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Dicen que no hay fantasía perfecta, pero la que yo estoy viviendo, para mí es la mejor.

El cielo se encuentra oscuro y despejado, no hay rastro de ni una sola nube que le quite la belleza, solo cientos y cientos de estrellas que rodean una perfecta luna llena.

El olor a vino inunda mis fosas nasales, se que estamos celebrando algo importante mientras sonreímos al beber de nuestras copas.

Se lo mucho que lo enloquece cuando remojo mis labios de forma atrevida y sensual, nos encontramos en el balcón de su departamento, ya es pasada la medianoche, pero hace mucho que dejó de importarnos el reloj.

Se levanta de la mesa y me invita a avanzar hasta alejarnos de la mesa y justo donde se puede apreciar mucho mas el hermoso cielo.

Me abraza por la espalda y juntos admiramos la luna, deja un pequeño beso en mí cuello y me hace suspirar, nuestros cuerpos bailan en un perfecto compás creado por ambos y un solo susurro rompe el silencio.

- Quiero hacerte el amor una y otra vez aquí mismo - su tono de voz era suave y profundo causando que un escalofrío recorriera mí espalda.

- Y entonces, ¿Que estás esperando? - le respondo de la misma manera.

Hace que me gire para encararlo y sus labios me reciben, amo cuando me besa de esa manera.

Al separarnos una vez mas me voltea y baja el cierre de mí vestido, desliza las mangas por mis brazos, hasta que este se desliza completamente por mí cuerpo, una vez mas lo encaro y él recorre mí cuerpo con su mirada, remoja sus labios mientras comienza a quitar su traje.

Observo cada uno de sus movimientos y me deleito al verlo.

Yo misma quito mí ropa interior, yo misma me abalanzó a él y enrollo mis piernas a su alrededor, soy yo quien devora sus labios mientras su última prenda cae.

Él me sujeta de mis muslos mientras yo me abrazo a su cuerpo.

- Solo tu puedes volverme completamente loco - susurra sobre mis labios.

- Y solo tu eres capaz de saciar mí pecado - le respondo entre jadeos cuando sus besos viajan a mí cuello.

Camina a ciegas y entre besos hasta recostarme en una pared, lentamente abro mis ojos y lo observo, él también me mira y claramente puedo sentir todo lo que sus ojos me transmiten.

Desde mí posición puedo ver perfectamente la luna, misma a la que le dedico ese suave gemido que sale de mis labios cuando lo siento entrar en mí lentamente, le dedico ese gemido y los siguientes que salen cuando comienza a moverse de forma lenta y sutil, disfrutando al máximo el momento, mientras el viento acaricia nuestros cuerpos unidos en uno solo.

Sus movimientos incrementan al mismo tiempo que sus jadeos, siento como su cuerpo choca una y otra vez con el mío llevándome a límites muy elevados de placer.

Nuestras bocas se buscan desesperadamente y cuando se encuentran se funden ahogando hasta el mas mínimo sonido que amenaza con salir.

Estoy cerca y no creo poder aguantar mucho mas, el placer me golpea fuertemente causando que susurros dejen mis labios mientras me aferro fuertemente al clímax.

Él continúa moviéndose pero se que está por terminar pues sus movimientos se hacen mas firmes y a la vez algo torpes.

Y en medio de un gruñido él también se deja venir, aferrándome aun mas a su cuerpo, nos quedamos unos minutos así, con la respiración entrecortada y con la luna en su mejor resplandor.

DOLCE PECCATO +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora