Gracias y lo lamento.

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Nuevamente estoy aquí, no esperaba verte tan pronto mí amada melancolía, no puedo creer que pasen los años y sigas persiguiéndome día tras día, estoy agotado, al borde de un colapso, pensando en cuanto valgo o si realmente valgo algo, expresarme no es lo mío, desaparecer sin dar aviso es algo que siempre ejecuto, lo siento si me fui sin decir nada, lamento dejarte con las palabras exactas, pero no puedo evitarlo, a veces me ataca la incertidumbre de saber si yo soy bueno en algo.


Me escondo tras una risa y dejo que la gente se ría, pero por dentro me atacas y haces añicos mi vida, estúpida y cruel melancolía. Realmente no extraño a las personas, de alguna forma siempre he entendido que la soledad es mí amada compañía, quizás no tenga mucho sentido, pero al estar con ella siento que de verdad es mía. Ahora están las dos conmigo y me preguntan con cual me quedaría, pero la muerta ya ha decidido que pertenezco a sus filas.


Lamento que sean el adiós estas letras tan vacías, pero me quedan pocas horas de vida. No me arrepiento de nada más que de no haber gozado la vida, me cohibí de muchas cosas y ahora eso mismo me llevo a tus brazos mi amada e incomprendida muerte, lamento no haber probado unos dulces labios llenos de amor real, de no haber conocido lo que es amor de verdad, de haber fallado en elegir una y otra vez sin pensar, pero sobre todo de confiar y entregar todo a las personas equivocadas.


No creo que nadie vaya a llorar y mucho menos me vaya a recordar, seré una hoja más en una historia sin final, con la diferencia de que a mí no me encontrarán y no es que vaya a desaparecer, la verdad es que a mí nadie me va a buscar porque a nadie le va a importar. Vacío, solo y melancólico decidí irme, pero por alguna razón me brindaron otra oportunidad, la muerte no me ha querido llevar, la melancolía no la encuentro en el lugar y mi amada soledad nuevamente me vuelve a acompañar.


No entiendo que sucede aquí y tampoco sé por qué la vida me trata así, pero yo soy el culpable. He hecho daño a buenas personas y me han hecho daño personas en las que confiaba, pero por alguna razón no me he ido, no sé si tengo un propósito en el mundo o si realmente encontraré el amor en un segundo. Sin embargo, estoy seguro de que puedo llegar a valer mucho, no soy una mala persona, por más que esa voz en mí cabeza lo repita, puedo ser un tonto en ocasiones, pero en definitiva no soy malo.


A veces me amo y otras me odio, creo que se volvió una batalla de territorios donde el odio destroza y el amor perdona todo. Últimamente me rodeo de mejores personas, me entienden y nos divertimos, pero de alguna forma todos esos sentimientos de inferioridad alguien logra traerlos al lugar y así toda la vida una vuelta me da, lucho constantemente por dejar todo atrás, pero la vida es una perra que solo tristeza me sabe tirar.


"Gracias por existir, es lo único que te puedo decir, no sé qué haría sin ti". Decidí decirme al espejo, se sintió bien y no entendí nada en ese momento, ahora lo entiendo y sé que soy mi propio enemigo, siempre tratando de complacer a los demás, tratando de arreglar lo que alguien más daña y hasta culpándome por las malas decisiones de los que se encuentran a mí alrededor. "Por alguna razón traigo desgracia a los que me rodean." Un pensamiento que por años llegue a sentir que era real.


Pero entendí al fin que no estoy solo, entendí que, dentro de tanta maldad y oscuridad, existen la luz y la bondad, Soy especialista en alejar a las personas, pero no quiero ser más esa persona, porque a la final soy el único que sufre, el que se queja y que se odia. He decidido salir adelante, remplazar los pedazos rotos en lugar de cambiarlo todo, por eso parece imposible realizar un cambio, pero nunca será tarde con tiempo sé que lo puedo lograr.


Me despedí de la muerte con un abrazo y entendiendo que en algún momento nos vamos a reencontrar, me despedí de la melancolía con un apretón de manos sabiendo que en cualquier momento iba a regresar, con la soledad solo pudimos llorar y aunque no la pueda ver más, sé que me va a cuidar. ¡Hola! Hermosa luz cálida que me mira con esa bella sonrisa, aquí estoy entregándome a la vida que me recibe con el más puro y hermoso beso, es algo que nunca había sentido, en definitiva, gracias a la vida por perdonarme las veces

Que decidí no vivirla...

Escritos Luna Negra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora