Cap. 2: Capitán

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Narra Rubén.

Que coñazo... Era el primer día del estúpido instituto. Ahora tendría que ir todos los p*t*s días excepto los findes a estudiar y esas g*l*p*ll*c*s. Yo la verdad es que creo que nadie necesita eso. Te metes a un equipo de fútbol y ya está, problema del dinero solucionado... Esperaba que hubiese gente nueva, a ver de quién me burlaba los primeros días.

Salí con mi chaqueta de Quicksilver, unos vaqueros oscuros, zapatillas de Adidas negras con detalles en azul y una gorra de un creeper. Llegué al instituto con buen tiempo y fui directo al cartel de los horarios y alumnos nuevos. Me llevé una gran decepción al ver que sólo había uno. Alejandro Bravo. Pasé totalmente de los horarios y fui a reunirme con mi equipo de fútbol. Sí, mi equipo. Yo era el capitán de los Warriors y estaba bastante orgulloso de mis jugadores, aunque nadie jugaba mejor que yo.

El día transcurrió lenta y pesadamente. Tuve la oportunidad de ver a Alejandro. Un tío delgaducho y pálido con algo de barba, para hacerse el guay y ligar con las tías, supongo. Pero eso no funciona así por aquí. El capitán soy yo. El de la fama soy yo. El guapo soy yo. El mejor soy yo. Y nadie me supera.

Acabaron las clases y fui directo al campo de fútbol a entrenar con mi equipo y me encontré a ese idiota hablando con el entrenador. ¿Qué querrá? Me acerqué a comprobarlo y en cuanto el entrenador me vio, se dirigió a mí.

- Rubén, este es Alejandro. Es nuevo y quisiera hacer las pruebas para entrar en el equipo.

¿Entrar en el equipo? ¡No me hagas reír! ¿Ese chico? ¿El novato? Bueno, esto habrá que verlo. Le miré de forma despectiva y superior, como quien ve un pedazo de m*erd*, y es que eso es lo que parecía precisamente. Él se percató de mi mirada y esperé a que me la devolviese pero para mi sorpresa, pasó de mí.

- Bueno, ¿podemos empezar ya las pruebas, entrenador? - dije yo.

- Claro.

- ¡Warriors! ¡Un candidato! ¡Preparad las pruebas! - grité yo a mis compañeros. Ellos empezaron a correr de aquí para allá con conos, balones y muchas cosas más.

Empezaron las pruebas. Alejandro comenzó por los conos y me sorprendió bastante, ya que los regateó sin apenas esfuerzo. Parecía bastante bueno en eso, pero aún no podía empezar a sorprenderme. Siguió con la prueba de regatear a mis mejores jugadores y lo consiguió sin apenas esfuerzo. Vaya, este chico era bueno. Parecía débil y delgaducho pero no lo era. También consiguió marcar a mi mejor portero, que llevaba 29 partidos sin ser marcado. Ahí mi rabia explotó y decidí jugar yo mismo contra el niñato asqueroso.

- Al mejor de tres - anuncié con rabia.

- Que gane el mejor - dijo él con tono arrogante. Se iba a enterar de quién era Rubén Doblas Gundersen.

Me quité mi sudadera de los Warriors y salí al campo con rabia. Era un uno contra uno, los dos de porteros salientes. Le dejé sacar el balón y él empezó con energía pero en seguida se lo arrebaté y marqué. Uno cero, c*br*nazo. Qué asco le tenía.

Sacó otra vez y consiguió regatearme una vez pero luego le quité el balón por detrás y corrí tan rápido que no pudo alcanzarme. Dos cero, m*r*cón. Estaba esperando la tercera. Él volvió a sacar, se veía determinación en su mirada. Impresionante. Se esforzó al máximo y me marcó un gol, haciendo que llegase al límite.

- Esta es la última vez que me marcas, maldito. - murmuré.

Saqué yo y en menos de un minuto, le marqué el gol de la victoria. Tres uno, asqueroso. Y sí, me encanta insultar a gente que se lo merece, y nadie me lo va a impedir.

- Te gané. Sigo siendo el mejor - le susurré cuando nos dimos la mano.

- Eres mejor porque tú entrenas - me susurró de vuelta. Enrojecí de rabia pero el entrenador se acercó y nos dio la enhorabuena.

- Muy bien los dos. Alejandro, entras en el equipo. - dijo entregándole la camiseta oficial de los Warriors junto al resto del equipamiento. - eres el segundo mejor jugador del equipo, ¡incluso sin haber entrenado! Estoy impresionado, Alejandro.

- Puedes llamarme Alex, entrenador - dijo él yendo hacia donde entrenaban mis compañeros.

Ese chico me sacaba de quicio. ¡Había conseguido la aprobación del entrenador en unos pocos minutos! ¿Podría perder mi puesto de capitán y del mejor del equipo? No. Eso no pasará.

Estuvimos entrenando durante dos horas y media y yo estaba cada vez más impresionado con Alejandro. Estaba en mejor forma de lo que pensaba. No tenía músculo ni nada y su cuerpo era bastante delgadito, pero aguantaba muchísimo más que mis jugadores entrenados. Espera, ¿estoy admirando su físico? ¿En serio? Yo soy el único aquí digno de admirar, no ese "Alex"...

Acabamos el entrenamiento y Alejandro se me acercó con una sonrisa.

- ¿Qué tal lo hago, capitán? - me dijo sonriendo.

- Bastante bien... - murmuré para que no me oyese. No quería reconocerlo.

- ¿Qué?

- Que bastante bien... - volví a murmurar.

- Perdona, capitán, pero no te oigo.

- ¡He dicho que bastante bien j*d*r! - grité yo.

- Ah, ¡genial! ¡Gracias! - dijo alejándose animadamente. ¿Por qué no me contestó mal? Le había gritado y él tan feliz... Qué extraño. Tengo que conocer mejor a este chico. Estuve inmerso en mis pensamientos hasta que al fin llegué a casa después de un duro día de entrenamiento.

SweetMilkCookie~

Amor Extraño (Rulexby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora