Con un gesto de aquella persona, un portal se abrió, dando como resultado una vista de una noche estrellada a través de el. Una playa desierta con algunas pequeñas construcciones en madera además de palmeras podían observarse también. Ambas atravesaron aquel portal, para llegar a un lugar conocido para muchos como "Islas del destino".
Con estar en aquel lugar, algo dentro del pecho de Arelis comenzó a doler, era como si aquello que estaba dentro quisiera gritar y decir a todos que había vuelto, pero aún era temprano para ello, es por eso que la visita fue corta.
Minutos después, se podía ver como un joven de cabello plateado corría por el lugar como si buscara algo desesperadamente. Paró y observó a su alrededor jadeando por el esfuerzo. Se maldecía a si mismo por fallar una vez más al no encontrar aquello que anhelaba, pero sabía que no sería fácil aunque esperaba que una vez más, "el talento innato para que ocurriera algo mágico" que lo trajera de vuelta ocurriera. Como era de esperar no lo hizo, y este cada vez estaba más frustrado, pero no perdía la esperanza.
A la mañana siguiente, se podía ver a dos chicos en la playa. Tanto Riku como Kairi se sentían en cierto modo de la misma manera. Ambos echaban de menos a ese compañero suyo tan ruidoso al que no veían hacía tiempo, pero sabían con certeza que acabarían encontrando.
- Ya hace más de un año que se fue, me pregunto si en algún momento podré darle las gracias. - Decía Kairi mientras observaba el horizonte.
- No te preocupes, estoy seguro de que pronto lo podremos traer de vuelta. Tan solo hemos de continuar buscando. - Imitaba a su vez Riku a la anterior.
- Ojalá tengas razón, y de ese modo puedas al fin decirle la verdad. - Sonreía la joven de forma derrotada. Suspiraba ya que su corazón pertenecía a aquel joven que no estaba, pero sabía que para el otro no era igual. Ella era consciente de que la salvó porque así era él, una persona gentil, amable, y sobre todo leal, que nunca se rinde, y que tiene la fortaleza para llevar a cabo las locuras que cometía con tal de que sus personas preciadas estuvieran a salvo y felices. No era de extrañar que esta se hubiera enamorado, era normal ya que él había echo tanto por ella.
- Sobre eso... - Pensaba en eludir aquella cuestión, pero sabía que con Kairi no habría opción a ello. La joven era perspicaz, y el echo de llevar tanto juntos, hacía que los conociera como si fuera su hermana mayor.
- Vamos Riku, ya no somos unos niños. Además, si no se lo dices tú, crees que Sora dará el primer paso... - Tenía razón. Riku lo conocía mejor que nadie, y no era para menos. Sabía de todas sus cualidades, y lo cabeza hueca que llegaba a ser en la mayoría de ocasiones, es por eso que al recordarlo éste no pudo evitar soltar una carcajada dándole finalmente la razón a la chica.
A partir de ese mismo día, la presencia que Riku en aquella playa se haría más y más notable con el paso de los días, ya que atardecer tras atardecer la presencia de los recuerdos de Sora se haría presente en el mismo lugar. Esto daría como resultado que aquellos recuerdos resonaran en el corazón de el joven Riku, quien debido a su conexión, sentiría que él estaba cerca.
Una de tantas tardes, el joven decidió quedarse en el lugar para poder estar cerca en caso de que esa presencia volviera, sin embargo no lo hizo por alguna razón. Un fracaso más, pensaba, pero quizás hubiera una explicación para aquello. Un par de días de tranquilidad hubo, eso es lo que algunos pensarían ya que los sucesos de los días anteriores no ocurrieron, sin embargo, para Riku no era algo bueno. Esto era más una desilusión que una alegría.
Cuando por fin parecía que la búsqueda avanzaba, un paso atrás era dado, y de esta forma la pista se perdía, aunque no todo lo estaba. En algún momento se volvería a vislumbrar aquello, o al menos eso se esperaba.
Riku dejó de visitar aquella playa durante una semana, con la esperanza de que en algún momento Sora lo volviera a contactar, aunque, no pudo contenerse y el día que hizo ocho, terminó visitando de nuevo el lugar.
La tarde estaba tranquila, se podía oír como las olas partían en la orilla, y como las gaviotas revoloteaban cerca del lugar. Una brisa que en cierto modo lo calmaba, haciendo que recordara aquellos momentos donde un despreocupado Sora se tumbaba a la bartola. Suspiraba, como anhelaba aquellos momentos.
La puesta de sol marcaba su señal, pensó que ya nada más podía hacer allí, pero no era así del todo. De nuevo volvió la sensación que tiempo atrás tuvo, y supo de inmediato que se trataba de Sora, pero por desgracia no había nadie a su alrededor. ¿Era aquello una burla del destino, o era una señal?, no estaba seguro, pero de lo que si tenía certeza era que aquella botella que se acercaba a la playa no era una ilusión.
Aprisa se acercó hasta ella, la recogió y abrió para leer lo que en su interior se hallaba. Una nota no demasiado larga lo instaba a prepararse para un viaje incierto.
Un destino desconocido, una tierra sin visitar, pero las palabras y el colgante recogidos fueron suficientes para decidir emprender ese viaje.
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Fanfic Kingdom Hearts
FantasiAdvertencia, contiene espoilers de la trama de los juegos de Kingdom Hearts, si no lo has jugado o has visto, y no quieres que te estropeen el argumento, primero ve a terminarte la historia. Los personajes no me corresponden son licencia de Square...