Capítulo Nine

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POV's _______

Al siguiente día.

Llegamos a unas pistas rectas enormes, vacías y un poco deterioradas en medio de pura vegetación. Según Wendy, formaban parte del antiguo aeropuerto de Seúl.

Coloqué el Aventador sobre el inicio de una larga pista de aterrizaje. Había llegado la hora de probar hasta de que era capaz de entregar en estos momentos.

Wendy se encontraba como piloto, yo como copiloto. Samuel y Joy, quien quiso acompañarnos, sólo se quedarían observando.

"Lindo auto, _______" dijo cuando lo vio, incluso más sorprendida que ayer con el Huracan. "Cada vez más me convenzo que andas en cosas ilegales".

"Lo mismo pienso" le siguió Arredondo.

— ¿Listo? — Me preguntó Wendy, y respondí —. U-un poco.

— Porque yo no —. Bromeó.

Se me escapó una risa, un poco fuerte la verdad.

— Por dios... Te pareces a Yerim cuando te ríes —. Se quejó.

Me sacó un poco de contexto con eso. La verdad, ni conocía cómo era la forma de reír de Yeri para compararme. No la había escuchado reírse, excepto cuando aceleré con el Lambo en un puente, pero me concentré más en el GTR de Arredondo y los carros que en ella.

Eso no evitó que sintiese escalofríos por todo mi cuerpo. Estaba a punto de experimentar una velocidad mucho mayor que la vez que aceleré con ella.

Hasta que sonó el motor pujando.

Wendy sostenía el volante con tranquilidad.

— En 3... 2... 2/2... 2 y 3/4...

Soltó el freno, sentí como el asiento me jaló fuerte hacia atrás. El auto comenzó a acelerar, alcanzando rápido los 100 km/h.

Mi ritmo cardíaco se hacían cada vez más fuertes y rápidos, igual mi respiración cada vez más profunda. Sentí frío por afuera, caliente por dentro. Todo por volver a evocar la adrenalina.

La sensación de querer caerse hacia atrás por la gravedad e inercia cada vez más se intensificó, a la par que Wendy sube la marcha usando las levas.

Sin duda alguna, después de la cuarta, la velocidad ganada ya no era ni de cerca los 120 km/h. Me pareció asombroso que una roña como éste pudiese sobrepasar mucho más que eso.

— Mi Chaser Tourer V acelera muy fuerte, pero no tanto como este insolente italiano —. Expresó en voz alta.

Aún no llegábamos al límite de la pista, y la rubia ya metió la sexta marcha. El sonido del viento era muy intenso que casi lograba opacar el estruendo del motor esforzándose, y vibraba un poco fuerte.

— Y-YA... YA , YA... ¡F-FRENA! — Grité asustandome, ya no aguanté —. ¡Esto es demasiado!

Inmediatamente quitó su pie del acelerador, bajando la marcha con leva izquierda y disminuyendo la inercia ganada con el freno.

— ¿Primera vez? — Preguntó con una sonrisa burlona.

Solo pude responder — Eh... Algo así.

Y se río con ligereza.

— En realidad, nunca había experimentado nada de esto.

Me miró con un gesto de rareza, muy raro para tener en el garage un potro ochentero y un Huracan. Pero de nuevo volvió a reírse.

Corredor desadaptado (Yeri y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora