Mitad Hebreo

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Ramsés propagó la noticia sobre el casamiento de la princesa Ana y Amenhotep, este ya se encontraba en el Nilo, sentado en la arena mirando serenamente el río, mientras pensaba en el día en que los hebreos partirían, con mucho temor deseaba que se día se demorará mucho, cuando diviso a Deborah pero no venía sola, vino con Bezalel, Amenhotep no encontró nada extraño así que decidió acercarse a ellos, pero vio que Bezalel la tomaba de la mano, Amenhotep no podía oír nada, solo optó por mirar y tratar de saber lo que decían.

Deborah: ¿que haces? -dijo apartándose de él rápidamente-

Bezalel: llegó la hora de que sepas esto Deborah....desde que eramos niños, yo te he visto de otra manera, es decir..siempre fuiste mi amiga pero ahora no puedo más con eso.

Deborah: ¿que cosa? -dijo Deborah asustando ante su respuesta-

Bezalel: te amo Deborah....me enamoré de ti, quiero que nos casemos, seremos muy felices, te trataré muy bien, muy pronto seremos libres,entonces...

Deborah: ¡espera! ¿estas bromeando no es cierto? -dijo riendo nerviosamente-

Bezalel: no deborah..es más creo que no puedo hablar más seriamente.

Bezalel sin decir más nada, tomo a Deborah de la cintura y le dio un beso, Amenhotep que estaba viendo todo, quedo totalmente anonado ante la escena que estaba viendo, siento ganas de ir a golpear a Bezalel con todas sus fuerzas, miles de pensamientos le pasaron por sus cabeza, no podía seguir viendo esa situación, así con lagrimas en los ojos regreso al palacio, mientras sentía como una pena le invadía su corazón.

Deborah se apartó rápidamente de Bezalel y esta muy enojada le da una bofetada.

Deborah: no debiste hacer eso, respétame, no entiendo desde cuanto sientes esas cosas pero yo te veo como un amigo, nada más que eso, nunca te dí esperanzas , no puedo ofrecerte más, desde ahora por favor mantente alejado de mi.

Deborah se va sumamente enojada y triste por romperle el corazón a su amigo, pero ella solo amaba a un hombre y ese era Amenhotep.

~En el palacio~

Amenhotep se fue directamente a sus aposentos, no quería que nadie lo molestará y eso lo dejo muy en claro a los ciervos que se encontraban ordenando sus cosas, ordeno que todos salieran.

Amenhotep: ¡maldito seas Bezalel! -dijo mientras tiraba una copa al suelo-

Por su mente se volvía a repetir la escena del beso que había visto, sé sentía traicionado, mientras que miles de preguntas se le venían a la mente ¿por que Deborah se habrá dejado besa? ¿que hacia Bezalel ahí con ella? ¿Deborah lo engañaba de hace tiempo? ¿quizás ella nunca lo amo?, fue interrumpido de sus pensamientos cuando entró su padre.

Ramses: ¿como es eso que no quieres que nadie te moleste?

Amenhotep: ahora no padre, no quiero hablar.

Ramses: ¿que paso? -pregunto interesado-

Amenhotep: fui al río y vi........vi a Deborah con Bezalel papá.

Ramses: bueno ellos son amigos ¿no?

Amenhotep: no papá, ellos se estaban besando.

Ramses: ¿en serio? -pregunto sonriendo-

Amenhotep: padre ¿por que esa sonrisa? no es gracioso.

Ramses: lo siento, es que me da risa porque te lo advertí...ella solo te uso.

Amenhotep y Deborah (entre El Amor Y El Odio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora