CAPÍTULO 9

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ELIÁN:

Camino por los pasillos que me llevaran a mi habitación, agradezco mucho a Mariam y Daphne por llevarme antes por estos, a veces follar con alguien del personal puede ser útil. Cada parte de mi cuerpo hierve de ira al recordar al estupido doctorcito «¿cómo se le ocurre pensar que ella es alguien a quien puedan controlar?», lo veo en sus ojos, en la manera en como me observa, ella está tan jodida como yo y nadie puede negar eso.

Entro a mi habitación, me acuesto en la cama, me muevo de un lado a otro tratando de conciliar el sueño pero, es inutil asi que opto por lo mejor que se hacer «masturbarme», cierro los ojos y mi mente viaja automáticamente imaginando unos ojos negros como la noche.

Bajo mis pantalones junto con mi boxer, mi pene está listo para correrse pensando en esa mujer que se cree la puta ama, muevo mi mano por todo mi falo hasta llegar a mis testículos, de arriba abajo, masajeo la punta con mi dedo pulgar, el liquido preseminal se hace presente y no dejo de pensar en esas caderas, en sus voluminosas tetas y el culo perfecto que tiene.

Muevo mi mano de arriba abajo esta vez con mayor velocidad mientras no dejo de pensar e imaginar cómo sería si la tuviera encima de mí, cabalgando y saltando sobre mi verga, gimiendo mi nombre y yo dandole embestidas fuertes, haciendo que jamas en su puta vida olvide una follada como esta, cuando estoy a punto de llegar a mi clímax se sienten unos golpes en la puerta de la habitación, gruñó en protesta pero, continúo con los movimientos, siento la puerta abrirse y se vislumbra la silueta de alguien, se adentra y cierra la puerta detrás de ella, giro mi cabeza por unos segundos y me doy cuenta que es ella, sonrío para mis adentros y continuo, no pienso detenerme en estos momentos.

—¿Es en serio, Elián? —pregunta con voz socarrona— ¿En quién pensará el queridísimo Elián cuando se masturba?

—En ti —le digo sinceramente — Si no vienes ayudarme, entonces no se que haces aquí.

—Perfecto, hazme un espacio, te enseñaré como lo hace una experta— dice, asombrándome al instante.

Ella lo nota y solo sonríe acercándose, le hago un espacio en la cama, se acuesta y su mano viaja a mi polla mientras la mueve de manera experta, de arriba abajo, en una velocidad impresionante y que me excita fácilmente.

—Así es como se hace, si vas a masturbarte hazlo bien.

—Hazme una mamada, Kayden.

—Ja,ja,ja, tan estúpido eres como para creer que metere tu polla en mi boca—dice mientras se rie.

Bajo mi mano hacia su vagina pero ella lo manotea rápidamente y detiene su mano que está en mi polla, gruñó en protesta pero ella no parece importarle, se levanta de la cama dejándome con ganas de más.

—Te dije que te ayudaria con tu puto problema, no que me tocaras maldito imbecil.

—No se suponía que esto era mutuo, tu me ayudas y yo te ayudo, es recíproco.

—No necesito tus manos para poder tener un orgasmo —dice se gira y —Te espero en mi oficina en diez minutos, ni un minuto más.

Observo como sale de la habitación azotando la puerta en el proceso, cabreado y todavía erecto me subo el pantalón junto con el boxer, tomo las toallas húmedas que se encuentran en uno de los cajones de la mesa de noche y me levanto de la cama para dirigirme a la puta oficina, no puedo creer que se enojara porque la quise tocar, toda mujer quiere que la toque ¿por qué mierda ella no?, mientras camino veo como Daphne se dirige a la sala de enfermería, aprovecho para acercarme y preguntar por Mariam.

—Oye tú... ¿Sabes dónde está tu amiga?— pregunto.

Ella se queda mirándome fijamente, sin decir nada me da la espalda y se va. Quedó un poco desconcertado por su actitud, pero me da igual «que se jodan todos».

Al llegar a la oficina de Kay.. Digo de la doctora Ivanova y entró sin tocar.

—¿Acaso no te enseñaron modales o que? — espeta Kayden de forma brusca.

—Claro que me los enseñaron, acá la pregunta es ¿No es que ya tenemos confianza?— le respondo de manera tranquila.

—Mira, Elián, que yo haya ido a tu cuarto y te ayudará a masturbarte no es sinónimo de confianza, ¿O si?—intentó decir algo, pero soy interrumpido— Además ¿con que derecho te crees para tutearme?, que yo recuerde no te di permiso para ello— responde de manera hostil.

Me siento un poco acorralado ante la situación, no voy a negar que ese carácter me la pone dura, sin embargo, no pue...

—¿Me estas escuchando, Elián?—

—¿Eh?— pregunto un poco aturdido. No estaba prestando un carajo de atención debido a que estaba consumido por mis pensamientos.

—Claramente no me estabas prestando atención, tendré que ponerte un castigo— dice con voz sensual.

Estoy completamente confundido, primero va a mi habitación, me ve masturbándome y se acerca a ayudarme, pero cuando yo también la quiero tocar se enfurece y se va, y ahora me va a imponer un castigo, «¿quién coño se cree esta tipa?»

—¿Quién se cree usted? le recuerdo que solo es mi psiquiatra.— respondo enojado.

—¿Y tú qué clase de castigo crees que te voy a dar?, ¿Acaso me estás viendo con otros ojos?, ¿Crees que no se que te follas a Mariam? — espeta con un tono de voz muy alto.

Me quedo petrificado ante lo que dice y .....

Me empiezo a carcajear con todas mis fuerzas.

—¿Y luego?, eso a ti en que te afecta, ¿eres mi esposa? ¿novia? ¿eres algo mío?— espeto con ironía, la verdad me estoy cansando de esto— Claro que no eres nada, así que agradecería que se metiera todas sus quejas por el culo—

Salgo de ahí cerrando la puerta con fuerza.

A mi nadie me va a hacer pataletas, yo tengo una esposa e hijo que mantener y gracias a que estoy aquí no he podido verlos, estoy realmente preocupado, necesito que vengan a verme para al menos saber si están bien.

Entro a mi habitación y me encuentro con una silueta que ya conozco muy bien...

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⏰ Última actualización: Jan 15, 2022 ⏰

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