Corazón y recuerdos aletargados

12 0 0
                                    

Por fin Arelis se recuperaba a la par que Sora parecía mejorar un poco, aunque aún le faltara. Al parecer el colgante estaba dando muy buen resultado.

- Arelis, traeré algo de fruta, enseguida vuelvo. - Decía Sora tan alegre como siempre. Desde lo del colgante parecía más aliviado y tranquilo. 

- Veamos, cuales puedo llevar... - Se decía el joven a si mismo, pero antes de comenzar siquiera a tomar algunas, un portal se mostró ante él. Era oscuro como la noche cuando la luna no se ve, pero no daba miedo, sino todo lo contrario. Una sensación un tanto familiar procedía de el. 

Arelis por su parte notó como los recuerdos de Sora volvían a reaccionar, suponiendo así que algo había pasado, es por ello que se levantó y fue a buscarlo. 

Volviendo con Sora, este notaba aquella sensación que le provocaba algo de felicidad por alguna razón que no entendía, pero que pronto cambiaría por preocupación al ver que de aquel portal salía un chico de ojos celestes y cabello plateado. El joven se podía ver algo aturdido.

- Te encuentras bien... - Un poco angustiado Sora se preocupó al verlo tambalearse, cosa que hizo que aquel extraño apoyara su mano sobre este, poniendo la otra sobre su cabeza en señal de incomodidad. - Oye... - Seguía intentando que el joven reaccionara, pero tan solo consiguió que mirara su cara y callera pronunciando su nombre. Sora lo cogió antes de que callera al suelo, pero algo no le cuadraba. ¿ Cómo o por qué lo llamó por su nombre?, algo era muy extraño. 

- Sora, ocurre... - Arelis llegó al lugar para ver como Sora intentaba levantar a aquel joven. Otra vez aquellos recuerdos sellados volvieron a reaccionar, dando por sentado esta que aquella persona era la clave para ayudarlos en todo el embrollo. 

- Chicos qué ocurre...- Un retrasado Leo llegaba a escena para terminar ayudando a cargar al joven que desmayado se hallaba. Lo llevaron al cuarto donde Sora dormía ya que era el más cercano.
- Sora, por qué no vas con Leo y siguen con su entrenamiento. - Decía Arelis mientras observaba como el chico de cabello castaño observaba al extraño recién llegado con preocupación. 

- ... - No diría nada ni apartaría su vista de aquel joven, al parecer si que le había afectado la presencia del mismo. 

- Si te preocupa el dejarlo solo, yo lo vigilo, en cuanto despierte te avisaré, lo prometo. - Arelis tocó el hombro de Sora quien por fin giraba su cabeza para ver a la chica quien al fin consiguió convencerlo. Momentos más tarde Riku despertó. 

- Sora... - Era lo primero que decía al abrir poco a poco sus ojos. 

- Tranquilo, ¿ cómo te encuentras? - 

- ¿ Dónde estoy?, ¿ dónde está Sora?. -

- El está bien, pero deberías preocuparte más por ti mismo. No todo el mundo pasa por ese tipo de portal y llega aquí como tú, debes estar agotado. - 

- Estoy bien. - Para Arelis no parecía el caso, aún esa persona podía verse bastante mal y a su vez preocupada, lo que daba a entender que hasta que no tuviera alguna certeza de que Sora estaba bien y poder verlo no quedaría tranquilo. 

- Antes que nada, dime quién eres y que buscas. - Arelis no era tonta, incluso sabiendo lo preguntado, debía hacer aquel camino para librarse de sospechas, ya que realmente no conocía de nada a esa persona sino fuera por los recuerdos de Sora haciendo de las suyas. 

- ... - Por un momento dudó, pero terminó contestando con una breve historia que lo llevó hasta aquel momento. El como estuvieron tanto él como muchos otros buscando a Sora, y que terminó por "casualidad" en ese mundo. Arelis sabía perfectamente que lo último no era verdad, pero esto demostraba que aquel chico era mucho más precavido de lo que se esperaba.

- Ya veo. Bueno, lo primero que debes saber es que Sora perdió sus recuerdos, es por ello que no reconocerá a nadie, pero por lo demás está bien. - Riku suspiraba un poco cansado pero ya más calmado. - Supongo que será un poco triste el encontrar a tu amigo de esta forma. -

- Un poco, pero no me preocupa tanto ya que da igual que tanto pierda, él jamás cambia. - Una sonrisa acompañaba esta frase. 

- Bien, puesto que te has despertado, ¿te gustaría ver ahora a Sora? - El otro tan solo asentía, más que tan solo querer, después de tanto tiempo era una necesidad.  - Iré a buscarlo, tú descansa. - Y sin más la chica salió por la puerta en busca del joven nombrado, quién poco después aparecía por la puerta cargando algo de comer y beber. Mientras tanto Arelis acompañada de Leo recibían un llamado urgente de la reina quien los apresuraba a presentarse ante ella. 

- ¿ Cómo te sientes? - Preguntaba algo inquieto mientras soltaba la bandeja donde cargaba con todo. 

- Bien, muchas gracias por ayudarme. - Sora rascaba su nuca en señal de vergüenza mientras mostraba una gran sonrisa. Así comenzaron a hablar. - He escuchado por ella que no recuerdas cómo llegaste a este lugar. - La sonrisa se nublaba un poco.

- Si, así es. Pero se que en algún momento los recuperaré y entonces podré saber hacia donde tengo que ir. - Decía mientras su mirada se dirigía hacia la ventana por la que se podía observar el huerto que era atravesado por una especie de camino. - Algún día volveré a ese lugar al que pertenezco. - Palabras que para Riku no eran ninguna tontería, ya que sabía a lo que se refería. Estaba seguro de incluso sin sus recuerdos, su lugar al cual regresar no había cambiado, seguiría siendo aquella playa donde todo empezó y donde se vieron por última vez. 

Fanfic Kingdom HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora