II.

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Todo había salido justo como lo había planeado en la noche. El despertador había soñado a las 5 de la mañana. Se había cambiado en tiempo récord de 3 minutos e inmediatamente recogió el desastre tras el.

Salió corriendo, sin olvidar cerrar la puerta de la habitación con suma delicadeza. Acabar con el sueño de Shouto no era algo que estuviera en su lista de tareas matutinas.

Ya en el primer piso siguió un par de letreros para encontrar el gimnasio que el hotel ofrecía al público, así como a todos los alumnos que se hospedan en el.

Como lo había pensado de antemano, una sonriente castaña lo esperaba en la entrada con ansias.

-Buenos días Deku-kun- Le saludó Ochako somnolienta, era fácil percatarse del cansancio en su voz.

-¡Buenos días Uraraka-san!- Contestó lleno de energía, levantarse a las 5 a hacer deporte era algo que ya estaba en su rutina diaria. Al contrario de la de Ochako.

Las amplias puertas de cristal se abrieron dándoles paso. Al parecer nadie, a parte de ellos, había tenido la brillante idea de ir a entrenar desde la 5 de la mañana, el lugar estaba completamente vacío. La chica decidió empezar con una caminadora, mientras Izuku tomaba un par de pesas metálicas.

-Si no te despiertas te irás de bocas contra la caminadora-

-Ya se, ayer Shinsou-san me contagió lo zombie-

Ambos rieron unos segundos, antes de que la castaña se diera un par de palmaditas en las mejillas, intentando mantenerse con los párpados abiertos.

-¡Cuéntame! ¿Con quién te toco compartir habitación?-

La cara de Izuku mágicamente se tornó de un tono rosado al instante.

No bastaron ni palabras de respuesta para que Uraraka comprendiera, soltando un agudo chillido.

-¡Eres un maldito suertudo Deku-kun!, ¡Dios! ¿Todavía eres Virgen?-.

-¡¿Eh?!-.

-Sabes a que me refiero, tu eres un amor, pero eres muy sumiso a la vez, sinceramente no me sorprendería-. Si había algo que odiaba de la castaña, era el hecho de que el mismo fuera como un maldito libro abierto, y ella pudiera ver y comprender sus emociones libremente.

-¡Ca-cada uno durmió en una esquina de la cama!-

-¡¿Durmieron en la misma cama?!- Cuestionó sorprendida, lo que Midoriya le asintió tímidamente, ni tenía palabras por la vergüenza.

Tal vez contarle a Ochako y a Tenya de sus sentimientos hacia el bicolor no había sido tan buena idea como se lo había planteado al inicio.

-Yo duermo en una cama matrimonial yo solita, pensé que todos tendrían una propia-.

-Todos las habitaciones de los chicos son así, posiblemente porque somos más hombres que mujeres- Se excusó el pecoso para evitar que la sucia mente de su amiga continuara imaginándose cosas cada vez peores.

-No tenía idea, pero debe de ser como un sueño cumplido para ti ¿Cierto?- Preguntó ella sonriendo, y para su sorpresa, Izuku se quedó callado unos segundos en vez de asentir fanguirleando como se lo esperaba de su mejor amigo.

-Pues.... no exactamente-.

-¿Por qué? Siempre me has contado que sueñas con estar con el ¿Ya no te gusta?-

-¡No! ¡No! ¡No! ¡Claro que me gusta! De hecho yo diría que no me gusta, es mucho más que un sólo "gustar"......creo que es más amor que otra cosa.. ¡Digo! ¡Es que no se como llamarlo! Realmente nunca había sentido nada así y-.

ImprudentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora