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Estuvieron alrededor de 15 minutos buscando un lugar donde estacionar el auto. Yoongi le había propuesto bajarse en la entrada del recinto e ir entrando. A lo que Jimin se opuso rotundamente. ¿Qué iba a hacer el solo, todo ese tiempo mientras el mayor regresaba?
Prefirió acompañarlo hasta que finalmente encontraron un lugar no tan lejos al lugar y que parecía ser seguro.
Caminaron en silencio un tramo, con la música, escuchándose un poco lejos, como el único sonido alrededor de ellos.
— Si quieres irte, no dudes en decírmelo. -Yoongi giró un poco su cabeza para verlo. Jimin tragó saliva antes de asentir y sonreí con los labios cerrados. ¿Qué pensaría de él, si le dijera que ya quería irse?
Rápido desechó ese pensamiento. Tenía ganas de divertirse y esta era la oportunidad perfecta. No solía hacer estas cosas, y debía de aprovechar. Aparte estaba con su hyung. No es como si Yoongi fuera el alma de la fiesta, pero estaba seguro que estar con el, sería divertido.
En la entrada de la gran casa, había un chico revisando las invitaciones. Yoongi solo se acercó y el chico le sonrió y lo saludó con un choque de puños. El mayor se giró a ver a Jimin, haciéndole una seña con la cabeza, indicándole que entraran.
***
Hasta ahora, todo había marchado bien. Los amigos de Yoongi eran agradables. Ninguno parecía querer sacarle plática de más, y agradecía eso infinitamente.
Estaba recargado en una barra improvisada, con un vaso, que transpiraba agua, entre sus dedos.
Había comenzado a sentir calor desde que llegaron y prefirió quitarse la chaqueta, amarrándola a su cintura. El mayor, le había dicho, sin más, que tenía un lindo cuello. A lo que Jimin abrió y cerró la boca varías veces sin saber que decir.
— Ese gesto tuyo es lindo.
Había dicho, para sonreírle de lado y girarse para seguir hablando con sus amigos.
Luego de haber estado ahí por dos horas, podía sentir sus mejillas calientes y su vista un poco borrosa. Estaba levemente ebrio. Había perdido de vista a Yoongi cuando fue al baño por un segundo. Frunció el ceño, mientras veía a todos lados desde las escaleras del segundo piso.
Pudo visualizar al grupo de amigos del mayor, pero notó que el no estaba ahí. Soltó un suspiro, y cuando estuvo a punto de comenzar a bajar las escaleras, una mano grande y fría lo tomó del brazo, arrastrándolo hasta el baño, del cual había salido hace apenas dos minutos.
— ¡¿Pero qu-. -se calló abruptamente, al ver a su hyung frente a el. Sonreía levemente mientras lo aprisionaba contra la pared y cerraba la puerta con el pie. — ¿Yoongi? ¿Qué haces?
— ¿Sabes?, he estado viéndote toda la noche, pero parece que no te diste cuenta. ¿Sueles ser así de distraído? - Se rió un poco. Una de las grandes manos del mayor, bajando a su cadera.
Claro que se había dado cuenta. Solo había pretendido que no. Había estado apartado de los demás, disfrutando de la música, pero podía sentir esos filosos ojos negros sobre el con casa movimiento que hacía. Definitivamente se había dado cuenta.
— ¿De... de verdad?
— Mhmm. - asintió con la cabeza. — Estuve esperando el momento indicado para hacer esto.
