─Recuerden que el tema a plasmar es algún tema de ocio o turismo ─Yeonjun repitió a su clase entera, porque sabía que habría aquella persona que no entregaría el trabajo con la excusa de no haber escuchado las instrucciones antes. Todos sus alumnos asintieron y él soltó un suspiro, regresando a su asiento en su escritorio.
Sabía que toda esa aula era un desastre y era algo que lo estresaba de sobremanera, porque ese grupo de imbéciles no se esforzaba aunque fuese un poco en entender algo tan hermoso como el arte. Siempre que veía sus obras las encontraba tan vacías... eran algunos trazos lindos, si, pero sin nada que expresar, sin ningún sentimiento plasmado o algo que transmitir.
Aunque tenía una que otra excepción.
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Choi Beomgyu miraba el lienzo con un poco de excesiva dedicación. Tanto como el gran cuadro como su mente estaban en blanco.
Necesitaba pintar algo increíble. No quería hacer una simple playa o un aburrido parque, él sabía que ese costoso lienzo merecía algo más que árboles y arena. Porque se sentía capaz de hacer más que el resto y, además, sabía que el profesor Choi tenía altas expectativas de él.
Se lo había dicho un par de veces, viéndose tan lindo como siempre que era imposible no suspirar como tonto al verlo portar aquella gabardina como si fuera un supermodelo, con un aroma parecido a la mezcla del café, chocolate y cigarrillo siempre impregnado en ella. Sí, quizás el profesor Choi le gustaba un poco.
Lo observó un momento buscando algo de inspiración, con su cabello cubriendole parte de los ojos mientras parecía muy ocupado revisando los papeles en su escritorio. Sus prendas, combinadas en tonos negros, grises y cafés daban una armonía que se complementaba con los lentes que usaba en ese instante. Beomgyu llegó a creer que esa era la clase de arte sólo porque el profesor era una verdadera obra.
Esa vibra otoñal que envolvía por completo a su profesor fue suficiente para preparar sus mejores pinceles y pinturas, porque la inspiración había llegado y no la podía desperdiciar. Dejó que su pincel tomara el óleo y viajara por el lienzo con fluidez, mientras en sus auriculares se reproducía su álbum favorito de Mitski, porque demonios, a esa mujer le debía cada una de sus pinturas.
Beomgyu ni siquiera miró el reloj, el tiempo había pasado tan rápido que cuando lo notó la clase había terminado. Hizo un puchero, mirando su pintura, incluso si no la había terminado estaba bastante bien pero le hubiera encantado terminarla aquel mismo día. Ahora, tendría que ir a clase de química y esperar otras 24 horas para ver a su profesor favorito.
Tomó todos los pinceles que utilizó y se dirigió al área donde podría lavarlos y dejarlos secar sin que se arruinaran, no sin antes mirar hacia el escritorio en busca del profesor Choi aunque en realidad no lo encontró ahí, tuvo que mover sus orbes hasta su lienzo para notar que el mayor estaba mirándolo.
Se apresuró y en menos de un minuto ya estaba al lado de Yeonjun, quien no notó que Beomgyu se encontraba a su lado hasta que este habló.
─¿Qué opina, señor Choi? ─preguntó el menor con su melodiosa voz, mientras terminaba de acomodar algunas cosas ─¿Cree que mi pintura será linda?
─La hiciste tú, simplemente no puedo decir que no es linda, jamás podría ─soltó una suave risa, viendo con fascinación los inicios de aquella pintura. Un tren, en una larga vía y con un paisaje, el cual, por los trazos preliminares, intuía que estaría algo relacionado Hogwarts ─No es esto... uhm ¿algo fantasioso?
─Bueno, nunca especificó que teniamos que apegarnos únicamente a la realidad ─antes de que el mayor pudiera decir algo más el timbre que anunciaba el cambio de clases sonó, sobresaltando un poco a Beomgyu.
─Deberías irte a clases ─Yeonjun dejó que sus dedos juguetearan un poco con las hebras del cabello castaño del menor despeinandolo y dejándolo con las mejillas sonrojadas.
Beomgyu sentía que en cualquier momento su corazón explotaría, porque era la primera vez que su profesor revolvía su cabello de esa manera y... lo hacía sentirse bien, con una pequeña flama dándole calidez.
─Uh, sí, nos vemos d-después profesor ─tartamudeó un poquito, dando una pequeña reverencia antes de salir del aula en donde solo estaban su profesor y él.
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