04. Nuevo trabajo

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— Benjamín, que raro verte aquí.

— Lo mismo digo, ¿vienes porque metiste solicitud para trabajar aquí?

— Efectivamente, ¿tú también? —el asintió— supongo que si ambos conseguimos el trabajo pasaremos más tiempo juntos.

— Si —hubo un pequeño silencio— en fin, ¿quieres que te acompañe y así nos vamos juntos?

— Está bien.

La idea de tener la posibilidad de pasar más tiempo juntos no es algo que me agrade mucho pero también me agrada un poco, muy bipolar de mi parte ya se pero es mi alma gemela, claramente pasaremos mas tiempo juntos y espero no pase a más de una amistad, si es que la llega a haber.

Los dos caminamos hasta recepción donde estaba una señora joven bien arreglada escribiendo en su computadora.

— Señor Wadsworth, ¿ya se perdió? —preguntó sin dejar de ver la pantalla de su computador pero al quedarnos en silencio ella volteó— oh discúlpeme, ¿en que puedo ayudarla?

— Buenos días, vengo porque mandé una solicitud y me han mandado aquí para saber que puesto tendré.

— Oh si, en el piso doce verá una gran puerta transparente frente a usted y ahí le dirán cuándo pasará a qué le hagan su entrevista.

— Muchas gracias —contesté con una sonrisa.

— No hay de que — los dos nos acercamos de nuevo al elevador y esperamos a que llegara.

— Que casualidad que ambos quedáramos en el mismo lugar, de tantos trabajos qué hay en la ciudad estamos aquí los dos —dijo.

— Somos almas gemelas, supongo que tenía que pasar.

Las puertas se abrieron y Benjamín me dejó pasar primero, éramos los únicos en el elevador y hubo un silencio en el recorrido al doceavo piso.

— Suerte —me dijo una vez afuera del elevador.

— Gracias, igual para ti —contesté con una pequeña sonrisa mientras abría la puerta que me habían mencionado antes.

Detrás de la puerta había una mesa muy larga con bastantes sillas a su alrededor, algunas personas ya estaban sentadas viendo todo a su alrededor muy nerviosos, Benjamín y yo tomamos asiento juntos.

— Todos lucen nerviosos, ¿tú lo estás? —se acercó susurrando.

— No mucho, bueno si, solo un poco —contesté rápido y el soltó una pequeña risa— no te burles, es mi primera vez en un trabajo.

— No me burlo lo juro, me dió ternura ese gesto que hiciste de las cejas.

— ¿Cuál? —volteé a verlo confundida.

— Ese mismo —sonrió y solo reí— pero tranquila, si demuestras tu talento te irá genial.

— Fácil.

Benjamín sonrió y en eso entró una mujer, alta bien arreglada y el cabello sujetado, se paró frente a nosotros en un extremos de la mesa y todos guardamos silencio.

— Buenos días a todos, me presentaré, soy Liliana y estaré con ustedes el día de hoy aplicándoles una serie de prácticas para asignarles un puesto; frente a ustedes tienen una iPad donde harán un pequeño corto, las indicaciones están ahí mismo, terminando el corto entran a contestar unas preguntas y con esto terminaríamos la parte digital, ¿alguna pregunta? —todos negamos— perfecto, pueden iniciar.

Todos regresamos la vista a los pequeños aparatos, encendí el mío y entré a la aplicación para hacer mi primer boceto del corto, leí las instrucciones y tenía que hacer un corto de un minuto por lo menos y máximo como dos, debía de tratar sobre la empresa y el beneficio de esta empresa. Me mordí la mejilla por dentro pensando en cómo puedo hacerlo hasta que se me ocurrió algo y empecé a trazarlo en la tablet, el lugar estaba en silencio y solo se escuchaban los tecleos de las personas.

Una hora después había terminado el corto y empecé con el cuestionario, al cabo de dos horas después todos habían terminado, entregamos nuestro proyecto final conforme iba pasando Liliana por la mesa.

— Perfecto, en un momento de les dará su resultado —la mujer salió con todos los aparatos en manos y hubo un silencio en la sala.

— Hoy estuvo sencillo —comenté en voz baja.

— Hoy si, deja que mañana empieces y verás como no es tan fácil.

— Tu déjamelo a mi, verás como será muy fácil —contesté segura de mi misma y Benjamín volteó mirándome con una sonrisa.

Estuvimos cuarenta minutos esperando en la sala y Benjamín y yo charlamos en ese rato y resulta ser un chico muy agradable y divertido.

— Conforme vaya nombrándolos les daremos sus resultados y podrán retirarse —dijo de la nada Liliana apareciendo por la puerta con varios sobres— Lee Smith —se levantó un chico y nervioso tomó su sobre y salió de la sala y así fueron mencionando a algunas personas— Maxinne Scott.

Me levanté del asiento y tomé el sobre, salí de la sala aún con el sobre en manos sin abrir, esperé un minuto para que saliera Benjamín.

— ¿Qué tal, ya viste tu resultado? —preguntó.

— No, quería esperarte.

— Bueno, ¿te parece si lo abrimos juntos? —asentí, ambos abrimos el sobre y empezamos a leer en nuestra mente.

No puede ser, este puesto es buenísimo.

— ¿Qué te salió? —pregunté ocultando mi hoja para que el no viera antes de que yo pudiera decirle.

— Tú primero.

— Yo te pregunté primero.

— Bien, al mismo tiempo nos enseñamos, ¿vale? —asentí— uno, dos... tres.

Sacamos nuestras hojas para que quedaran juntas y así pudiéramos ver al mismo tiempo, empecé a leer... wifigksks ajá jsfkkddj oh, nos toco el mismo.

— Nos tocó el mismo —dije volteando a verlo con una sonrisa.

— Tienes toda la razón, según lo que me han dicho es difícil ese puesto, puede que te fracases si te va mal.

— Ni en tus sueños me vas a ver fracasando —contesté guiñando un ojo, el rió y me comencé a alejar.

— El elevador está del otro lado —gritó Benjamín riendo.

Me di la vuelta pasando a su lado tratando de verme seria y no querer reírme.

— Como dije, nunca me verás fracasar.

Escuché la risa de Benjamín y empezó a caminar detrás de mi hasta llegar a mi altura, llegamos al elevador y lo llamé, y en cuestión de segundos ya había llegado, entramos junto con otras personas hasta llegar al estacionamiento.

— Bueno, nos veremos mañana entonces —dijo caminando lentamente a su auto sin dejar de verme.

— Así es —respondí con una pequeña sonrisa y vi cómo empezó a acercarse más a su auto y ahí me nació una idea muy rara— espera —volteó confuso una vez que abrió la puerta de su auto— si no tienes algún compromiso ahorita quería saber si quieres ir a comer, juntos.

— Eso me agradaría mucho —contestó con una sonrisa.

— ¡Genial! Ehh, digo... esta bien, ¿sabes de algún lugar? Porque la verdad aún no conozco por aquí —reí nerviosa pasándome la mano por la nuca.

— Si, ¿qué te gustaría?

— ¿Te gusta el sushi? —el asintió convencido.

— Si quieres seguirme, no esta muy lejos de aquí.

— Perfecto... entonces yo te sigo —caminé al auto y una vez dentro empecé a seguir a Benjamín.

Que tonta, estaba nerviosa y ni hay razón alguna para estarlo.

Llegamos diez minutos después a un restaurante de sushi, ambos estacionamos el auto y bajamos de el, nos acercamos a la entrada y una chica nos asignó una mesa en el segundo piso, asiento de cabina pegado a la gran pared de vidrio dejando ver unas palmeras y la calle con gente caminando muy tranquilamente. Nos sentamos frente a frente mirando el menú, la chica tomó la orden y se fue.

— Y bueno, cuéntame un poco sobre ti.

littlewadsworth

𝐒𝐨𝐮𝐥𝐦𝐚𝐭𝐞 benjamin wadsworthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora