S͜͡e͜͡r͜͡e͜͡m͜͡o͜͡s͜͡ P͜͡a͜͡d͜͡r͜͡e͜͡s͜͡.

Ocho

Hasta pronto Doug.

Ya pasó una semana, y Dolly seguía evitando a Dylan, el dálmata  quería estar cerca de su hermanastra y de sus cachorros quienes aún no nacían, sólo faltaba un tiempo para que nacieran, los padres volvieron a salir al trabajo y así culminaría otro día en la calle Dálmatas Camden Londres Inglaterra. A la mañana siguiente Dylan se levantó para darle una sorpresa a Dolly, la cual estaba dormida.
Dylan se le acercó a La dálmata que aún dormía: El dálmata se dio lamidas en su nariz haciendo que despertara a la dálmata quien vio a Dylan.
—¿Tú qué haces aquí? —susurrando Dolly preguntó. 
—Ven tengo una sorpresa para ti y para nuestros  cachorros, así ya no tendremos que estar aquí —dijo Dylan feliz moviendo su cola dando a entender que si estaba feliz.
—¿Qué fue lo que compraste esta vez? —preguntó Dolly sabiendo que su hermanastro había organizado algo.
—Ya lo veras  amor —dijo Dylan sin dejar de mover la cola.
—Por favor evita decirme amor —dijo Dolly con un tono serio al escuchar a su hermanastro.
—Oh, está bien Dolly —respondió Dylan desanimado y dejando de mover su cola.
Dylan y Dolly fueron a otra de las calles un poco lejos de la casa de sus padres y llegaron a una casa grande casi parecida a la de sus padres.
—¡Hay Dylan  no debiste! —dijo Dolly conmovida por la sorpresa.
—Lo hice por nuestra familia, aquí viviremos y formaremos nuestra propia familia —respondió Dylan con una sonrisa.
Dolly sabía que Delilah le quitaria a sus cachorros si Dylan estaba cerca de ella o de los cachorros, mientras tanto, en la estación de bomberos la capitana y su equipo fueron al llamado de incendio de un edificio, al llegar al lugar el equipo intentó apagar el fuego, pero fue inútil, la capitana sacaba a los que se quedaron atrapados en el incendio, Doug hacia lo mismo pero volvió a revisar  y vio a un bebé, Doug lo saca con cuidado pero un poco de escombro le cayó encima, el dálmata sabia que tenia que elegir salvarse o salvar al cachorro humano: Entonces vio una carrito el dálmata alcanza el carrito, colocó al niño dentro del carrito y lo empujó hacia la salida del edificio. Todos ven al niño salir, Doug dice algo.
—Espero que mis nietos e hijos sean felices como familia —fueron las últimas palabras de Doug.
Todos estaban asombrados de ver al pequeño salir ileso del edificio pero la capitana no vio a Doug.
—¡Oh no...!¡Doug! —gritó la Capitana llorando al no ver a su compañero.
La capitana corrió para intentar salvar a su amigo y compañero de la juventud, pero fue demasiado tarde el edificio colapsó frente a sus ojos todo el equipo de bomberos, se quitaron el casco en señal de respeto a Doug quien murió de manera heroica, todos los perros de el lugar dieron el informe de que Doug salvó a un cachorro humano, por medio de la red canina todos los canes de Londres se enteraron, “El perro bombero salvó a un cachorro humano”. Eso  llegó a los oídos de Delilah y de Dylan, el dálmata cubre los oídos de su amada ya que ella no debía estar triste eso sería peligroso para su embarazo. Al finalizar la gran noticia por todo Londres, el dálmata beso a su amada para que no preguntara qué fue lo que pasó.