Capítulo 26: Rescate

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Ambos estaban cabreados con aquella situación y, por eso mismo, dejar de correr no era una opción. Iban a alcanzar a esa furgoneta y destrozar a esos tipos que habían osado entrar en el hospital y secuestrar a Shoto y al niño.

Saliendo de la altura de los edificios, pronto apareció frente a ellos la autovía. La última noticia que tenían de la furgoneta era que se dirigía hacia allí. Ambos héroes observaron el lugar. A esas horas había mucho tráfico. Los camioneros trabajaban y eso impedía ver bien a los coches que adelantaban, sin embargo, Deku se dio cuenta con rapidez de la furgoneta que salía a la autovía en esos momentos y que se dirigía al norte para irse de la ciudad.

— Allí – exclamó Deku a su compañero. Bakugo desvió la mirada con rapidez hacia la furgoneta y sonrió con arrogancia.

— Tú a por el niño, yo me ocupo de Shoto – ordenó más que hablarlo, pese a ello, Izuku no dijo nada, acató la orden y corrió tras él.

— Saquémoslo de la carretera para evitar problemas mayores – comentó Izuku.

— Hecho – sentenció Bakugo, colocándose encima de la furgoneta y pasando sobre ella hasta posicionarse delante. Todavía en el aire, viendo a los conductores por el cristal, colocó sus manos delante y apuntó a la calzada bajo la furgoneta.

La explosión provocó que la furgoneta se elevase del suelo y sabía que eso no podría haberlo hecho de no estar su compañero al lado. Esa explosión provocaría que la furgoneta que había salido propulsada diera vueltas de campana sin control alguno, poniendo en riesgo a sus ocupantes, incluido Shoto y el niño, sin embargo, el látigo negro de Deku agarró la furgoneta con fuerza evitando que diera las vueltas y elevándola más todavía para poder sacarla de la autovía hacia el terreno del lateral.

En cuanto la furgoneta tocó el suelo con suavidad, otra explosión abrió la puerta sin dar demasiado tiempo a reaccionar a los villanos.

— Os encontré – sonó la ronca voz de Bakugo de mal humor mientras sonreía con arrogancia al ver a los villanos.

Bakugo fue a poner el pie dentro de la furgoneta cuando sintió que su pie se hundía. Como si fuera una masa viscosa o unas arenas movedizas, se sentía atrapado, sin embargo, sintió el látigo negro de Deku enrollarse en su cintura y tirar de él hacia atrás para sacarle de allí. Sin duda alguna, aquello debía ser una de las habilidades enemigas.

— Ten cuidado – susurró Deku – aún no sabemos a qué dones nos enfrentamos.

— Lo sé – se quejó Bakugo con la mirada fija en la figura de Shoto Todoroki. Tumbado dentro de la furgoneta inconsciente, parecían haberle drogado o algo para mantenerle quietecito y que no les diera problemas. Instintivamente buscó al niño aunque no podía verle.

— Céntrate en Todoroki – susurró Izuku – yo busco a mi hijo.

¡Enfadado! Cada vez estaba más enfadado. Miraba a Shoto en esa furgoneta y lo único en lo que Bakugo podía pensar era en todo el tiempo que había soportado siendo una chica, en el malestar del embarazo, en lo poco que se había estado quejando, en aguantar parte de la misión de Izuku estando él solo y ahora... el parto. Después de todo eso lo único que quería era que Shoto descansase por fin y venían esos indeseables a tocar las narices.

Por un instante miró a Izuku. Quizá parecía mantener la serenidad, pero en el fondo, viendo las reacciones de su cuerpo, supo que podía estar incluso más enfadado que él. Sus puños se apretaban con fuerza y trataba de respirar con suavidad para tranquilizarse y pensar fríamente en esa situación, pero sus nervios por recuperar a su familia eran visibles en esos pequeños detalles. Estaba más alterado que él, de eso estuvo seguro Bakugo. En esos instantes, debía estar combatiendo contra sus propios impulsos para no cometer una locura o un error.

Together (Boku no hero: Deku-Todo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora