Tras haber perdido todo lo que una vez amó y casi llegar al borde de la locura, S/N Shadowsong. El último cazador del vacío, es enviado a la dimensión 60 para ayudar desde las sombras al "ejército revolucionario" contra el imperio controlado por el...
Todo parecía ser un pastizal verde acompañado por viento suave... pero se sentía melancólico, como si lo que estuviera a punto de pasar fuera una despedida definitiva. No sabía cómo reaccionar a esto, ni entender el significado del por qué estaba aquí.
Tatsumi trató complender lo que sucedía mientras se rascaba la parte trasera de su cabeza, pero su pensamiento fue interrumpido por una voz que reconoció al instante.
Leyasu: Tatsumi... Ya es hora de que me vaya. Debes volver con los tuyos
Era Leyasu, no entendía como pero lo tenía al frente una vez más. Pero esas palabras, no sabía por qué hablaba de esa manera y tan decidido que le parecía algo anormal viniendo de él.
Tatsumi: ¿De qué estás hablando...? Los tres iremos juntos...
Leyasu sólo se quedó en silencio por varios minutos, antes de responder...
Leyasu: Tú y Sayo han encontrado nuevos amigos, ¿no? Ya no es necesario que dependan de mi. Adiós, Tatsumi... cuando tu y Sayo mueran, nos reencontraremos en el mundo de los muertos, ¿vale?
Leyasu se despidió dándole la espalda y caminando hacia la nada, Tatsumi estiró su mano hacia él, no quería, no lo soportaría, no podía volver a estar solo.
Tatsumi: Es... Espera... por favor... No. No nos dejes solo... no me dejes.
Sin embargo, todo se volvió oscuro. Y de la nada grandes llamás aparecieron alrededor de su posición actual, el calor era insoportable y cada vez se sentía más sofocado. Tatsumi no sabía que había pasado.
Pero a lo lejos de donde estaba, tenía una vista panorámica de la capital imperial... en llamas. Toda la capital estaba ardiendo con grandes cantidades de fuego que parecía como si no pudieran extinguirse, parecía como si estuviera en el mismo infierno.
Sin embargo, en ese momento......
??: Eres muy valiente pequeña humana, pero es inútil enfrentarte a mi, mi ira hace temblar... sus reinos miserables.
Una voz totalmente aterradora e imponente se escucho desde las lejanías, eran tan intimidante que su cuerpo tembló sin siquiera actuar o pensar algo. Un gran rugido sonó por todo la zona donde estaba y la tierra se estaba desquebrajando provocando grandes fisuras a su alrededor, si no fuera porque se tapó los oídos eso lo pudo haberlo dejado sordo. Y... finalmente lo vio.
Posándose en las grandes murallas de la capital, un gran dragón de tamaños colosales estaba observando todo, tenía placas de armadura alrededor de su cuerpo como si este se estuviera callendo a pedazos, gigantescas alas mostrando su piel destrozada, teniendo dos cuernos sobre su cabeza siendo del lado izquierdo más pequeño que el otro... como si hubiera sido partido a la mitad.
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