soy tu admirador nro.1° ✦.ꜜ叛逆 yoonseok

偶 ៹ s i e t e!

¿Seguro? Ése mocoso ni siquiera se presentó al cumpleaños de Jimin.—

—Por amor de dios, déjalo así. Sé que pronto recapacitará y dejará su inmadura actitud.

Taehyung parecía no olvidar la pelea ocurrida con Jungkook.
Su molestia se acumulaba cada que notaba la notable ausencia del menor quien llevaba, tal vez, un mes sin aparecer. Sus redes permanecían activas, más no se atrevía a mostrarse ante nosotros.

Es un idiota, somos sus amigos, no puede alejarse de nosotros de ésa manera por-...—

Lo sabía.

Taehyung lo notaba sin ser consciente de ello, él notaba el gran mal que Agust D había generado en nuestro amigo y posiblemente, poco a poco en él.

RM pertenecía a la misma calaña que Agust D, estaba claro que quienes escucharan a los líderes revolucionarios, sufrirían de cambios involuntarios en su conducta, pensamiento y ser.
Sí, tal era el magnetismo y atracción por aquellos infames, que te sentías sumamente en un hipnotismo tras escucharlos por un largo tiempo.

—Tae, es suficiente. Jungkook podrá ser un idiota pero confío en que nos elegirá antes que a un enfermo anónimo que sólo sabe escupir basura.

El suspiro detrás de la línea móvil indicó su afirmación a lo dicho, no podía hacer nada al respecto.

Unos pálidos y venosos brazos me rodearon por la cintura ganándose mi sobresalto y por consiguiente, mi jadeo de susto.

Hobi, ¿Qué sucede?—

La suspirante voz de mi amigo habló.

Sentí el divertido soplo ajeno en mi cuello y los traviesos dedos contrarios, pellizcar y tantear mi cintura.

—Corta. —Susurró una dulce voz a mis espaldas.

Mis piernas temblaron, ¿Un asesino? ¿Un abusador?

Hoseok, ¿Estás ahí?—

El aliento del tercero tras de mí erizaba mi piel, mi cuerpo se hallaba inmóvil, me notaba indefenso.

—Corta. —Repitió.

¿Cortar la única oportunidad de pedir ayuda?

La piel de mi cuello sentía algo suave pasear por la zona, luego un morboso sonido por lo bajo.

¡Eran sus labios! ¡Había besado mi cuello!

No soportando la tensión, mis cuerpo se desvaneció mientras los brazos ajenos me sostuvieron con fuerza contra sí para no caer.

Se rió.

¡Oye, Hoseok cortaré! ¿Acaso te dormiste en la biblioteca?—

Mi móvil fué arrebatado y la llamada se cortó.

Tómalo y vete.

—Por favor. —Supliqué manteniendo mis ojos cerrados.

Voy a morir, van a matarme.