XI: Caminata.

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Caminábamos y caminábamos, sin detenernos más que para tomar un poco de agua.

El frío me entumecía las piernas, por lo que tuve que bajar el ritmo.

            -Vamos, Claire. Si te pierdo, no sé qué pasaría -se detuvo a pensar-. Eso sonó estúpido. Claire, camina o te mato -sonrió-.

            -Pensé que no tenías balas. ¿Y no soy importante, supuestamente?

            -Solo eres importante porque tengo que saber qué pasó en los recuerdos que perdimos, eso es fundamental. Y sí, tengo balas reales, solo que de momento no he visto necesidad de usarlas, aunque podría cambiar de opinión de un momento a otro...

¿Qué recuerdos serían tan importantes para él recuperar? Algo debió haber ocurrido mientras dormíamos, o algo habría notado diferente al despertar. Pero escapar no era una opción, sabía que a As no le temblaría la mano al matar a alguien, mientras no fuera un material importante.

En un tramo del camino, nos cruzamos con un perro herido justo en medio del pavimento. As lo vio y siguió caminando, indiferente. Me quise acercar al animal.

            -Camina. No tenemos tiempo para estas cosas.

            -Está lastimado, podría pasar otro auto y... ¿No sientes compasión? -me detuve.

            -¿Compasión? No lo conozco, no me interesa. Déjalo morir y vamos -comenzó a buscar algo en su bolsillo.

            -No tienes sentimientos -dije mirando preocupada al perrito.

Me apuntó con el revólver.

            -¿Esto no es lo suficientemente claro?

Seguimos un largo rato en silencio. Yo volteaba cada poca distancia para ver al animal que no pude ayudar.

Lo último que vi antes de perderlo de vista fueron dos potentes luces que venían detrás de él.

            -Sentimientos -As rompió el silencio-. Claramente, tengo sentimientos. No soy un robot ni nada de eso. Pero trato de centrarme en lo eficiente. La empatía no me sirve, es estúpida. Tampoco el preocuparme por otros cuando ya tengo muchos problemas encima. Lo podrás ver egoísta, pero así se comportan muchos animales. La supervivencia propia es lo más importante, o así debería ser. Aunque hay sentimientos necesarios e importantes. Como el miedo.

Mientras sacaba un paquete de galletas, respondí.

            -¿El miedo?

            -El miedo es el método para la opresión por excelencia, como ha pasado en muchas dictaduras. La amenaza. Además, el miedo es lo que impide a los idiotas morir. Todos hablan de la valentía, pero con demasiada ¿no nos lanzaríamos a peligros que no podemos manejar solo por no pensar en los riesgos? Así es como mueren los que se creen héroes.

            -Ah -tragué la galleta que masticaba -. Así que una dosis de miedo es necesaria. Bueno, si hubiese una protección como alambres eléctricos en las plantaciones, los espantapájaros solo estarían para evitar los cadáveres innecesarios sobre el maíz ¿no?

Me sacó el paquete de la mano y tomó cuatro galletas.

            -Es una manera de verlo. Si no fueras tan molesta, podrías ayudarme con ciertos negocios.

            -¿Eres fan de "El Padrino", As? Veo que te gusta mucho jugar al mafioso.

Sonrió sarcásticamente y se rascó la nuca.

            -Cuando era un niño me decían que me veía como Marlon Brando.

            -Brando es mucho más guapo -reí-. Imagínate que muchas chicas tuvieran un póster suyo en la pared.

As me miró con cara de "ya no es divertido". El era muy bueno dando caras que dijeran algo concreto.

El chico no volvió a hablar por varias horas. Por momentos, sentí que el silencio me volvería loca. Nunca caminaba tanto hasta conocer a As, podría caminar tardes enteras sin detenerse y conservar sus energías.

El alba llegó con el canto de alegres pájaros anunciándolo. El aire comenzó a calentarse poco a poco, alejando el frío nocturno.

            -Veamos... El siguiente punto en la lista es Bessie -habló por fin-. Parece que me equivoqué y puse el recuperar tus memorias antes. Pero para eso necesitamos al Cuimne, y para encontrar al Cuimne necesitamos a Bessie.

            -Comienza a molestarme tu falta de claridad -bufé-. Explícame quién demonios es Bessie.

As se detuvo, me miró y sonrió con muchas ganas.

Comenzó a correr velozmente en línea recta, continuando por la misma acera.

Sin entender qué hacía, lo seguí de inmediato.

Dejó la carrera tras dos cuadras. Entonces, se paró frente a una puerta de garaje, sacó un control de su bolsillo y presionó un pequeño botón verde.

    -Esto -dio una pequeña pausa antes de seguir hablando-, es Bessie.

La puerta se abrió lentamente y me dejó ver una gran y brillante moto negra.

A su lado, varias cajas viejas se encontraban apiladas contra la pared.

            -¿Bessie es una moto? -lo miré extrañada.

            -No seas estúpida -respondió-. Es de idiota poner ese nombre a una moto -asentí dándole la razón-. Esta belleza se llama Quinn.

Puse los ojos en blanco.

            -¿Entonces qué es Bessie?

Entró al garaje y tomó una de las cajas. La abrió y extrajo un largo puñal de mango dorado. Lo dejó a un lado y metió la mano en la caja nuevamente, sacando una esfera de goma rosa ligeramente más grande que la palma de su mano.

La hizo rebotar en un malabar y me la lanzó.

Cuando la atajé en el aire, habló.

            -Claire, te presento a Bessie.

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Hola :D Perdón por la demora, acá llegó el capítulo.

Espero que les guste, saludos.

P.D.: Aparentemente Wattpad cambió de diseño y no respeta del todo el espacio entre líneas original de Word, por lo que si ven errores entre párrafos, ya saben a qué se debe.


Como un juego de Poker [En pausa].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora