✨Cap#20✨ (Final)

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En cuanto la enorme tela se elevó, los actores salieron a escena. Aún no era el turno de Len, así que observó desde su lugar a los demás. Todo estaba saliendo perfectamente, por lo que la inseguridad comenzó a apoderarse del chico y en un segundo pensó cien maneras distintas en las que podía estropearlo todo por su torpeza. Trató de calmarse y respirar hondo. Observar a Rin lo llenaba de confianza. "Ella cree en mí, no puedo defraudarla", pensó para alejar los malos pensamientos.

En la obra había una que otra escena romántica entre el personaje de Rin y el de Kaito, provocándole a Len una incomodidad en el pecho que no se suavizaba sólo con repetir mentalmente "sólo están actuando, sólo están actuando". En ese momento sólo quería cargar a Rin y llevársela volando pero no podía, al menos no hasta que terminara la función.

Después de unos minutos por fin le tocó al joven Kagamine. El pequeño saco de nervios respiró profundamente antes de dejar salir su voz y conmover a todos. Después de unos minutos de actuación, se estaba acostumbrando a las miradas fijas en él y no les daba tanta importancia como al inicio. De echo empezó a disfrutar cada segundo en el escenario junto a los demás.

Vió a Rin acercarse a él. La próxima escena era de ellos dos solamente. Len ejecutó perfectamente su papel; no quería defraudar a Rin, aceptó el papel solamente por ella, porque la chica lo necesitaba y lo animó a superar sus miedos, así que lo menos que podía hacer era dar lo mejor de sí.

Al terminar la última escena, todos los actores se reunieron en el centro e hicieron una gran reverencia tomados de las manos. El público aplaudió como loco y muchas personas se pusieron de pie. Otros sacaron pañuelos para quitar las lágrimas que escaparon por la conmovedora historia y la buena actuación.

En cuestión de minutos, el lugar quedó vacío y algunos chicos recogían la decoración mientras otros se cambiaban. Meiko sonrió satisfecha por lo logrado y le aseguró a Len un espacio en el club de teatro por si quería unirse algún día.

Antes de quitarse los vestuarios, Rin y Len se tomaron fotos para guardar el recuerdo de ese día.

–Rin-chan, siento no haberte ayudado cuanto lo pediste, debí recordar antes la promesa que hice aquella vez. No quería lastimarte.–Susurró Len al acoger a la chica en un tierno abrazo.

–Eso ya no importa. Estoy feliz de que lo hayas hecho a pesar de tener miedo. Estaba preocupada por ti, parecía que te ibas a desmoronar en cualquier momento antes de salir al escenario.

Len sintió sus mejillas arder, le dolió en el orgullo haberse comportado de esa manera. Más tarde se uniría al club para seguir acabando de una vez por todas con la vergüenza de cantar en público. También tendría la oportunidad de ver a Rin cada día después de clases.

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Fue un día agotador. Al sonar la campana que indica el fin de la jornada escolar, todos salieron como balas del instituto emprendiendo el camino a sus hogares. Los jóvenes Kagamine iban tomados de la mano mientras recordaban lo sucedido esa tarde, cuando vieron a un chico de cabello azul traspasarlos con rapidez en su bicicleta.

No dió tiempo preguntar a dónde iba pero no era necesario, por la dirección que tomó podían imaginarlo.

Kaito fue a comprar algunas cosas antes de llegar a una linda casa azul claro. Al tocar, fue recibido por la mamá de Miku, quien se asombró con la visita, pues la única amiga que le presentó su hija fue a Rin. Aún así lo guió a la habitación donde la chica reposaba.

La peliazul estaba roja por la fiebre, no era muy alta pero igual la debilitó. Cuando vió al chico entrar al cuarto se cubrió con las sábanas casi por instinto. No quería que la viera así, de ninguna manera. Él solamente se acerca y le deja unos dulces que compró para ella. No necesitaba que la chica lo tratara bien ni le agradeciera, así que dió media vuelta y se dispuso a salir, pero la aguda voz de Miku lo llamó.

–¡O-oye! No es necesario que te vayas... aún no...–murmuraba debajo de la sábana.– aún no te agradezco por haber venido y por todo...

–Espera, ¿Qué?–Kaito no se creía lo que estaba oyendo, pensó que el repentino cambio de actitud de la enferma se debía a la fiebre.

–¿Esperas que lo repita? ¡Ni de broma!

–Ahora suenas de nuevo como tú–. Ríe el chico, quien pasaría gran parte de la tarde haciéndole compañía a cierta tsundere de largas coletas.

(...)

–¡Len-kun, mira esto!–Gritó animada la chica del gran moño blanco señalando su celular–. Todos hablan de nuestra presentación.

–Ehh....¿Quién publicó eso? Salimos delante en esta foto–. Len se sonrojó ante las imágenes de la publicación, si bien fue difícil ser observado por el público, ahora muchas más personas lo vieron disfrazado de sirviente medieval.

–Vamos, no seas tímido, saliste bien–. Se puso de puntillas para revolver el cabello del contrario.–Meiko-sensei tomó las fotos de la obra.

–Pero sin dudas tú eres la más bonita de todas–. Trató de coquetearle con una mirada "sexy", causando las carcajadas de su novia.

–¿Qué pasa con esa expresión? Merece una foto–. Se burló sacando su celular a la velocidad de la luz y fotografiando al chico.–Esto vale oro, lo atesoraré por siempre ¡muajajaja!

–¡E-ESPERA, dame eso!

Ambos estuvieron divirtiéndose y hablando durante el resto de la tarde, ese día y los días después de ese. Los jóvenes Kagamine al fin estaban juntos como lo deseaban desde un tiempo atrás, después de aceptar sus sentimientos y transmitírselos mutuamente. Esa felicidad la atesorarían por siempre, y lucharían para  que ningún problema la afectara nunca.

[Fin]

"Lo Haré Por Ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora