mona lisa ↯ yeongyu

ocho

─No tiene que llevarme a mi casa, seguro que aún tiene trabajo por hacer y... ─Beomgyu hablaba, observando al mayor guardando la mayoría de cosas que se hallaban sobre su escritorio.

─Shh, shh ─lo interrumpió, haciendo que sus labios se apretaran entre sí para guardar silencio ─Terminé todo lo pendiente así que deja de preocuparte y vayamos al auto. Las piernas aún te tiemblan, no puedes decirme que irás a tu casa caminando.

El menor se sonrojó ante tal observación. Era verdad, todo su cuerpo se sentía extraño aún, pero aquello de que las piernas le temblaban era una exageración total, solo era un poquito.

Yeonjun cerró el último cajón abierto, tomando su abrigo del respaldo de la silla y colocándoselo mientras caminaba hacia Beomgyu. Una sonrisa se expandió en su rostro, observando cada detalle de Beomgyu con mayor claridad mientras la distancia entre ellos se reducía.

Su bonito cabello, ese que parecía cuidar mucho porque tenía un lindo brillo, sus labios y mejillas rositas porque siempre estaba sonrojado cuando se encontraban juntos, su delgado torso que le encantaba mantener entre sus brazos y sus largas piernas que terminaban de estilizarlo por completo.

─¿Nos vamos? ─extendió su mano hacia el más bajo, quien no tardó en asentir a su pregunta y tomar la mano que le ofrecía, entrelazando sus dedos con los del mayor.

Ambos salieron del aula, con una sonrisa en el rostro mientras sus pasos era lo único que se escuchaba en aquel pasillo vacío. El cómodo silencio se mantuvo por unos instantes, mientras Beomgyu pensaba en lo que podría decir para explicarle a su madre porque había regresado del colegio tan tarde.

─¿Tus clases estuvieron muy pesadas hoy? ─el pelinegro preguntó, haciendo que Beomgyu saliera de sus pensamientos y de inmediato le dirigiera la mirada, moviendo la cabeza de lado a lado en negación y como un bonito gesto que desordenó todo su cabello.

─Todo estuvo normal ─dijo, regresando su mirada hacia al frente mientras comenzaba a balancear su mano entrelazada con la del mayor ─Aunque creo que el profesor de matemáticas está enojado conmigo.

─¿Por qué piensas eso? ¿Te dijo algo?

Beomgyu negó, en realidad no pensaba eso por algo que el profesor le hubiese dicho. Solo fue porque extrañamente HueningKai sacó un diez en el parcial de ese semestre y él sacó un ocho. No es que estuviese celoso o algo parecido, pero le pasó todas las respuestas y era lógicamente imposible que la calificación de su amigo rubio fuese más alta.

Entonces concluyó que probablemente había hecho algo que el profesor Soobin consideró como un ataque o algo parecido.

Estaban a punto de girar en un pasillo, acercándose más hacia la puerta de salida cuando Beomgyu notó la sombra de quien se encontraba caminando en dirección contraria a ellos. En menos de un segundo, soltó la mano del mayor sin pensarlo y éste no pudo quejarse al encontrarse de frente con la profesora de ciencias.

Beomgyu intentó que todo su cuerpo se tranquilizara para no llamar la atención, porque todos sus músculos se había tensando ante la sensación de peligro que fugazmente lo atacó.

─Hm, ¿aún no te vas, Jun? ─preguntó Joy, con la energía y una sonrisa en el rostro que hacía fácil a todo el mundo adivinar que no llevaba mucho tiempo fungiendo como profesora.

─No, no, aún no. Beomgyu tenía algunas dudas sobre la clase ¿cierto? ─habló tan calmadamente que nadie creería que hace tan solo algunos minutos estaba corriéndose en la boca de su alumno, hacia quien giró, mirándolo y esperando a que confirmara su mentira.

─Ah, yo, sí... ─balbuceo, sintiéndose pequeñito bajo las miradas de los mayores. Su pecho seguía latiendo con fuerza y miedo, porque si no fuese por su instantánea reacción aquella mujer los hubiese descubierto y ambos estarían jodidos ─Algo sobre... Algo sobre pinturas, sí ─terminó, mordiendo el interior de su mejilla para aguantar las ganas de salir corriendo de ahí.