Jeon Jungkook, el típico chico popular de todo el campus.
Min Olivia, la chica común con un hermano llamado Min Yoongi, igual de popular que su mejor amigo, Jeon.
Jungkook y Olivia, se comienzan a acercar gracias a una situación...
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Entré a la casa dando pequeños pasos tratando de hacer el mínimo ruido con el fin de que Yoongi no me descubriera.
── Hasta que llegas, jovencita ──la voz de mí hermano, hace que de un salto del susto y llevo mí mano a mí pecho.
── Joder, no me asustes así, Min Yoongi ──le regaño, mientras el salé de la oscuridad, de verdad que esa imagen da demasiado miedo.
── Ni que fuera feo ──estaba por responder aquello── ni se te ocurra si quiera pensarlo
Alzo mis manos en son de paz.
── ¿Qué haces a estás horas de la noche aquí en la sala, en medio de la oscuridad? ¿Ahora te crees Batman?
── Soy mucho mejor que Batman ──dijo con aires de grande── oye, no intentes cambiar el tema, ¿Estabas con tú Romeo?
── ¿Qué Romeo, Yoongi? ──ruedo los ojos, pero me es inevitable no pensar en lo que ocurrió está tarde y sonrío inconcientemente.
── ¿Qué es esa sonrisita, niña?
── Nada ──le respondo rápido y vuelvo a tomar mí compostura.
── Que nada, ni que ocho cuartos. Ahora me vas a contar todo el chisme, detalle a detalle ──me jala del brazo y me lleva directo a mí habitación.
¿Chico malo, él? ¿Min Yoongi? No me hagan reír. Solo sirve para buscar algún chisme el cual pueda compartir con las vecinas chismosas cuando se juntan a comer unos buenos tamales ──soy testigo── claramente no puedo faltar a esas reuniones, pero él es peor que yo.
── Te lo diré, pero-...
── No se lo diré a nadie ──se apresura a decir, mentiras, ojalá y no lo conociera los suficiente como para creerle.
── Bueno, ¿Por dónde empiezo?
── ¡Pues por el principio, tarada! ──le miro mal, pero a él no le importa en lo más mínimo.
Sin nada más que decir, empiezo a contarle todo. Me sorprende que esté atento a cada palabra que digo, pero después de todo, supongo que esto es más interesante ──hasta a mí me parece interesante.
Después de contarle con todo detalle lo que había pasado está tarde, decidimos hacer una pequeña pijamada. Hace mucho no hacíamos una y él estuvo de acuerdo en la idea.
A la mañana siguiente, me levanto gracias a qué terminé tirada en el suelo, ¿Por qué? ¡Una patada!
── ¡Min Yoongi! ──se asusta también haciéndolo terminar en el piso── me has roto una costilla, cabrón
── ¡Y tú a mí, maldita! ──me grita de vuelta.
Y así es como empezamos una batalla de insultos, ¿Linda forma de empezar el día, no? Algo muy común si hablamos de nosotros los hermanos Min.
