El solecito del anime- digo Kou Minamoto es el tipo de amigo que...
Te protegería de todo mal que hay en el mundo.
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Se encontraban en una casa embrujada.
Habían rumores sobre que esa casa estaba maldita por tres espectros que eran niños...
Decían haber visto trillizos reír allí, decían que aquellos niños hacían mucho ruido por demás de las doce de la noche.
Y allí estaban nuestros personajes.
Kou y su amiga estaban pisando el suelo de aquella casa de dos pisos. El piso sonaba por cada paso que daban ambos y eso les daba miedo, más a su amiga del rubio.
Guardaron silencio desde que entraron, no hablaban por miedo a que alguno de los niños los atraparan. O más bien... la atrapara.
(Aquí el báculo de Kou no está sellado por Hanako)
Escucharon una ventana romperse y dos niños reírse.
Con miedo Kou colocó a su amiga detrás de él y se posicionó para atacar. La ventana estaba cerca de ellos o más bien, a una habitación.
La chica con el corazón en la garganta y su cerebro en blanco no sabía lo que hacía, se iba alejando del rubio poco a poco hasta llegar a esa habitación de donde vino aquel sonido. Se adentró más y más sin darse cuenta, hasta que entró en ella y la puerta se cerró de golpe causándole un susto del demonio a la chica.
Se acercó a la puerta rápidamente y la intentó abrir. La manija de aquella se rompió...
— -Mierda, mierda, mierda, mierda- —Pensó nerviosa, gotas de sudor caían en su cara con nerviosismo y aún con el corazón en la garganta gritó el nombre de su amigo—¡¡¡¡¡¡KOOOOOOOOUUUUUUUU!!!!!!—Gritó con todas sus fuerzas, gritó tan fuerte que las aves y cuervos que estaban cerca salieron huyendo.
Escuchó pasos rápidos acercarse hacia donde estaba ella y empezó a sudar frío.
—¡¡Voy a abrirla!!
Asintió y ella se apartó para que la abriera de una patada.
Trozos de madera volaron por toda esa zona y ella salió de ahí para verlo a los ojos pero no era lo que esperaba...
Eran aquellos tres niños, y al parecer si eran trillizos.
—¡¡¡MIERDA!!!—Trató de salir corriendo pero no pudo, la agarraron antes de que pudiera correr más.
Sintió su vida pasar por sus ojos. Cerró sus ojos con lágrimas expuestas con fuerza hasta que su salvación llegó...
—¡¡¡No se atrevan a tocarla!!!—Ahí apareció el rubio con un arete en la oreja a salvarla. Los exorcizó en un abrir y cerrar de ojos.
La chica fue a sus brazos sin parar de llorar...
Salieron de la casa una vez el trabajo terminado.
Ahora la chica tenía un nuevo miedo.
Estar sola.
—Tranquila, estoy aquí. —Sobó su cabeza mientras caminaban. Y todo con una sonrisa en su rostro.
—K-Kou-kun... eres alguien increíble—Abrazó al rubio a lo que este correspondió con un sonrojo leve en sus mejillas.
—No lo hubiera logrado sin ti...
—Yo fui la carnada. Literal.
—Perdón...
—No importa...—Lo abrazó con más fuerza.
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