Capítulo 8: ¡Tetas!

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Pese a que Izuku debería estar acostumbrado a que el teléfono sonase a altas horas de la madrugada, en realidad, su corazón siempre se aceleraba pensando en que algo malo había ocurrido. Nadie llamaba a esas horas si es que no era una urgencia, excepto Shoto, pero aun así...

Izuku miró la hora en la pantalla de su teléfono antes de responder la llamada: eran las cinco. Shoto solía llamar a partir de las seis cuando lo hacía. Su corazón se encogió con mayor fuerza y se incorporó con rapidez respondiendo con una voz somnolienta.

— ¿Dígame? – preguntó.

— ¿Deku? Tienes que ir rápido al hospital. Acaban de ingresar a Bakugo y a Todoroki por algún problema en la misión.

La voz de Kirishima sonaba angustiosa y podía escuchar de fondo un ruido metálico. Seguramente buscaba las llaves de casa para ir en ese mismo instante al hospital.

— Voy ahora mismo. ¿Sabes cómo están?

— No me han dado detalles, sólo que estaban en el hospital. Seguramente Endeavor te llamará ahora. Acaban de avisarme.

Agarrando el teléfono entre su oreja y el hombro, Izuku se levantó con rapidez y empezó a ponerse los primeros pantalones de diario que encontró.

— Te veo en el hospital. Gracias por avisarme.

Colgó el teléfono y lo lanzó sobre la colcha de la cama para terminar de vestirse. No pensaba desayunar, ni arreglarse, los nervios por saber qué había ocurrido con su esposo eran demasiado intensos como para poder desviar su pensamiento a otra cosa. Sólo quería llegar al hospital cuanto antes y enterarse del estado de Shoto.

Terminó de abrocharse, agarró el teléfono para guardarlo y salió corriendo de la casa calzándose en el propio ascensor mientras sostenía las llaves de casa entre sus labios. Esa era sin duda su peor pesadilla, que le despertasen por alguna emergencia o accidente que Shoto hubiera tenido.

En cuanto llegó abajo, con una carga del veinticinco por ciento de su fuerza, salió corriendo. Sabía que podía alcanzar mayor velocidad que cualquier taxi o metro que estuviera funcionando en ese momento.

A su velocidad y sin tráfico ni gente a esas horas de la madrugada, no tardó más de quince minutos en llegar, para entonces, Kirishima cruzaba el parking corriendo. Él vivía no muy lejos del hospital.

— Deku, has llegado rápido.

— ¿Sabes algo de ellos?

— No. Endeavor no ha vuelto a llamarme. Será mejor entrar y preguntar por ellos.

Con rapidez y un rostro cargado de preocupación, ambos héroes acudieron de inmediato a la recepción para preguntar por sus compañeros. La chica de la recepción les señaló la puerta y ambos accedieron al ascensor para ir a la sala donde les tenían en observación.

En el pasillo, Endeavor y algunos otros héroes del turno nocturno se encontraban allí esperando noticias.

— Endeavor... ¿Cómo está? – preguntó Deku con rapidez. Salir con el hijo del jefe tenía ciertas ventajas a veces, y una de ellas era la confianza que en esos años había obtenido.

— Ya nos dejan entrar a verles y están fuera de peligro, pero... hay algo que deberíais saber antes de entr...

¡Los jóvenes de hoy en día no escuchaban! Eso fue lo que pensó Endeavor al ver cómo ambos muchachos se lanzaban a la puerta y la abrían para satisfacer su preocupación.

— ¿Tetas? – al unísono habían sonado tanto Kirishima como Deku frente a un gran sonrojo que acudió a sus mejillas al ver lo ocurrido.

— ¿Por qué todos decís lo mismo? – preguntó Shoto ante el desconcierto. Hasta su padre había dicho lo mismo cuando entró a verles.

Together (Boku no hero: Deku-Todo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora