Katsuyu Día #5: Medieval AU

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Ya se había puesto el sol, cuando finalmente el grupo consiguió llegar a la taberna. Como de costumbre el lugar estaba algo concurrido, pero sabían muy bien que para ellos siempre habría una mesa disponible.

Tras abrirse las puertas de madera del establecimiento, el grupo de cinco personas comenzó a observar a su alrededor, por algún lugar disponible para ellos.

– "¡Tsuyu!" – exclamó la voz femenina desde la entrada, llamando la atención de una de las camareras – "¿Tendrás lugar para nosotros?"

Quien había alzado su voz por sobre los demás era una joven mujer de cabellera rosa, corta y alborotada, la cual vestía ropas de cuero y tela bastante ligeras, y solo una pechera como armadura. Así podía moverse con más libertad, decía ella. En su espalda traía consigo su usual equipamiento; un arco y múltiples flechas.

– "¡Mina! Claro que sí, denme un minuto"

Desde casi el fondo del establecimiento, una pequeña figura femenina se había alzado por sobre el tumulto de personas para lograr responderle. Vestía el uniforme que proporcionaba la taberna; un par de botas largas de color chocolate, una falda negra y larga sobre la cual descansaba un trozo de tela de color rojo opaco, que simulaba ser un delantal triangular que se sujetaba tras su espalda. Para la parte superior, vestía una blusa blanca de mangas cortas pero englobadas, la cual se encontraba ajustada a su cintura por medio de una faja de cuero de color café, amarrada por la parte delantera. El cabello lo traía recogido levemente en un moño, el cual sujetaba por medio de un cintillo de la misma tonalidad que su delantal.

La peliverde sonrió animada, y se aproximó a una mesa para depositar los pedidos de la bandeja que traía consigo. Inmediatamente después, alzó su mano por entre la multitud, para indicarle al grupo recién llegado que le siguieran.

Mientras ellos se abrían paso hacia el lugar indicado, la camarera recogía rápidamente los restos de la mesa, dejándola completamente libre para poder ser limpiada. Llegaron a ella justamente cuando Tsuyu sacudía el paño con el que había realizado la limpieza.

– "¿Fue una misión complicada?" – la camarera había saludado con un abrazo a la chica de cabello rosa, y ahora dirigía su pregunta al grupo en general.

– "¡Para nada! Debiste habernos visto, fue pan comido. Eran un par de bandidos cobardes" – esta vez, quien le había contestado era un chico pelirrojo, el cual no se molestaba en utilizar ningún armamento.

Él vestía enteramente de cuero y solía dejarse el torso descubierto. Su poder residía en su fuerza física, motivo por el cual siempre se jactaba de no utilizar armas ni escudos, porque estos lo volvían "lento".

– "Es verdad, huyeron luego de dos o tres enfrentamientos, debiste haberlo visto. Podrías venir con nosotros la próxima vez" – un rubio de orbes igualmente doradas se había dirigido directamente a ella, atrapándole la mano en el acto.

– "Eres muy amable Kaminari, pero dudo que pueda serles de ayuda" – les sonrió con amabilidad y sintiéndose un poco incómoda, a la vez en que se zafaba rápidamente del agarre del chico.

Solo bastó el segundo en que sus manos se separaron, para que un certero golpe se dejara caer sobre la parte trasera de la cabeza del hombre que recién la sostenía.

Uno de sus compañeros, que se había mantenido en silencio hasta ese momento, había dejado caer sin cuidado su espada enfundada sobre la nuca del otro.

– "¡Bakugo! Eso dolió, maldita sea"

– "Entonces no estés jodiendo" – respondió, sin devolverle la mirada en ningún momento.

Katsuyu week | 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora