CAPÍTULO VI: MI LLEGADA A HOGWARTS

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No voy a alargarme mucho en lo que respecta a lo que fue el viaje en el tren. Mi padre se encargó personalmente de que Draco y yo tuviéramos un vagón especialmente para nosotros dos, y le encargó a Draco la tarea de que yo no saliera de ahí. Lo único bueno del viaje fue que pude ver los grandiosos paisajes camino al colegio, las montañas, árboles y todo lo que nunca pude ver a menos que fuera en una foto. Bueno, también hubo uno que otro beso, pero esos son detalles externos.

Draco me dijo que como era una alumna nueva debía entrar después de la selección de los de primer año, para que Dumbledore pueda presentarme y yo pueda ser seleccionada. Todos en casa están más que seguros de que entraré a Slytherin como mi padre, los Malfoy y muchos de los Black. Ya me habían hablado de las otras casas y la verdad es que tienen toda la razón, Slytherin es la mejor, además la llevo en la sangre, seguro entraré.

Cuando llegamos fuimos los últimos en bajar para que nadie se enterara de mi llegada hasta mi presentación en el gran comedor. Claramente si no puedo presentarme adecuadamente todos van a tener la misma prejuiciosa idea de mi, que soy igual a mi padre. Draco bajó del tren y me dijo que Hagrid iba a venir por mí y me llevaría al gran comedor.

-¿Quién es Hagrid? -Pregunté

-Un sirviente que se las da de profesor -Respondió

-Tengo miedo -Dije

-No hay que temer T/N, si tienes miedo, responde generando más miedo en ellos, eres la hija de lord Voldemort ¿No?

-No lo sé, creo que eso es precisamente lo que mi padre quiere que haga, y es todo lo contrario a la impresión que deseo dar.

-Te deseo suerte T/N, tengo que ir ya, tú espera a Hagrid.

Me encontraba esperando en el vagón, mirando hacia el cielo nocturno lleno de estrellas, me encantaba, pero mi temor superaba mi asombro. Extrañaba a Draco, cuando estaba sin él me sentía vacía. Unos minutos más tarde escuché pisotones que parecían dirigirse hacia el tren, alguien se dirigía a mi vagón, abrió las puertas y ahí lo ví. Era uno de los hombres más grandes que haya visto jamás, medía el triple de lo que medía Draco, pero tenía una sonrisa bastante simpática, que se desvaneció cuando le dije mi nombre.

-T/N Riddle, un placer -Le dije

-¿Riddle? ¿Como el señor tenebroso?

-Precisamente es mi padre -Mencioné

-A-Ah, no lo puedo creer

-Tranquilo, no tienes por qué temer. No soy como él, solo vine a estudiar.

No parecía muy convencido con mis palabras, pero le dí una pequeña sonrisa y él me la devolvió. Mi padre siempre me dijo que mi sonrisa perdonaría todos mis pecados, nunca pensé que fuera literal.

-Vamos, la ceremonia de selección de los de primer año está por concluir, es tu turno -Me dijo Hagrid

-Está bien, estoy ansiosa

Bajé del tren y nos dirigimos hacia un carruaje que tenía unas criaturas muy particulares jalando de él.

-¿Qué son? -Pregunté

-¿Los puedes ver? -Respondió Hagrid

-Si -Respondí

-Son Thestrals, pero sólo puedes verlos cuando has presenciado la muerte.

-Oh sí, mi padre me habló de ellos pero nunca los había visto en persona. No recuerdo haber visto alguna muerte a menos que sea la de la araña o...

-¿O? -Preguntó Hagrid

Pensaba en el día en que vi la muerte de los Potter, aún lo recuerdo, la gran chispa verde que desprendía de la varita de mi papá, y el llanto de Harry Potter.

Así es el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora