le asentaba ese cambio y en lo sexy que se veía. Él era la razón de su estabilidad emocional y le gustaba en lo bien que lo hacía sentir, repetirle cada mañana lo mucho que lo amaba y lo bien que se vestía.

Mew era perfecto, es perfecto.

Su Mew era más alto que él, su cuerpo lo suficientemente fornido como para causar impacto. Su parte favorita era cuando se desnudaba para él y cuando tomaban un baño junto, el sentir sus grandes manos acariciar su anatomía con el jabón le causaba escalofríos y una sensación enorme de placer.

Mew, Mew, Mew. Era el primer nombre que siempre se le venía a la cabeza. Antes tenía miedo de perder ese sentimiento de amor, pero era increíble como cada día se levantaba con más ganas de amarlo, como la primera vez. Su junto por siempre se estaba cumpliendo porque estaba seguro que el pelinegro le veía con los mismos ojos.

BUENO ESTE SI ES EL FINAL EL DE ENATE ME CONFUNDI PERO GRACIAS A TODOS POR SU APOYO LA HISTORIA LLEGO 1K DE LECTURAS PRONTO REGRESARE CON UNA ADAPTACION NUEVA LXS AMXS🎉🎉😊✴🌠


Primerizos || (MEWGULF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora