soy tu admirador nro.1° ✦.ꜜ叛逆 yoonseok

偶 ៹ v e i n t i t r e s !

—No, no puedo hacer ésto. —Me negué rotundamente sintiendo la angustia, repulsión y odio acrecentar en mi interior.

No podía ignorar ésto, sus mentiras, sus palabras, todo lo que vivimos.

Vaya farsa se ha montado.

Suga, ¿Quién era Suga? ¿Suga realmente existió?

Mi mente daba vueltas y vueltas logrando confundirme y marearme.

—Hobi, por favor. Yo te amo.

Mis pensamientos se detuvieron en seco.

Levanté la cabeza.

—Me amas. —Sonreí con ironía.

El contrario asintió repetidas veces pareciendo desesperado.

Se aproximó a mí y sujetó mis brazos por segunda vez.

—Sé que te he mentido todo éste tiempo pero, por favor pido que me comprendas; ¿Cómo podría acercarme a tí tras saber cuánto odio tenías hacia Agust D? Piénsalo, supe que no tenía oportunidad desde un principio, pero por mi estúpido egoísmo y vieja promesa, quise continuar con ésto, yo-...

—Patético, ¿Entonces decidiste bajo tus propios sentimientos y beneficios? Ésto no tiene excusa, incluso habría razonado contigo de saberlo desde un inicio. —Mi respiración se aceleraba lentamente.

El toque de éste chico me quemaba, sabía que mi cuerpo temblaba inconscientemente bajo su toque; sí, mi cuerpo, el factor sensitivo que siempre me advirtió inconscientemente sobre él y que yo decidí ignorar.

—¿Realmente lo habrías hecho? Adelante, el resultado pudo ser el mismo.

—Yoongi, ésto no me gusta. —Expresé decidido notando sus húmedas mejillas a causa de las recientes lágrimas bajando de sus tristes ojos.

Mi corazón se estrujó, más sin embargo; la imágen delante de mí era la de un completo extraño.

Suga no existía, él no era la persona de la que me había enamorado.

—Yo haré lo que sea —Sonrió amable y asintió—. Puedo ser quien tú quieras, puedo ser Suga, ¿Quieres a Suga? Lo amas, sé que amabas ése chico hecho sólo para tí.

¿Hecho para mí? ¿Como si hubiera creado a alguien en base a mis gustos? Claro, lo entiendo, de haberse aproximado como Agust D, habría sido rechazado de inmediato. Pero ésto, me hacía sentir como un idiota.

—¿Cómo puedes decir algo así? Por favor, déjame en paz, hemos terminado de hablar. —Me resignaba a estar un minuto más con él.

Me solté de su agarre y lo miré por última vez, su rostro era un desastre, sus lágrimas se derramaban deliberadamente y sus mejillas y nariz, se miraban de rosado.

Ésa imágen, verlo de aquél modo, lo comprendía y me compadecía.
Dolía como el infierno.

Me giré rápidamente evitando su desesperada mirada sobre mí y caminé hacia la puerta.

—¡Hobi, detente! ¡Espera un segundo! —Exclamaba desde la lejanía de mis pasos continuos, lo escuché acercarse, por lo que yo aceleré el paso—. ¡Me prometiste que jamás me dejarías, no puedes dejarme! —Detuve mi andar con la presión de mis palabras dichas a aquél chico en aquél entonces.

Siempre fuí fiel a mis palabras, jamás rompía una promesa, entonces, ¿Cómo pude prometer algo como éso tan fácilmente?

—Tú —Se colocó delante de mí en un abrir y cerrar de ojos—, no puedes abandonarme, no puedes odiarme, no huirás, no escaparás y no puedes alejarte de mí —se acercó a mí y acunó mi rostro sonriendo débilmente—. Me prometiste que estarías conmigo hasta el final.