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¿Sabes lo difícil que es terminar con lo que tanto amas?.

La presión en tu pecho te impide respirar con normalidad, tus manos tiemblan y las lágrimas amenazan con abrirse paso por tu rostro en cualquier momento.

Pero debes ser fuerte y resistir.

Una vez mas me encuentro en su departamento y no saben lo mucho que me duele estar parada aquí.

Espero por él, hace poco llegó y pasó de paso a darse un baño, aun no sabía que yo estaba ahí.

Me preparé y me coloqué el mas fino conjunto de lencería que tenía y lo esperé pacientemente sobre su cama.

Los segundos pasaron hasta que escuché el sonido de la puerta abrirse, entró a la habitación y se detuvo al verme.

Sonrió de alegría cuando me vió, envidiaba esa alegría que adornaba su hermoso rostro.

Cuando estudió mí rostro la sonrisa desapareció del suyo.

- Amor, ¿Que pasa? - preguntó él, pero yo no respondí ya que si hablaba rompería ahí mismo, en ese mismo momento en llanto.

Así que me levanté, caminé hacia él y lo abracé por el cuello para poder juntar nuestros labios, él me respondió al instante y se aferró a mí cuerpo como si no quisiera soltarme nunca.

Él lo sabía, sabía el porque yo estaba ahí.

- Amor - susurró.

Pero yo volví a juntar nuestros labios mientras quitaba la toalla que cubría su parte baja.

Él comenzó a negar con la cabeza, pero ya estaba decidido.

Comencé a empujarlo suavemente por su pecho hasta llegar a su cama, él me miró a los ojos y pude ver la tristeza reflejada a través de ellos.

A él también le dolía mucho.

Me paré frente a él y quité mí ropa interior, una vez lista me senté a horcajadas de él y me deslicé lentamente por su longitud.

Él me abrazó entre medio de movimientos lentos, buscó mis ojos con desesperación, pero yo los apretaba aun mas, no quería derrumbarme frente a él.

Nunca pensé que hacer el amor pudiera doler tanto.

Mí mundo se detuvo cuando lo escuché, un sollozo interrumpió el silencio, ahí abrí los ojos y mí pecho se encogió, sus hermosos ojos estaban llenos de lágrimas.

No pude contenerme mas y una vez mas lo besé dándole paso a mis propias lágrimas, esas que ya no pude contener.

Aceleré mis movimientos y ahí, entre besos y sollozos hicimos el amor una vez mas durante toda esa noche, como si no hubiera un mañana y créeme, para nosotros no lo habría.

Ahora mismo me encuentro sentada en el pequeño sillón de su habitación, viéndolo fijamente, guardando cada detalle de su bello ser en mí memoria, su respiración es calmada, está profundamente dormido.

Me levanto y camino hacia la cama, todo en mí grita que me quede ahí junto a él para siempre, pero yo misma se que ya no se puede.

Nuestro tiempo se acabó.

Dejo un pequeño beso en sus labios.

- Te Amo - susurro sobre ellos aunque se que él no me escucha.

Las lágrimas vuelven a correr por mí rostro mientras le pido en silencio una y otra vez que me perdone.

Tomo mis cosas y silenciosamente salgo de ahí, mí pecho duele pero es lo mejor que puedo hacer.

No puedo hacerte mas daño, no a ti.

Quizás algún día pueda volver a verlo a la cara y explicarle las razones por las cual estoy haciendo esto, quizás algún día él me perdone y quizás, solo quizás algún día pueda sanar esta herida.

Pero sabes, me voy feliz ya que ahí adentro se queda junto a él lo mejor de mí.

Quizás algún día pueda volver a verlo a los ojos y darle las gracias por enseñarme todo lo que aprendí con él y también agradecerle por cargar conmigo este Dulce Pecado.

DOLCE PECCATO +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora