ocho

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Chan rió por lo bajo y miró con ojos dulces a Felix que tímidamente se preocupaba de su helado, parecía gustarle mucho.

Aquellas preguntas lo dejaban un tanto desconcertado, que lo hacían pensar inevitablemente en ¿Qué era lo que estaba pasando por la mente de Felix? ¿Por qué hacía preguntas tan extrañas de la nada?

—Haría todo lo posible para que me recuerdes.

—¿Y si no lo logro?—Dijo Felix esta vez denotando una mirada completamente seria. Chan lo miraba confundido, pero en su corazón todo era muy claro.

—Entonces.. me acercaría hasta que me aceptes nuevamente, tu serías el mismo sólo que no me recordarías.. para mi sería como volver al principio.

—¿Lo harías?

—Claro que sí, todas las veces que sea necesario.

▪︎

Aquella respuesta lo dejó ligeramente más tranquilo, olvidando por completo esas preocupaciones que habían en su mente cuando se encontraban en plena ronda de cosquillas, Felix terminó por apostar en su felicidad plena ese día.

Chan se dejó llevar por la emoción de poder estar por fin con Felix, llevándolo a los lugares a los que habían ido sólo en sueños, tomando de su mano adentrandolo a conocer cosas nuevas, sentándose en ese cuarto gigante oscuro con muchos asientos con la pantalla gigante que proyectaba una "película" Felix miraba con maravilla todos esos colores, sin poder evitar apartar su vista para ver el perfil de Chan, se veía tan feliz que le contagiaba su sonrisa.

El rubio estaba concentrado, inmerso en la pantalla cuando Felix comenzaba a sentirse con falta de atención, acercando su mano a la de Chan, tocándola por un segundo, el rubio le lanzó una mirada cariñosa levantando su mano y tomando de la suya, entrelazando sus dedos acariciando el dorso con su pulgar.

Felix volvía a sentir ese agradable calor en su corazón y volvía la vista a la película, sintiéndose satisfecho nuevamente.

Más tarde lo invitó a comer, Felix estaba viviendo intensamente ese único dia que tendría a su lado, Chan parecía muy feliz y eso le alegraba el corazón inmensamente, no paraba de tomar su mano, no tenía tiempo que perder y al menos el rubio parecía no importarle todas esas muestras de cariño que le daba.

▪︎

La sonrisa del chico de cabellos blancos era lo más lindo que había visto, y quería verla en cada segundo, lo llevó a muchas partes a pasear, la curiosidad en sus ojos alimentaba su corazón.

Nunca creyó que podría caminar junto a él y ver su cabello moverse con la brisa, se sentía perdido en ese rostro hermoso, sus manos se rosaban mientras caminaban y lograba sentir esas cosquillas en su abdomen, todo parecía maravilloso junto a él.

Si le contara todo eso a su madre seguramente lo llevaría a un psiquiatra, y es que ni siquiera él se lo podía creer aún, perdía la cabeza por segundos pensando en lo extraño que estaba siendo todo esto.

Y mirando su rostro siendo tocado por los rayos del sol, se ponía a pensar que el chico de sus sueños estaba justo frente a él sonriendo al ver un puesto de comida.

Chan se preguntaba cuánto podría comer ese niño, y el por qué se veía tan delgado siendo que tenía tan buen apetito, el rubio se acercó a Felix y lo tomó de la mano llevándolo hasta el puesto de palomitas de maíz, sus ojos brillaron al instante recibiendo más comida aún sin saber qué era.

El rubio lo observó dándose cuenta del rostro animado del chico mirando las palomitas, pero aún así no comía y simplemente las miraba. Chan tomó un par y las acercó a su boca.

SWEET DREAMS | chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora