Cambiaste... — Dijo para si misma mientras leía una de las viejas cartas que la chica le había escrito.— En verdad lo hiciste...— Soltó en un leve susurro mientras acariciaba aquel pedazo de papel como si fuera el último rastro de la verdadera cara de la chica autora de aquella carta.— Esa no eres tú.——————————————————————
¡MIJA¡ —Gritó su madre desde la puerta.
— ¡Es el primer día de clases y llegarás tarde! Aquí está tu uniforme y el desayuno te lo dejé en la mesa. — Dijo mientras miraba a su hija inundada en la flojera y en las ganas de seguir durmiendo, ¿En serio su hija no podía levantarse por sí misma una sola vez?
— Uhmmm~ — Replicó la morena mientras estampaba su cara en la almohada. — ¿De verdad tengo que ir? Es el primer día, nadie va a clases el primer día mamá.— Expresó con un tono flojo mientras con su mano hacía señas extrañas indicando que no le interesaba en lo más mínimo asistir a clase.
— Si, tienes que ir, así que levántate rápido o si no te llevaré así en pijama a la escuela.— Dijo su madre claramente irritada, tenía que irse al trabajo o si no llegaría tarde, pero su hija no cooperaba con levantarse para que ella se quedara tranquila sabiendo que si asistió a clases.
— Bieeeeen~ — Arrastró la palabra. Se levantó muy a su pesar, tomó el uniforme perfectamente planchado de la silla de su escritorio y le hizo una seña a su madre indicándole que se fuera para que pudiera vestirse.
— De verdad no entiendo por qué tengo que ir a clase el primer día, ¡Es el primer día! ¡Literalmente nadie va a clases hoy! — Dijo mientras terminaba de ponerse el uniforme y yendo a buscar sus zapatos.
— ¿Donde mierda está el otro zapato? — Maldeció mientras se agachaba para buscar su zapato abajo de la cama. — ¡MAMÁÁÁ! ¿EN DÓNDE ESTÁ MI ZAPATOO?— Gritó desde su cuarto esperando una respuesta, la cual no llegó, su madre ya se había ido al trabajo. — Genial, iré a la escuela sin un zapato entonces. — Dijo mientras se levantaba del suelo dirigiéndose al baño para peinarse y cepillarse los dientes.
— Oh mira aquí estabas — Con la boca llena de espuma, se agachó para agarrar el zapato que se encontraba al lado del lavabo, se lo puso y se enjuago la boca para ya dirigirse de una vez a la escuela.
— Bien, hora de ir a ese infierno, de nuevo. — Musitó agotada. Como odiaba ir a clases, le gustaba aprender, pero sabía que con su mala suerte, en su salón le habría tocado de nuevo con esas personas tan irritantes y tan diferentes a ella. Le gustaba hacer amigos, pero si tenía que hacerse amiga de alguien de su salón, prefería quedarse sola para siempre, aquellos chicos eran extraños, tenían un comportamiento y pensamientos demasiado inmaduros incluso para alguien de 14 años además de que no respetaban los gustos de nadie, y si no estabas "a la moda" todos te despreciaban al igual que si demostrabas que te gustaban las cosas marcadas como "infantiles y extrañas" así como la fantasía, la magia, entre otras cosas, pero que más daba, tenía que asistir para pronto poder salir de aquel lugar, aun que al menos esperaba que hubiera gente nueva y no tan extraña como los demás que había conocido en todo el tiempo que llevaba en aquella escuela.
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That's Not You -LUMITY-
Fanfiction¿Qué tan lejos puede llegar alguien por amor? ¿Que estaría dispuesta a sacrificar una persona para ayudar a quien considera su alma gemela? Aun si eso implica realizar ciertas acciones no convenientes para sí misma, aun si eso hace que termine cayen...