VIII.

59 4 1
                                    

Lunes, día que todo estudiante suele aborrecer con toda su alma, añorando poder simplemente pasar todo el día sin levantarse de la cama.

No obstante, Aisawa no estaba dispuesto a perder el tiempo en los caprichos de sus retoños. Él iniciaría con el pie derecho desde el primer día de la semana, y con eso me refiero a la evaluación practica.

Pues el día límite para entregar las calificaciones finales a dirección estaba cerca. No tenía tiempo que perder.

Al llegar al aula no tardó en correr a toda su clase fuera de ahí, ordenandoles que fueran a los vestidores a portar sus trajes.

Justo donde nuestro bicolor imprudente se encontraba.

Cerró su casillero de un golpe, solo le restaba ponerse las muñequeras.

Mientras abrochaba uno a uno los botones, miró de reojo al fondo de los vestidores, pues escuchó una carcajada.

Kirishima reía como si no ubiera un mañana, junto con Bakugou, que no paraba de soltar amenazas de muerte al primero.

Lo común.

Siendo sincero, no comprendía como el pelo pincho aguantaba tanto la conducta explosiva del rubio y sus constantes gritos. Si  Shouto fuera él, desde hace mucho se ubiera alejado a donde nunca tuviera que verle a cara a Katsuki.

Sin embargo, Ejirou tenía una forma diferente de pensar, y un cariño muy grande hacia a aquél demonio de ojos carmesí y cuerdas vocales irrompibles.

Dejando ese tema de lado, Shouto sintió como alguien se acercaba por detrás.

Miró de reojo encontrandose con aquellos risos color verde que lo traían loco.

Izuku soltó una suave risita al ser descubierto de estar apunto de intentar asustar al heterocromático .

–Ho-hola–.

–Buenos días, Midoriya– Saludaron ambos por ser la primera vez en la que se dirigían la palabra dicho día –¿Listo para el examen práctico?–.

–No lo llames así– Él menor comentó mientras sentía escalofríos y reía buscando disimular la ansiedad con la que cargaba –Me pongo más nervioso–.

–¿Nervioso de qué? Sea lo que sea tu siempre encuentras una solución– Todoroki le aseguró. Ya casi cumplía una semana bajo los efectos del quirk, y para su fortuna cada día comenzaba a sentirse más cómodo.

Poco a poco aprendía a encontrar autocontrol sobre sus pensamientos. Si continuaba así, no tendría que preocuparse por su imprudente actuar antes de que los efectos terminasen.

–Dejando la evaluación de lado– El pecoso habló con normalidad, aunque por dentro todavía no se acostumbraba a lo constantes alagos. Sus mejillas se hicieron rosadas antes de seguir hablando –Quería agradecerte por lo de ayer–.

–¿Te gustó?–.

–Oh, vamos Todoroki-kun ¡La pregunta ofende! ¡Todo estaba buenisimo!... Fue un detalle muy lindo– Contestó el de ojos esmeraldas, haciendo referencia al desayuno sorpresa.

–Me alegro– Articuló Shouto con una sonrisa que no pasó desapercibida por Izuku, quien le preguntó antes de tomarlo de la mano y llevarlo fuera de los vestidores.

–¿Nos vamos ya?–.

Oferta irrechazable para nuestro enamorado bicolor.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ImprudentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora