Capítulo once.
Él tomó la lapicera y la miró. Ella lo miraba fijo, como queriendo decirle algo. Él sacó su mirada de ella y se acomodó los anteojos.
- Bueno, te escucho - le habló.
- En primer lugar, gracias por venir Josh. Pensé que no lo harías.
- ¿Por qué? Dijiste que necesitabas mi ayuda, no me cuesta nada hacerlo - dijo él.
- Lo que pasa es que tú eres amigo de Chynthia y Tamira. Y ellas dos no me soportan. Seguro que te han llenado la cabeza en contra mío - dijo Nessa.
- Pues fíjate que no. Jamás me han hablado mal de ti. No les vas, ni les vienes. En especial a Chynthia - dijo mintiendo descaradamente.
Rió para sus adentros al recordar la sarta de barbaridades que su castaña amiga había dicho sobre Nessa.
- Que extraño, todo el mundo me dice lo contrario. En especial de Chynthia. Ella si que me odia con todo su ser. Lo hace desde el jardín de infantes - dijo la pelinegra
Él rió por lo bajo y se acomodó mejor en la silla.
- Bueno, volviendo al tema importante. ¿Cuáles son las materias que tienes que preparar?
- Son solo dos. Economía y Matemáticas - dijo ella risueña.
Josh la miró extrañado. Había algo muy extraño en ella hoy. No lo sabía con exactitud, pero algo le decía que era así.
- Bueno, necesito que consigas un cuaderno. Y que me digas los horarios en lo que puedo verte para explicarte - dijo el .
Nessa sonrió por lo bajo. Y lo miró fijo a los ojos. No se había dado cuenta lo lindo que era. Esos anteojos no dejaban ver bien sus hermosos ojos.
- Podemos empezar cuando quieras, Josh. Tengo todo el tiempo del mundo. Mi madre va a matarme si no apruebo esas materias - dijo ella.
- Está bien, quédate tranquila. Yo te llamo hoy a la tarde, para decirte a que hora nos vemos el lunes. Porque empezaremos desde el lunes. ¿Te parece bien?
- Me parece perfecto - dijo ella sin dejar de sonreír.
- Bueno Nessa, me tengo que ir. Quedé en ayudar a mi padre en unos asuntos de la empresa.
El castaño se puso de pie, y al instante Nessa también lo hizo. Se acercó a él y tomó su mano. Josh la miró extrañado.
- De verdad, muchas gracias. No estoy pasando por un buen momento - dijo mientras su voz se iba apagando y sus ojos se llenaban de lágrimas.
Josh la miró bien. Rápidamente sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo dio. Nessa lo tomó y sonó su nariz para luego soltar unas cuantas lágrimas. Richards la tomó de la mano y la sentó en la silla. Nunca le había gustado que las mujeres lloraran. Era una situación incomoda para él, no sabía como resolverlo.
- ¿Qué sucede Nessa? ¿Te pasó algo malo? - le preguntó arrodillándose frente a ella.
La pelinegra clavo sus ojos en los de él. Y sin pensarlo se tiró a sus brazos para abrazarlo y romper en un actuado llanto.