Yo una chica con defectos les demostraré que puedo ser el mismísimo diablo si me lo propongo, mi vida no ha sido fácil y peor aún cuando lo conocí a él.
Él, el chico que con una mirada causa orgasmos, el que te da el mejor sexo que puedes imaginar...
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Antes de comenzar quiero que al final lean la notita que les deje. Es importante porque ahí doy una breve explicación sobre algo.
REPRIMIR:
KAYDEN:
Después del incidente con el paciente del cual soy responsable, no he hecho más que pensar en cosas que hace mucho tiempo creí haber sanado, tiempo atrás me preocupaba a cantidades exageradas, ahora no, solo debo hacer lo mismo que he hecho todos estos años «Reprimir».
Claro está que para muchos reprimir es un sentimiento que se desarrolla porque en algún punto de la vida te enfrentas a situaciones complicadas y duras a las que hay que afrontar, por lo que, de cierta manera, tienes que empezar a reprimir todos esos sentimientos que te obstaculizan seguir adelante. Para mí no, no es un sentimiento que nació a causa de alguna situación complicada, simplemente lo hago porque el trabajo que tengo ahora mismo, me costó noches de sueño en la universidad y no por estos desplantes lo voy a perder.
Paso todo el día con mis pacientes y no me es para nada difícil el estar con ellos en sesiones trabajando la enfermedad o trastorno que ya se les ha diagnosticado, sin embargo, para muchos es fácil pensar que sólo me siento en una silla y comenzamos hablar como si fuésemos grandes amigos (doctor y paciente), cuando en realidad no saben, que realmente cuesta trabajo hacerlos hablar, yo no soy una psicóloga, soy una psiquiatra, y por lo tanto, el trabajo que tenemos es diferente, mucho más complejo, identificamos cuales son los síntomas que presenta el paciente para así poder evaluarlo y con eso diagnosticarle a qué tipo de enfermedad se está enfrentando la familia, si acaso todos pudieran observar cómo trabajamos dejarían de decir que ser un psiquiatra es más fácil que ser un psicólogo.
Doy gracias que solo tengo que ver al chico los miércoles, viernes y domingos, no puedo describir cada sesión que pasó con él, son horas borrascosas en donde no hace más que mentir, todo lo que le pregunto lo evade, miente o simplemente se queda callado, he tratado con pacientes peores, pero sencillamente no puedo lograr conectar con él.
—Se le solicita en la sala de reuniones— me dice Mariam una de las enfermeras del hospital.
—¿Quién me manda llamar?— Pregunto, por lo general nadie me manda a llamar a menos que sea algo importante.
Al llegar aquí por un momento me imagine que los doctores, enfermeras y todo el personal que trabaja aquí me recibiría bien, pero que mal estaba.Cuando conocí a Mariam se me hizo una enfermera normal al igual que todas las demás, pero conforme pasó el tiempo empezó a mostrar como era, al igual que su amiga Daphne. Nunca me ha importado como son las personas realmente porque yo soy peor que ellos, no obstante, ellas no las tolero ni un segundo, cada vez que las veo a lo lejos evito acercarme a ellas, no quisiera ganarme una sanción por parte de mi jefa al responder alguno de sus comentarios sarcásticos.
—No lo sé— responde la muy insolente sacándome de mis pensamientos y se aleja junto con su amiga Daphne.
Me levanto de la silla y me dispongo a salir de mi oficina, preguntándome quién mierda me manda a llamar a estas horas, mis conocidos saben que mis horas de trabajo acaban hasta la noche, y por lo tanto, no deben molestarme durante el día , cuando de pronto la puerta se abre abruptamente.
