Los recuerdos del momento del compromiso, seguían dando vuelta en su cabeza desde el día en que fue llevado a cabo. La idea de que finalmente debería renunciar a la mujer con la que realmente había planeado casarse, le hacía siempre doler la cabeza y si tan solo su miedo a su padre y a perder su favor no fuese tan grande, hoy la boda que se estaría llevando a cabo sería la de él junto a Angelina Ricci, la mujer que realmente amo y amara siempre.
La codicia de su padre y su sed insaciable de poder, lo había llevado a casarlo junto a la heredera de quien había sido su rival durante tantos años, y es que lo único que buscaba su progenitor era unir sus lazos junto a la familia Mendoza, dueños de la mitad de la ciudad que aun su padre no había podido comprar.
El color blanco de la decoración le hacía sentirse mareado, y la música que sonaba le provocaba ganas de vomitar, Daniel Rujano era, fuerte, pero no contra su padre.
La música cambio de forma repentina, sabía lo que seguía, por el camino decorado caminaba entonces su prometida, no se engañaría, la mujer era hermosa, pero a comparación de Angelina, para el simplemente no era nada.
La misma llevaba un vestido elegante, en aquel blanco marfil, y su rostro estaba cubierto por aquel velo, en sus manos iba aquel ramo de rosas azules que la chica había seleccionado, llevaba tacones eso era seguro, mas no era suficiente aun para que sobrepasara la altura de él.
La chica se colocó junto a él y en un gesto romántico mientras trataba de engañarse beso su mano, la audiencia reacciono de forma satisfactoria y su padre lo miro con orgullo, estaba muy seguro que en la cabeza de este solo estaba la idea de cuánto más crecerían sus cuentas del banco al finalizar la unión.
Toda la situación le provocaba mareos, sentía punzadas en su cabeza y aunque no estaba seguro si eran producto de la paliza que había recibido en días anteriores o eran los nervios que lo estaban invadiendo en ese momento.
El juez frente a ellos empezó a hablar, no era consciente de lo que decía el hombre, los recuerdos con Angelina invadían su mente como si fueran ráfagas ¿Quería eso realmente? ¿Sacrificaría su vida feliz solo por cumplir los caprichos de su avaricioso padre? Por una vez quiso ser responsable por una vez decidió ser el quien tomase las riendas de su vida y hacer lo que le parecía lo correcto y lo que tanto su cabeza como su corazón sentían era lo ideal.
No- susurro mientras soltaba las manos de la chica que estaba con él- no puedo seguir con esta farsa.
Su padre se levantó de forma brusca de su lugar y camino junto a él, que ya se encontraba dispuesto a salir del lugar.
No lo dejo hablar, no lo dejo intimidarlo y simplemente se dispuso a caminar, aun cuando tras de él todos los presentes empezaban a murmurar y la chica lloraba en silencio.
Su paso era firme, no estaba dudando de lo que estaba haciendo y sabía que era lo mejor.
Si te vas no contaras con nuestro apoyo nunca más-aquellas palabras lo hicieron detenerse, y tomando su orgullo y dignidad respondió de forma clara- Tú y tu apoyo se pueden ir al carajo, no los he necesitado ni ahora ni lo hare después- y siguió su camino, una sola idea tenía en su cabeza y era encontrar a la chica que lo había hecho romper su vínculo con su padre, a su Anne.
Daniel subió a su auto y manejo de forma tranquila, miles de ideas cruzaban por su cabeza, el romper los lazos con su padre no lo había hecho sentir mal como él lo creía, y perder su apoyo tampoco lo afectaba, era un médico de renombre, su profesión le bastaba para darse una vida como a la que estaba acostumbrado.
Miles de recuerdos sobre su noviazgo con Angelina, hacían presente en su memoria, no tenía idea donde encontrarla, sabía que había renunciado a su pasantía y como un acosador se había plantado frente a la puerta de su residencia familiar cada día, y jamás la había visto entrar o salir, él la conocía bien. Y sabía su tendencia al aislamiento cuando se sentía confundida.
Sin embargo, mejor que nadie la conocía y sabia donde solía ir al sentirse frustrada. Daniel condujo por un tiempo prolongado, hasta salir de la ciudad, y eso era notorio en el momento en que empezó a ver los arboles tomar el camino y a las casas desaparecer de su vista.
No fue consciente de que estaba ahí, solo hasta que estuvo frente aquel lugar.
Decidido bajo de su auto y camino hasta la entrada de la pequeña casa que ahí se encontraba, la pequeña casa en la reserva que le había regalado a Angelina aún estaba ahí, una sonrisa cruzo por su rostro y fue entonces que recordó aquel momento donde le pidió disculpas a Angelina regalándole ese lugar, la chica se había negado siempre a llamarlo suyo y lo nombro como un lugar de ambos, donde podrían ir si querían por un momento escapar de la realidad de sus vidas.
Daniel camino de forma rápida y no tardó mucho en llegar y finalmente verla, estaba ahí dormida en aquella vieja mecedora que tantas veces había sido refugio de ambos y donde se contaron muchos de sus secretos, la chica se encontraba dormida, sus labios entre abiertos y sus ojos cerrados que poseían bajo ellos grandes ojeras, sus mejillas estaban rojas, claramente se había quedado dormida mientras lloraba.
De forma suave la movió de su lugar y sin mayor esfuerzo Angelina se despertó, sus ojos estaban cerrados aun pero fue capaz de enunciar su nombre- Daniel- el mencionado sintió su corazón agitarse y vio como poco a poco los parpados de la chica se abrieron.
La mirada de esta se ilumino de tal manera que removió el interior del gran doctor, quien solo se limitó a acunar su rostro entre sus manos.
Estas bien- alcanzo a preguntar Angelina, mientras se movía en su lugar. Daniel solo le brindo un movimiento de cabeza que respondió su pregunta de forma favorable.
A dónde vas- cuestiono la chica nuevamente- porqué tan elegante.
Daniel le brindo una sonrisa, Angelina seguía siendo aquella chica curiosa de la que se había enamorado.
Digamos que el novio escapo de la boda- le respondió el, mientras se colocaba a su altura.
Angelina no pudo ocultar su asombro.
Mi pequeña- hablo Daniel mientras la tomaba entre sus brazos.
Angelina sintió algo removerse en su interior, hacia tanto tiempo que no la llamaba así.
No me case y no me casare, no si no eres tú esa persona con la que despierte cada día de mi vida, porque renuncie a todo con tal de poder tener aunque sea una oportunidad para tenerte a ti.
Angelina se encontraba callada, mientras escuchaba lo que Daniel le estaba diciendo, algo se movía en su estómago aunque quisiera negarse a creer que eso podía ser posible.
Daniel- llamo entonces ella y mientras el chico la miraba de forma seria esperando su respuesta, esta se abalanzó sobre él y le propino un abrazo que se sintió cálido y tan familiar.
Pensé que estabas muerto, que algo te había ocurrido- añadió mientras un par de lágrimas escapaba de sus ojos.
Daniel, abrazo con más fuerza a Angelina mientras sentía como su pecho se llenaba de todas sus lágrimas.
Estoy aquí y siempre lo estaré para ti mi pequeña niña- susurro Daniel en su oído.
Sin embargo, su momento fue interrumpido por aquel hombre que hace días atrás había sido el responsable de dar la orden, que lo termino enviando al hospital.
Angelina-
La chica reconoció esa voz y lo único que hizo fue buscar protección entre los brazos de Daniel, el cual la cubrió aún más con sus brazos si es que eso podía llegar a ser posible.
Daniel miraba a Allen de manera desafiante y de igual manera Allen a Daniel, aun cuando sentía su corazón dolor, por la imagen de estos frente a él.
Tenemos que hablar- añadió Allen
Y en ese momento fue cuando Daniel sintió a la chica desvanecerse entre sus brazos.
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Código Azul ~ CONCLUIDA
Teen FictionAngelina ha tenido siempre un futuro brillante para ella, nacida en una de las familias con mayor poder adquisitivo siempre sintió que no pertenecía a ese mundo, refugiada en Daniel y en su profesión su mundo giraba solo entorno a eso, pero cambios...