05. Un brindis

1K 59 6
                                    


— Bueno, yo tengo veintitrés años y desde los dieciocho he estado viviendo con Louis en un departamento que ambos compramos una vez que terminamos la preparatoria y aquí en Los Ángeles empecé a estudiar diseño gráfico ya que es algo que me llama mucho la atención y la gente de mi alrededor dice que tengo talento para eso, me gusta mucho tocar la guitarra, salir con mis amigos y viajar aunque solo he salido del país dos veces.

— Eso es genial, ¿a dónde has ido?

— A los trece fui a México con mi familia y dos años después fuimos a Canadá.

— Asombroso, ¿cuál es el lugar que más te gustaría visitar?

— Me gustaría visitar Paris, pero a la vez me llama mucho la atención Cancún y sus alrededores.

— Dicen que las playas de ahí son hermosas —comenté.

— Lo son, una vez que haya tenido un rato trabajando y tenga vacaciones iré, pero bueno, ahora tú cuéntame sobre ti.

— Bueno, yo tengo veintidós años y siempre he vivido en Londres con mis padres y mi hermana menor, mi adolescencia y niñez ha sido de todo menos normal desde el día que conocí a Blair; siempre me sacaba a fiestas aunque yo fuera menor de edad y hacía de todo hasta que entré a la universidad gracias a mis calificaciones casi perfectas, desde que entré seguí haciendo lo mismo pero más a escondidas hasta que conocí a Louis y todo eso quedó en el pasado.

— Vaya, si que las apariencias engañan, pero que bueno que hayas mejorado.

— Si... Louis fue un rayo de luz y es una de las razones por la que lo quiero tanto.

Benjamín

Esto es raro, Louis lo es todo para ella y ella para el, no entiendo como es posible que no sean almas gemelas; pero no, tenía que ser la mía, justo la novia de mi mejor amigo. Y no me malinterpreten, no me quejo de que una chica tan bonita y buena persona sea mi alma gemela pero ¡es la novia de mi mejor amigo! esto es malo.

______

La comida llegó y antes de empezar a comer fuimos al baño a lavarnos las manos, regresamos a la mesa y ahora si comenzamos a alimentar nuestro cuerpo.

Yo empecé a comer con los palillos pero noté como Benjamín solo estaba mirando su comida sin tener intención alguna de comer.

— ¿Qué pasa? —pregunté una vez que tragué un pedazo de arroz.

— No se usar los palillos chinos —confesó con una sonrisa inocente.

— Me hubieras dicho desde antes, ¿quieres que te muestre? —el asintió— bueno, vas a colocarte los palillos en tu mano dominante de esta manera.

Los acomodé en mi mano para que el imitara la acción y parecía tan concentrado en ella pero no lo lograba.

— Así —me incliné en la mesa para quedar más cerca de él y toqué su mano con la mía, el volteó a verme pero procuré ponerle más atención a lo que estaba haciendo yo.

Puse los palillos entre sus dedos y le di las indicaciones para tomar un rollo y poder comérselo sin que se rompa.

— Bien, así es —dije una vez que el tomó un rollo con los palillos.

— Siento que se me va a caer —dijo nervioso subiendo lentamente el rollo hasta su boca y antes de que entrara a su boca se movieron los palillos causando que el rollo se rompiera.

Por instinto acerqué mi mano para que los restos cayeran en mi mano pero no me di cuenta de lo cerca que estaba de su rostro; el me observó y sin necesidad de ver sus labios vi en su mirada una sonrisa, reaccioné unos segundos después y me volví a acomodar en mi asiento dejando los restos encima de una servilleta.

𝐒𝐨𝐮𝐥𝐦𝐚𝐭𝐞 benjamin wadsworthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora