seis

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A pesar de todo ello, a pesar de descubrir aquella realidad sobre los sueños de Chan, el chico de cabellos blancos decidió mantener el silencio, no podía contarle todo así de golpe, no quería herir los sentimientos del rubio.

Él era un humano, y un hada era algo muy lejano a la realidad de una persona, aunque quisiera decirle la verdad no serviría de mucho, era imposible estar cerca de él con ese cuerpo, por eso la única forma de verlo era en sus sueños, y mientras pudiera estar en ellos, todo estaba bien para él.

Chan apoyaba su rostro sobre el hombro del contrario descansando un poco, parecía cansado.

—Chan.. ¿Por qué estás tan agotado? ¿Ni si quiera aquí puedes descansar?

—No te preocupes por mi.

...

—Prometo, que pronto iré a buscarte.

Escuchó Chan sintiendo como las delgadas manos del chico acariciaban su cabello con cuidado, poco a poco comenzó a cerrar sus ojos despertando al otro lado, fue el sueño más raro que había tenido nunca, ni si quiera sabía cómo explicarle eso a su madre, era una completa locura y de seguro le diría que era un desquiciado.

*¿Buscarme?*

Chan no dejó de pensar en ese sueño durante todo el día, mientras los demás compañeros de su clase de divertían, él se alejaba y descansaba en el bosque recordando su sueño como si fuera lo más preciado que tuviera en la vida, no podía evitar en esas palabras una y otra vez, preguntándose a qué se refería exactamente.

Y cuando su mente se hacia un enredo de preguntas, recordaba aquellos ojos azules que parecían sacados de otro mundo, sentirlo a su lado era lo más cercano a la realidad, pero sin lugar a dudas su apariencia era casi imposible de ser verídica, él era completamente irreal. Nunca en su vida vió a alguien igual.

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Felix estaba completamente decidido, si no podía verlo como un hada, buscaría la manera de hacerlo como un humano.

Porque por más que luchara consigo mismo, era muy difícil mantener el silencio así. El delgado chico era un desastre que peleaba con su interior, por momentos quería dejar ir a Chan pero luego le era imposible hacerlo, dirán que estaba completamente loco, hacerse amigo de un humano estaba prohibido, pero en el corazón de Felix el rubio ya tenía su lugar y no podía evitar querer estar con él de manera real.

Felix despertó con una misión que cumplir, llegar a casa sano y salvo, era difícil ser él mismo otra vez con ese menudo cuerpo, y aunque se sentía ligero y algo mejor que antes con ese descanso merecido. Estar con Chan siempre era bueno, pero últimamente lo dejaba con muchas dudas, había descubierto tantas cosas que tenía su mente en otro lado mientras seguía caminando.

Una brisa fría tocó su espalda sintiendo escalofríos, comenzando a sentir ese peso nuevamente en su espalda, sus halas ya estaban mejor y podía moverlas torpemente, una alegría llegó a su corazón en cosa de segundos, y con unos cuantos pasos más e intentos cuidadosos, logró abrirlas por completo, comenzando a aletear hasta sentir esa fuerza necesaria para comenzar a alzarse en el aire.

Ya no cabía más de la felicidad, por fin había logrado sentirlas cuando pensaba que ya las había perdido, y lentamente fue ascendiendo sintiendo ese frescor que tanto amaba recorrerlo por todo su cuerpo una vez más en mucho tiempo, comenzando a bailar en el aire y jugar rápidamente como solía hacerlo, hasta que volvió a la realidad

"Sí, volver a casa"

Felix subió hasta encontrarse con la copa del primer árbol a su lado, y estando allá arriba observó detenidamente el lugar, viendo un campamento cercano donde debía haber mucha gente, sintiendo temor instantáneamente.

SWEET DREAMS | chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora