「✧Capítulo Once.」

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"¿Cómo osas preguntarle eso?"

"¿No tienes vergüenza?"

"Tu lo vas a dañar más de lo que él podría dañarte a tí"

Jungkook se veía atormentado por su conciencia que se manifestaba en miles de preguntas reprochándole su actuar, hubo estado así desde que se encerró en su recamara y tuvo ocasión de reflexionar, por supuesto luego del llanto. Se sintió como una escoria por ser tan irrazonable, especialmente dado el trabajo que le impuso Choi.

"¿Sabes qué es lo peor?"

"Que te gusta el Emperador y aún así no eres capaz de ordenar tu vida"

- Mi hijo es más importante.

Y tenía razón, pero actuar como una pareja celosa sólo haría que Jimin se cansase de él y que lo sacara de su vida más rápido y antes de poder culminar su misión. Dejó de lado su actitud resentida y dolida luego de que, y con justa razón, admitiese que no tenía cabida y que él podía ser aún peor o hacer cosas peores. Salió de la recámara la tarde del día siguiente y se dirigió al jardín, decidió que lo mejor sería evitar al Emperador por la vergüenza que sentía de sí mismo. Tomó asiento en una banca de piedra blanca, dejó que el sol le acariciara la piel mientras se relajaba. Lamentablemente ese no parecía ser su día de suerte.

- Al fin dejas que Apolo vea tu rostro –comentó Jimin entrando también en el jardín-. Tu doncella me informó que estabas aquí.

Jungkook no decía nada, no lo miraba y eso le hizo creer al Emperador que aún estaba molesto con él. Jimin le tendió el cofre pequeño de madera que tenía en sus manos, Jungkook lo recibió con duda.

- Espero que puedas perdonarme.

El doncel abrió el obsequio de perdón encontrándose con un collar hermoso, era una esmeralda en corte ovalado con detalles metálicos al rededor en forma de dos círculos, uno más pequeño y cercano a la joya que otro, que se unían a las figuras de tres rosas a cada lado y de ahí la cadena.

- Es hermoso.

- Permíteme.

El Emperador tomó el collar dispuesto a que Jungkook lo luciera, lo abrochó alrededor del delgado cuello. Lucía muy bien el contraste de su blanquecina piel con el color de la piedra preciosa. Jungkook, a modo de agradecimiento se acurrucó contra el pecho del alto.

- No debí ser tan irracional, lo siento.

- No debí ser desconsiderado con tus sentimientos.

- Emperador –entró en el salón uno de los sirvientes de la casa-, tiene audiencia con los Señores de Tebas y Delfos.

- A veces odio ser el Emperador –le susurró a Jungkook antes de besarlo y marcharse.

•••

Un tierno muchacho de mejillas regordetas y ojos rasgados estaba en la recámara del príncipe de Grecia, en su lecho con nada que lo cubriese mientras que Hoseok se encargaba de penetrarlo con fuerza. El joven trataba de acallar sus gemidos cubriendo con su mano su boca, no podía dejar que alguno de los sirvientes se enterara o, mucho peor, la esposa de su amante.

- Hoseok... por favor... ahg ¡Ah!

- Oh, Tae...

Hoseok salió del interior cálido del tutor de su hijo cuando el orgasmo le impulsó a descargar su semilla en el pequeño, y entre jadeos se recostó a su lado abrazándolo por la cintura. Ambos estaban muy agitados y necesitaban tomar un respiro. Taehyung se dejó hacer mimos por Hoseok; sin embargo, algo no dejaba que su conciencia estuviera tranquila, y era el hecho de que por primera vez intimaban a plena luz del día y en el Palacio, era demasiado riesgoso. ¿Y si Jenni aparecía? ¿y si un sirviente entraba y los encontraba en tan comprometedora situación? Su dilema estaba envuelto en y si y peros .

- Debería irme ya.

- ¿Tan rápido ansias dejar mis brazos? –trató de Bromear Hoseok pero no tuvo el resultado esperado, especialmente al notar el triste rostro de Taehyung.

- Si me quedo más tiempo aquí alguien podría venir, y el que tendrá más problemas seré yo.

El doncel tomó su túnica del piso de la recámara y comenzó a colocársela a pesar de sus torpes dedos que estaban temblando. El príncipe lo increpó con la mirada y entonces habló.

- Supongo que igual WooBin te ha de estar buscando, de todas formas ya le quité bastante tiempo contigo.

Taehyung le dio un beso en la mejilla y una sonrisa para tranquilizar al otro, no quería que se preocupara por sus problemas, aunque estos fueran netamente por causa de Hoseok. Si bien decidió no decírselo para no hacer gran alboroto, aunque sí se cuestionó si estaba siendo egoísta.

- Tomaré un baño e iré con Woo –le informó Taehyung al terminar de calzarse las sandalias.

- ¿Y si disfrutas de un baño conmigo?

- Ambos sabemos lo que ocurrirá si accedo. No, debo ir a asearme y a ver a tu hijo.

Dicho esto el doncel se retiró de la alcoba con cuidado de no ser visto por ningún sirviente y fue a su habitación del palacio para tomar un baño que retirase los fluidos de su cuerpo, después de todo nada peor de lo que ya le sucedía podía ocurrir. Oh, su mente era un lío. Al terminar, se vistió con una túnica limpia y fue al salón de estudio donde seguramente desde hace más de una hora debía esperarlo WooBin. Por supuesto que no esperó entrar ahí y encontrarse también con la madre de su alumno, parecía furiosa.

- ¿Es esta tu idea de educar a mi hijo, dejarlo esperando por más de una hora a que tú te dignes en llegar?

- En verdad lo siento, Señora, se me hizo algo tarde...

- No me importa en que entretuviste tu triste vida, sólo te recuerdo que eres el institutriz de mi hijo y deberías darle clases, no vagar por ahí –la fémina abandonó la estancia dándole un tiempo para respirar a Taehyung.

- ¡TAE! –saltó el pequeño WooBin a sus brazos.

- Oh, Woo, perdóname por llegar tarde.

- No hay problema, pero como recompensa deberás jugar conmigo –chilló emocionado-, y me dejarás llamarte "mami".

Oh no.

En la cena de esa noche, Taehyung volvió a tomar su lugar a lado de WooBin en la mesa desplazando a la madre biológica del niño a sentarse junto a Jungkook quin esa noche decidió lucir el collar que le regaló el Emperador. El doncel tutor le dio de comer un bocado de carne de cordero al niño junto a unas cuantas verduras de las cuales WooBin no era fan.

- No fue tan malo, ¿o si? –cuestionó Taehyung.

- No, están ricas, mami.

Y eso sólo fue un problema.

- ¿A quién acabas de llamar madre, WooBin? –preguntó molesta Jenni- Ese vulgar doncel no es tu madre, yo lo soy –estaba a pocos decibeles de los gritos.

- Pero Taehyungnie es-

- ¡Él no es tu madre, yo lo soy, yo te di a luz! –le gritó asustando al niño.

- No le grites a mi sobrino –ordenó Jimin dando un golpe a la mesa-. Y respecto a tu argumento, sí tu lo diste a luz pero no pudiste esperar a que cumpliera el año para dejarlo a cargo de Taehyung; tu hijo no tiene la culpa de considerar más a Taehyung como una madre que a ti. Te recuerdo que el sí lo quiere.

- No puedes hablarme así –le gruñó.

- Silencio o márchate.

Jimin estaba alterado, molesto y tenso así que Jungkook le tomó de la mano para tratar de tranquilizarlo, le acarició el dorso con la yema de los dedos, y realmente ayudó. Era increíble cuan fácil podía influenciar el uno en el otro. Podría ser peligroso a niveles insospechados. Curioso, nunca nadie explicó cuan peligroso el amor podía ser.

- ¿Papi, por qué ella se enojó con mami? –le preguntó a Hoseok.

- Porque está celosa del amor que siente papi por mami –le susurró al oído.

A los Pies del Emperador (Jikook)[Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora