2 AÑOS ATRÁS:
Desde que salí de la universidad mi vida no ha podido ser más mierda, a cada nada tengo estos fuertes dolores de cabeza, cada segundo que paso en esta puta sala tengo la sensación de matar a todos los que están aquí y la verdad es que no me culpo, detesto a las personas.
— ¿Me estás escuchando Kayden? —me preguntó mi compañero de trabajo.
—¿Tú que crees? —le respondo mirándolo fijamente a los ojos, es obvio que no,¿Por qué todo mundo cree que les prestaré atención?, ni para qué decir Dios porque está clarísimo que yo no creo en esas cosas.
—Pues está claro que no es así —contesta exasperado.
¡ESPEREN!
Por favor, alguien que le explique a este tipo que mi frase fue sarcástica porque al parecer le hace falta la mitad de su cerebro para entenderme.
La verdad estoy harta de aguantar a todos mis supuestos "compañeros", ansío poder largarme de este lugar lo más pronto posible.
— Tienes tres días para arreglar todos tus asuntos aquí en Rusia, el hospital psiquiátrico de Londres necesita a alguien que tenga experiencia con cierta enfermedad — dijo Asiel.
—¿QUÉ MIERDA?, ¡¿TRES DÍAS?!, tú más que nadie debería saber que me deben avisar una semana de anticipación, Asiel —espete tratando de calmarme.
— Para serte sincero, me importa un carajo lo que digas, lo único que debes hacer es acatar las órdenes que se te dan, así que en tres días ya no quiero ver más tu cara por aquí.
— Perfecto, si no tienes algo más que decir, me largo— no quiero seguir viendo su estúpida cara.
Salí de la sala cansada de soportar tanta pendejada.
Tengo un enamorado y siendo sincera estoy con él porque creí que así al fin sentiría algo, pero en realidad terminó siendo otra cosa, no siento nada por él, estoy empezando a entender que confundí "cariño" con "amor'', y al cabo de unos momentos recibo una llamada por parte de él.
— Hola amor— Roger dijo a través del celular, y empezamos con las cursilerías de siempre.
— Hola —Contesto, la verdad es que no me importa lo más mínimo hablar con él, pero supongo que en estos momentos puede ser el único que me baje este mal humor que me cargo.
—¿Qué tal tu día, mi vida, mi sol, amor de mi vida? —Pregunta con una voz infantil intentando ser cariñoso.
—No quiero hablar de eso por teléfono, ven al apartamento a las dos de la tarde. Te espero ahí, amor— digo intentando sonar enamorada.
—Está bien, muñeca —alega con una voz de picardía.
Salgo del hospital preguntándome por qué demonios tengo que ser yo cuando hay personas más capacitadas para ese trabajo, entre tantos pensamientos sin darme cuenta llegó al apartamento, y lo veo.
—Hola— saludo al hombre que tengo al frente.
—Hola, cariño— responde.
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CUORE
RomanceYo una chica con defectos les demostraré que puedo ser el mismísimo diablo si me lo propongo, mi vida no ha sido fácil y peor aún cuando lo conocí a él. Él, el chico que con una mirada causa orgasmos, el que te da el mejor sexo que puedes imaginar...