Capítulo catorce [Segunda parte]
Ella terminó de tragar su comida y lo miró algo nerviosa. Hasta ahora Josh, nunca le había preguntado cosas sobre su vida, sobre su madre. Y todo estaba bien. Pero que pasaría si él supiera lo que es su madre. ¿Acaso cambiaria todo?
Ella no quería que las cosas cambiaran. No quería que el supiera, y no era por vergüenza, era por temor a la no aceptación.
- Mmm, mamá es secretaria - dijo ella nerviosa.
- Pero trabaja de noche - dijo él.
- Si, es por así decirlo una recepcionista en un lugar donde trabajan las 24 horas. Y ella tiene el turno de la noche.
- Oh, ya veo - le dijo. Terminaron de comer.
- ¿Vamos? - le dijo ella.
- Vamos a comprar - dijo divertido y se pusieron de pie para comenzar a caminar.
Él estiró el brazo y le hizo un gesto para que lo tomara. Tamira sonrió y tomó el brazo de su amigo para caminar así. Riendo entraron a una de las tiendas.
Tamira revisaba la ropa mientras Josh estaba detrás de ella, mirando a su alrededor. Creyó sentirse sapo de otro pozo en ese lugar, pero le gustaba. Quería cambiar un poco.
La morena tomó algunos pantalones y unas cuantas remeras lisas y camisas a cuadros. Ropa casual, y moderna. Se dirigieron a los vestidores, la chica abrió uno y le dio el paso a Josh. El castaño entró con un poco de duda.
- Vamos extraño, solo tienes que probarte estas cosas - le dijo la morena y le dio la ropa.
- Te juro que estoy asustado - dijo con cara de preocupado.
- No seas tonto - dijo divertida - Estoy aquí afuera. Cualquier cosa, gritas.
Él rió por lo bajo. Tamira cerró la cortina y se sentó en una silla al frente. Inconscientemente sus pies comenzaron a moverse inquietos. Eso siempre le pasaba cuando estaba preocupada o nerviosa. Se puso a pensar un poco en Chynthia. Su castaña amiga de verdad había estado rara por teléfono. Mordió su labio y tomó su celular, justo comenzó a sonar.
- ¿Hola? - dijo al atender.
- ¿Dónde estas enana? - le preguntó su hermano.
- Hola apestoso. ¿Tienes algo para decirme? - preguntó.
- Si, tengo empleo - dijo por lo bajo. Ella sonrió levemente.
- Lo se, ya fui informada. Y...... ¿Cómo te sientes?
- Es un poco extraño, y me asusta. Ahora tendré que levantarme todos los días a las 8 de la mañana.
- Ya era hora, ¿no crees? - dijo divertida.
La cortina frente a ella se abrió y un despreocupado Josh salió de allí mientras se terminaba de abotonar la camisa.
Por un instante la morena se olvidó de como respirar. Se veía tan, pero tan sexy así. Ese pantalón se amoldaba a sus masculinas piernas y esa camisa encima de una remera lisa lo hacía verse..
- Enana, ¿estas ahí? - le habló su hermano.
- Eh, si, si - dijo ella rápidamente.
- ¿Dónde estas? - le preguntó.
- En el centro comercial - dijo ella.
- ¿Con Chyntia?
- No, con......Josh.
- ¿Qué haces con ese?
- Ronald, tus celos de hermano no son lo mío. Justin es mi amigo y estamos comprando un poco. Así que deja tu roña para otra cosa.
- Sabes que no lo trago, hay algo en él que me molesta.
- Todos los chicos que puedan llegar acercarse a mí, te molestan - dijo ella y se puso de pie.
- Bueno si, pero este ñoño me molesta mucho más.
- No le digas así. No es un ñoño. Es un hombre inteligente, algo que a ti te falta....y mucho.
- ¿Por qué lo defiendes tanto? ¿Acaso te gusta?
- No voy a seguir hablando contigo - dijo sin poder creerlo - Te veo más tarde.
Colgó el teléfono y se acercó a Josh que se miraba fijo al espejo como no muy convencido de lo que tenía puesto. La morena sonrió levemente y acomodó bien el cuello de su camisa.
- ¿Cómo te sientes? - le preguntó ella.
- No lo se - dijo él y se volvió a mirar - ¿Te parece que esto es para mi?
- A mi me gusta como te queda - dijo ella.
El castaño se giró a verla. Miró a su alrededor, y la chica de la caja estaba muy ocupada con otro cliente, tomó la mano de la morena y la jaló hasta dentro del vestidor.Tamira lo miró algo sorprendida.
- ¿Qué haces? - le preguntó.
- Ya no puedo Tamira- dijo él.
- Ya no puedes, ¿Con que? - dijo ella.
- Contigo.
- No te entiendo, Josh. Déjame salir, ¿Qué van a pensar?
- No me interesa lo que piensen. Necesito hacer algo.
- ¿Qué cosa? - preguntó ella algo nerviosa.
Josh se acercó un poco más, aprisionándola contra la pared del pequeño lugar. Su respiración se volvió agitada, produciendo que la respiración de ella también lo hiciera.
- Necesito besarte Tamira - dijo agitado.
Los marrones ojos de ella se abrieron como platos, pero las palabras no salieron de su boca. No podía creer lo que él le estaba diciendo.
Recorrió su rostro con los ojos, y luego fijó su vista en sus masculinos labios. No podía creerlo, pero de verdad ella quería que la besara.
Sus ojos se cerraron instantáneamente cuando él terminó se acercarse y chocar apasionadamente con su boca. Abriendo más su boca dejó que sus lenguas se mezclaran.
Sintió los fuertes brazos del castaño rodeándola para acercarla más él. Su boca se movía desesperada sobre la suya, quitándole más que el aire.
Ella levantó sus brazos y los colocó detrás de ese formado cuello, haciendo que el beso fuera más adictivo para ambos. Él gruñó por lo bajo y despacio mordió su labio inferior, robándole un pequeño gemido...