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Los dos menores se le quedaron viendo a Sicheng como si fuera algo extraordinario. Este los miraba sin entender el asombro.

Los dos menores sabían que debía ser el compañero de clase de Jaehyun porque ambos traían el uniforme de la escuela, ni tiempo tuvieron de cambiarse.

─Chicos, él es Sicheng. ─lo presento Jaehyun y este agitó su mano desconfiado─. Ellos dos son Shotaro y Sungchan.

─Oh, hola. ─les regalo una pequeña sonrisa que ninguno de ellos quiso regresársela. Sicheng se sintió avergonzado.

─Sera mejor apresurarnos antes de que se haga tarde. ─opino Jaehyun y todos estuvieron de acuerdo.

Comenzó a guiarlos hasta detrás de la iglesia, donde daba el inicio del bosque. Con los largos y delgados troncos que la longitud los hacia ver como si tocaran el cielo. Pareciera que el clima se volvió más frío una vez que entraron.

El único confundido de ahí era Sicheng, que fue traído sin ninguna explicación.

─ ¿A dónde estamos yendo exactamente? ─pregunto Sicheng mientras tenia la mirada baja gracias a que el suelo estaba lleno de ramas rotas.

─A la dirección que estaba en la foto. ─explico Sungchan como si él ya supiera.

─ ¿Qué foto? ¿Qué dirección?

─Por eso estamos aquí.

─Eso no responde mi pregunta. ─susurro Sicheng rodando los ojos y comenzando a sentirse extraño─. Bueno, creí que iríamos al cibercafé o a mi casa. No a un lugar espeluznante como este. ¿Lo peor? Aquí estoy siguiéndote. ¿En verdad no saben a donde vamos?

─Algo así. ─respondió Sungchan y Shotaro que se encontraba a su lado se desesperó por esa tonta respuesta.

Jaehyun era quien lideraba y su amigo Sicheng estaba hasta atrás de ellos, dando de vez en cuando miradas atrás e iluminando con la lampara. Presentía que alguien los estaba siguiendo porque escuchaba las ramas partiéndose a lo lejos.

─Ay, ya entendí. ─respondió Sicheng mostrando una sonrisa, tal vez para calmar sus nervios─. ¿Vamos a ir a que nos maten?

Shotaro sintió un miedo espantoso cuando escucho eso, quería creer que era una broma pero ni le había hecho gracia.

─Sicheng, hazme un favor y cállate. Ya casi llegamos. ─Jaehyun alzo la voz lo suficiente para que Sicheng lo pudiera escuchar. Quito una rama de árbol que apareció en su vista y apresuro el paso.

─Aja, ¿pero a donde estamos yendo? ─pregunto de nuevo en caso de que tuvieran una respuesta diferente.

─Ahí. ─apunto Sungchan a una gran casa que diviso a unos pocos metros.

Se detuvieron. Frente a sus narices se encontraron una pequeña mansión en mal estado y un olor tan repugnante lo acompañaba. Jaehyun alzo la vista para ver la estructura con más detalle, dándose cuenta que en algunas partes se encontraba la madera de un color café oscuro y supuso que debió ser a causa de algún accidente relacionado con fuego. Fue el único valiente que se acercó hasta la entrada, por su parte Shotaro y Sungchan miraron a los alrededores.

─Hombre, ya en serio. ─susurro Sicheng acercándose hasta su amigo para hablar en privado por unos instantes─. ¿Qué hacemos aquí?

─Sungchan quería investigar una dirección que encontró y...no quería venir solo.

─Aceptable. ─asintió para si mismo─. No te basta con que te metas en problemas, también tengo que estar yo. Que emocionante.

─No se trata de eso, es solo que...tenías razón, estos lugares religiosos no traman nada bueno.

Los niños buenos van al infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora