Katsuyu Día #7: Declaración

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Apenas llevaban un par de semanas de clases luego de iniciado su tercer año, cuando aquella inusual situación tuvo lugar, en plena sala de estar de los dormitorios.

El rubio le había cortado el paso a la chica atrapándole la mano, pidiéndole que, por favor, se quedara un segundo y le escuchara, pues tenía algo muy importante que decir.

Cuando aquel primer contacto sucedió, la única persona en el lugar además de ellos dos era Toru, la cual rápidamente decidió ocultar su presencia para no interrumpir, lo que ella sabía que estaba a punto de suceder. No es que le costara mucho trabajo el pasar desapercibida de todos modos.

Permanecieron unos minutos estáticos. Las mejillas de la chica se encontraban levemente sonrojadas debido a que él todavía sujetaba su mano, y el silencio parecía extenderse sin límites entre ambos.

Cuando Yaoyorozu iba a entrar a la estancia, Toru la agarró rápidamente de la muñeca y la obligó a guardar silencio, explicándole entre susurros, por qué no era apropiado que entrara todavía. Así sucedió con todo aquel que se dirigía al dormitorio; rápidamente interceptados y escondidos, se había reunido una gran cantidad de público silencioso, mientras el chico rubio, con las mejillas sonrojadas y la mirada fija en sus pies, balbuceaba un nervioso y cursi discurso respecto a lo que sentía cada vez que veía a la chica frente a él.

– "M-Me gustas" – pronunció, finalmente alzando la vista, y mirándola a aquellos oscuros ojos – "¡Sal conmigo, por favor, Kyoka!"

La pelimorada se sonrojó el doble tras la mención directa de su nombre, sin ningún honorifico, tan personal y tan expuesta. Algunas de las chicas que se hallaban escondidas dejaron escapar un par de suspiros.

Kirishima había susurrado algo respecto a que la confesión de Denki había sido muy varonil y que le conmovía profundamente. Momo chilló de felicidad cuando observó a su amiga asentir, y la joven pareja se dio un tímido beso en los labios.

Bakugo había llegado unos minutos antes de que la escena tuviera lugar, y aunque no se había molestado en ocultar su presencia junto a los demás, sí esperó unos minutos antes de continuar con su camino. No es que realmente le importara interrumpir a la nueva parejita o algo parecido; la verdadera razón de que se detuviera y esperara, se debía a que sus ojos habían aprovechado la distracción de todos, para posarse sobre una pequeña figura femenina. La de cabello verde observaba a la tierna pareja de enamorados con una sonrisa y un leve sonrojo en sus mejillas, mientras mantenía ambas manos contra su pecho, en ilusión.

Sus ojos brillaban esperanzados, y por un par de segundos, Katsuki deseó que aquella mirada y su sonrisa fuesen para él.

Chasqueó la lengua, entre molesto y avergonzado, para finalmente abrirse paso por la habitación y continuar su camino. Interrumpir no había supuesto un problema, debido a que el primer chillido de Momo ya había delatado a los mirones en su escondite.

Mientras todo el mundo se acercaba sin ningún pudor a la pareja para felicitarlos y desearles lo mejor, el rubio encaminó sus pasos hacia su habitación, rememorando casi de forma involuntaria, aquel incidente que había tenido lugar el año anterior, y que ocasionaba su actual y conflictivo estado emocional.

Tsuyu Asui.

Una chica poco convencional, abiertamente honesta y directa, de baja estatura y una particularidad que difícilmente podrías llamar asombrosa a primera vista.

Durante todo su primer año en U.A., y dentro de su proceso de crecimiento personal, la chica no había hecho más que formar parte del grupo de extras que componían sus compañeros, intercambiando una que otra palabra de forma ocasional, y casi siempre, tratándose de alguna queja respecto a su carácter. Sin embargo, el cebo había sido puesto para él, durante su segundo año en el curso de héroe, gracias a un enfrentamiento en su contra.

Katsuyu week | 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora