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Con nerviosismo toco la puerta y espero pacientemente. Jaehyun se pensó si podría meterse en algún problema por lo que haría pero de alguna manera le daria una pizca de gracia si eso sucedía.

La puerta se abrió y Joy se dejó ver como un vestido hasta las rodillas y su cabello recogido en una coleta, viéndose adorable. Jaehyun la saludo con una reverencia.

─Buenos días, Joy. ─dijo con amabilidad para después sonreír, claramente no queria verse sospechoso─. ¿Esta despierto Sungchan?

─Que encantador que ya sepas los nombres de algunos. ─hablo y Jaehyun asintió aunque fuera mentira, solo conocía a Sungchan─. ¿Paso algo? ¿Acaso el padre Baekho pidió verlo? Le dije que...

─No es eso. ─negó Jaehyun soltando una pequeña risa que solo logro irritarlo─. Solo que Taeyong me pidió que buscara algunos ayudantes para algo que estamos organizando. ─mintió. De alguna manera sabia que se negaría a darle permiso, lo presentía.

─ ¿Es así? ─pregunto un poco desconcertada─. ¿Es algo nuevo?

─Es algo que organice, quería que mas personas conocieran a nuestro señor.

─ ¿El padre Baekho lo acepto? ─pregunto Joy aun sorprendida.

─Sí. ─trago en seco en cuanto dijo eso. Joy lo miro por unos segundos, sintiendo que algo no estaba bien.

─Por supuesto, nuestro gran Dios siempre es muy beneficioso.

─Sí que lo es. ─le siguió Jaehyun.

Joy lo dejo pasar para después guiarlo hasta uno de los salones, en donde los niños se encontraban estudiando, toco la puerta para después adentrarse. Ahí se encontraba Kai, en la mesa redonda con los demás niños, algunos siendo Shotaro, Sungchan y Yujin.

La sonrisa de Sungchan apareció en su apagado rostro en cuanto vio a Jaehyun. El mayor mostró un pequeño saludo con su mano.

─Sungchan, por hoy podrás salir.

El pequeño dejo todas sus cosas y se levanto de su lugar hasta colocarse frente a Jaehyun. En verdad había cumplido su palabra.

─ ¿Por qué? ─pregunto Shotaro con un puchero, no quería que su amigo se fuera.

─Solo será por unos instantes, el padre Baekho pidió especialmente a él para que fuera a ayudar.

Hendery soltó una pequeña risa en bajo, claramente con celos. Mientras que Yujin solo bajo la mirada hacia su cuaderno para no escuchar. Algunos niños comenzaron a quejarse y el profesor Kai los tuvo que callar de manera calmada.

─Dejen esa actitud de lado. ─protesto Kai para después mirar a Sungchan─. Felicidades Sunghan, recuerda agradecerle a Dios por este milagro.

Jaehyun sabia que si Sicheng estuviera con él se hubiera soltado a reír tan fuerte que su estómago dolería, a su amigo siempre le había dado risa las personas que actuaban así.

Por otra parte, Hendery miro mal a Sungchan y apretó los puños debajo de la mesa. Ante sus ojos eso era injusto.

─Nos vamos. ─dijo Jaehyun sin querer estar ni un minuto más ahí.

Los dos salieron del orfanato sin siquiera despedirse. Sungchan miro a su alrededor para después soltar un gran suspiro y sonreír con los brazos estirados, disfrutando un poco de libertad.

─En verdad lo hiciste. ─dijo sin creérselo─. Tu...en verdad lo hiciste.

─Si, si...yo no rompo mis promesas.

─ ¿A dónde iremos? ¿A dónde? ─pregunto ansioso─. Apurémonos, no quiero perderme nada.

─No te preocupes. ─lo interrumpió Jaehyun─. Pensé en un lugar que te puede gustar, a los niños les gusta.

─ ¿Donde?

─Al zoológico.

(...)

─ ¿Me ha llamado padre Baekho? ─pregunto Taeyong entrando a su oficina.

─Toma asiento

Le indico el hombre mientras apuntaba a unos sofás frente a su escritorio. Taeyong con toda la comodidad se dejo caer para después estirar los brazos de tan cansado que había quedado, toda la mañana se la paso en un pequeño albergue de perros abandonados ayudándolos y cuidándolos.

─ ¿Fueron al orfanato ayer? ─pregunto dejando las palmas sobre su escritorio.

─Así es, ayudamos un poco a Joy. Nada cambio, todo sigue igual.

─ ¿Y a Jaehyun? ¿Qué piensas de él?

─Es demasiado curioso y torpe. ─soltó él con una leve sonrisa─. Estaba a punto de entrar al cuarto de rezar cuando no debía. Sabemos que no es el tipo que quiere rezar para tener una mente limpia.

El padre Baekho asintió con gracia. En el fondo se sintió agradecido de no ser interrumpido.

─Al parecer a los niños les parece encantador, todos hablaron bien de él. Hasta dijeron que es un príncipe. ─recordo mientras rodaba los ojos─. Pero nadie se puede negar, Jaehyun tiene lo suyo.

─Avísale que comenzara verdaderamente a ayudar el sábado.

─ ¿Qué? ─pregunto Taeyong borrando su sonrisa para dar una expresión de confusión.

─Ya sabes, no ocupas preguntar.

─Pero...─dijo con algo de molestia, ni siquiera podía explicarlo─. Acaba de llegar, no puede traer a los niños aquí. Conmigo es suficiente...conmigo y Joy.

─Dijiste que Jaehyun es un encanto.

─Si, pero solamente acepto al tal Jaehyun porque todos tendrían la vista sobre él en vez de nosotros. Nadie sospecharía.

El padre Baekho se levantó de su escritorio hasta irse a una vitrina llena de vinos con otros licores, la abrió y saco un vino en específico. Uno con un rojo llamativo que no cualquier podría tomar. Agarro dos copas de vidrio.

Era un vino que Taeyong conocía bien, un vino que lo había enloquecido cuando lo tomo por primera vez. Nunca había pensado que la sangre de los niños podría causarle tanta satisfacción y ni se diga de la carne.

Se acercó con Taeyong para después colocar una copa de vino en frente de él para llenarla. Después hizo lo mismo con la suya.

─Se acaba el vino. ─susurro el padre Baekho dándole un trago a la copa para después sentir el calor del líquido pasar por su garganta─. Jaehyun nos ayudara a tener el vino que queremos.

Los niños buenos van al infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora