Katsuyu Día #4: Amor platónico

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Por cuarta vez esa semana, había terminado haciendo horas extras. Agradecía profundamente que su hermano menor Samidare tuviera la edad suficiente para aprender a usar el horno microondas, de ese modo, en circunstancias como esta, ella podía llamarle por teléfono y darle instrucciones para que calentase la cena (que ella se encargaba de preparar por la mañana, antes de salir) para él y su otra hermanita.

En definitiva, necesitaba un descanso; sabía perfectamente que mantener su trabajo como camarera de medio tiempo en aquel restaurant era fundamental si quería llegar a independizarse. Pero equilibrar sus estudios universitarios con la vida laboral se estaba volviendo cada vez más difícil, y todo comenzaba a empeorar para ella desde que había aceptado hacer horas extras cuando se le solicitara.

Cuando salió del local, no pudo evitar pensar en que quizás, su vida hubiese sido muy diferente si ella tan solo hubiera podido aplicar para el curso de héroes, en lugar de una escuela tradicional.

Ser heroína se había transformado, para ese entonces, en su sueño frustrado. Sus padres viajaban mucho producto de sus trabajos, múltiples negocios que requerían sus presencias, y ella desde muy pequeña se había enfrascado en la labor de cuidar a sus hermanos menores.

Para cuando terminó la escuela, sabía que ingresar a U.A., como lo había soñado a lo largo de toda su niñez, sería algo imposible en su situación. No es que no creyera en sus capacidades, pues se sabía a sí misma muy dedicada y capaz. Más bien, se trataba del tiempo que podría disponer, para todos sus quehaceres. Estaba en conocimiento de que, de lograr ingresar al curso de héroes, este sería sumamente demandante y exigente, abarcaría prácticamente la totalidad de su tiempo, y sus hermanos eran todavía muy pequeños para quedarse por su cuenta.

Cuando llegó el momento, tuvo una pequeña charla con su madre al respecto. Ella se había ofrecido voluntariamente a abandonar su trabajo en la empresa para quedarse en casa con los chicos, y que así su hija pudiese ingresar a U.A. e iniciar su formación como heroína. Sonaba bastante bien, pero a la vez, Tsuyu sabía que no era la decisión correcta, y de aceptar terminaría por sentirse culpable. Su situación económica actual era apenas estable gracias al trabajo de ambos, y que su madre se retirara iba inevitablemente a dificultar las cosas para la familia de cinco integrantes. Por lo que, con bastante resignación, decidió no aplicar a U.A.

Entró a una secundaria tradicional, y apenas egresó, postuló a la universidad y consiguió múltiples trabajos de medio tiempo. Era su forma de ayudar a sus padres, continuar haciéndose cargo de sus hermanos y aspirar a una futura independencia económica.

De todas formas, aquello no le impedía soñar con cómo hubiese sido su vida si formara parte del grupo de héroes que protegían la ciudad. Admiraba a esas personas, que arriesgaban su vida con tal de mantener la seguridad. Siempre estaba actualizada con las noticias y sucesos, como si fuese una aficionada más del mundo heroico.

Recientemente, se mantenía más activa que nunca en redes sociales, debido a que uno de los héroes que tanto admiraba, había realizado un drástico ascenso en su posición como héroe profesional.

"Dynamight" se había convertido en la estrella de una operación de rescate de rehenes en un ataque terrorista del aeropuerto de Japón, pues había derrotado totalmente solo al grupo de villanos, y, además, ninguno de los rehenes resultó lastimado. Aquel incidente había por fin, impulsado al infravalorado héroe al top 7, codeándose con los más respetables profesionales de Japón.

Ella lo había conocido en su debut, hace poco más de tres años, y lo admiraba profundamente desde entonces. Por lo que se había dado cuenta, tras estar atenta a sus acciones, el hombre era temperamental y usualmente dejaba en evidencia su terrible carácter, motivo principal por el cual no era muy popular con las personas. Aunque sí con la mayoría de las chicas.

Katsuyu week | 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora