~Capítulo 3~

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Los grises pasillos de Cherryton se iluminaban gradualmente gracias a los rayos del sol del amanecer. Ese día en particular el sitio estaba repleto de alumnos.

Deslizándose entre la multitud, a paso lento y con su bolso colgado al hombro, se hallaba un lobo gris.

Usualmente evitaba oír conversaciones ajenas, pero aquel día le fue imposible, y más aún cuando todas las voces señalaban a su persona. Desde que había entrado no había parado de escuchar murmullos y susurros sobre el, y no eran precisamente amigables. Aún así continuaba avanzando, pues no se iba a detener para recriminarles. Sin embargo la curiosidad comenzó a picarle. ¿Por qué de un día para otro era el blanco de todos?

La cosa no mejoró al entrar al salón. Un grupo de chicas, lideradas por la loba Juno, le dirigió una fría mirada que lo incomodó significativamente. Rápidamente apartó la vista y se acomodó en su lugar junto a la ventana para posteriormente sacar un libro de su mochila y dedicarse a leer. Aún sentía la pesada mirada mirada de la loba; las otras dos, Ellen y Els, se entretuvieron charlando entre ellas.

Fue ahí cuando una voz se filtró entre todos los murmullos y llegó hasta los oídos del lobo. Allí estaba Haru, con una chaqueta azul algo grande para ella. A lo mejor pertenecía a su madre o a alguna amiga.

Ni bien dijo «¡Hola!» Juno se aproximó a ella a paso apurado, y con voz severa le dijo:

—¡Haru! ¡¿Cuál es tu relación con ese tipo?!

La loba ni siquiera intentaba ser discreta. Haru le sonrió dulcemente, intentando evadir la pregunta de algún modo.

El lobo observaba desde la distancia como las tres chicas iniciaban una especie de interrogación, intentando recolectar información. Pronto desvío la mirada con intenciones de seguir leyendo, pero alguien se sentó frente a el llamando su atención.

—Oye, ¿eres cercano a Haru, no?

Observó con detalle al estudiante frente a el: un labrador retriever que transmitía una extraña alegría en su habla. Tenía puesto un saco verde arremangado hasta los codos y ,debajo de este, el uniforme obligatorio de Cherryton. Recordaba haber tenido alguna que otra conversación casual con el en la biblioteca o en el mismo salón. A priori podía decir que era de los más listos de la escuela, pero a veces bastante flojo. Si su memoria no le fallaba, su nombre era Jack.

—Al parecer los vieron juntos ayer —continuó el labrador.

—No realmente. Simplemente nos cruzamos por coincidencia —dijo sin apartar la vista de su libro.

—Ya veo... —comentó al tiempo que arqueaba la espalda y estiraba sus extremidades.

De su bolsillo sacó un pequeño paquete color rosa de chicle y, luego de llevarse uno a la boca, estiró la mano hacia el lobo.

—¿Te apetece un chicle?

—No, gracias. Estoy bien.

—Bueno, cuéntame si pasa algo interesante. —culminó para luego retirarse a otra sección del aula.

Un par de mesas a la distancia, Ellen y Els continuaban sermoneando a Haru.

—Escúchame bien, hay chicos mucho más interesantes que podemos presentarte. —decía Ellen.

—Tiene razón, estás muy fuera de su alcance.

Cansada de lo mismo, Haru trataba de convencer a sus amigas de que la cosa con el lobo no iba por ese rumbo, pero ellas, insistentes, continuaban recomendándole con quién salir. Cada vez que conocía a algún chico era imposible huir de los sermones de aquellas tres.

Quiero comerme tu páncreas: [A.U] BEASTARS Legoshi x HaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora