XII

29.6K 2K 977
                                    

«¿Será muy tarde para arrepentirme de ir a la boda de Charlotte?».

No, es mi momento de probarme que Matt Phillips no es más que pasado. Hace años que no lo he visto, no sé nada de él y en teoría, él no debería saber nada de mí.

«Piensa en lo molesto que se pondrá cuando vea que llegas junto con Alex».

No debe importarme en lo más mínimo si se molesta o no.

«Llamaré a mi padre».

Él sabrá que decirme, necesito su consejo. Siempre me ha dicho las palabras exactas en el momento justo.

Llevándome una buena cucharada de macarrones a la boca, entra Danna en la cafetería con cara de asesina, la cual se refuerza al notar ocupada nuestra mesa habitual. Efectúo señas con mi brazo extendido en el aire con la esperanza de que me observe por el rabillo de su ojo y se aproxime.

En efecto, capté su atención y camina para acá.

—¿Qué hacen esos dos en nuestra mesa? —pregunta de muy mal humor parándose frente a mí, señalando a Nicolás y Danila.

Ingiero apresurada el trozo de comida que tengo en la boca.

—¿Qué pasó? ¿Estás molesta? —consulto con afecto.

—Discutí con Camilo anoche por una idiotez, pero no importa —resopla—. ¿Tienes noticias de la imprenta? —manifiesta ocupando el asiento a mi lado.

Rendida, comienza a comer su almuerzo.

—Rose me envió por correo electrónico la aprobación —sonrío— prepárate para la próxima reunión, este resultado enloquecerá a Rick don Ideas Locas Hachmann.

—Dios, ¿cómo lo consigue? Siempre se sale con la suya —suspira—. Perdón, no quiero sonar obstinada, de verdad me alegro por la revista, es solo que —se pausa y olfatea con los ojos entrecerrados—, ¿qué estás comiendo, Green?, huele rico.

Observa su sándwich con desánimo. Se nota que mi querida redactora no está teniendo un buen día.

—Macarrones con queso —contesto realizando un gesto en ofrecimiento, pero ella niega con su cabeza.

—Es de las pocas comidas decentes que cocina Alex. Los lunes por la noche cuando está en casa, prepara para los dos. Ayer no llegué a cenar y muy atento los envasó para hoy —explico reanudando el ataque a mi comida.

—Que casualidad que la única comida que no se le rostiza al bombón de Alex es tu favorita —agrega con cierto sarcasmo.

—¿Qué dices? Es una de mis tantas favoritas, y él también cocina pan tostado y huevos revueltos —replico rodando los ojos—. Cambiando de tema, tengo que comentarte cierto evento que te contentará. Necesito un vestido de noche con tacones, más un peinado y maquillaje realizable sin ayuda —planteo consiguiendo que sonría.

—Tú si sabes subirme el ánimo, déjame hojear mi agenda —comenta divertida.

Llevando el dedo índice a su mentón con actitud pensativa muerde su sándwich.

—No, ninguna agenda, no hay tiempo, lo necesito para el próximo sábado. Viajaré a Miami, por la boda de la que te hablé hace como un mes —comunico y sigo comiendo.

—¿La próxima semana? ¿Cómo me lanzas esta bomba? ¿Ahí estará Matt, no? Y no es cualquier vestido el que necesitarás, debes verte impactante —farfulla de manera graciosa observando al vacío.

Vidas de la Gran Manzana ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora