El día del alta había llegado. El canino fue despertado con una notificación en su teléfono; un correo de la coneja que le informaba que, al medio día, por fin le darían el alta. Eso bastó para hacerle esbozar una sonrisa a sabiendas de que por fin volverían a sus andanzas. El resto del mensaje era una invitación para ir a almorzar apenas saliera del hospital, como una forma de celebración. No dudó en contestarle, confirmando su asistencia.
Se levantó emocionado, acomodando rápidamente su cama y vistiéndose mas o menos formal para la ocasión. Se decidió por una camisa azulada, muy similar al color de su pelaje, y unos cargos beige.
Algo en su cama llamó su atención: el libro que había estado leyendo la noche anterior, "El fantasma de Canterville", cuyo contenido había sido leído hasta el final. Cuando fue a colocarlo en su librero pudo darse cuenta de que ya no le quedaban más libros por leer.
Excepto uno: "El principito", el que la coneja le había prestado.
El ejemplar de tapa azul reposaba solitario en una repisa, donde tiempo atrás fue colocado. Finalmente podría comenzar a leerlo.
Al tomar el libro entre sus manos, observó la portada y se detuvo un momento para apreciar la ilustración. Recordó entonces la conversación que tuvo con Haru, en la que ella le contó lo mucho que le gustaba ese libro. Sin duda debía tener algo especial, tomando en cuenta que logró captar la atención de alguien a quien no le gustaba leer.
Al husmear la primera página, una nota escrita por Haru se deslizó, ondulando repetidamente por los aires y aterrizando suavemente en el suelo. Reconoció la letra al instante y se agachó para recogerla.
"Espero que te guste tanto como a mi💗"
Agradeció la nota. Sentía que ese gesto era un recordatorio del aprecio que habían ganado el uno por el otro y de lo mucho que había avanzado su curiosa relación.
No se dio cuenta de la sonrisa que se le formó en el rostro. Se sentía agradecido por poder adentrarse en esa obra que tanto significaba para la chica, y presentía que al leerlo estaría compartiendo una experiencia única con ella.
Sin embargo debía esperarse, ya que en ese momento tenía que bajar a desayunar.
Abajo en la sala lo esperaban una humeante taza de café y un plato de tostadas francesas que su abuelo Gosha había preparado. Ambos se sentaron en la mesa en silencio, hasta que el reptil decidió hablar.
―Dime Legoshi ―el canino dejó lo que estaba haciendo y le prestó atención ―Tienes novia, ¿cierto?
La pregunta ciertamente lo tomó por sorpresa, haciéndolo tragar en seco un trozo de tostada.
―¿Y eso por qué? ―preguntó con dificultad.
―Noté que últimamente actuabas mas positivo de lo normal. Me llevó a pensar que, a lo mejor, habías encontrado a alguien especial.
El canino se quedó incrédulo mirando hacia cualquier lugar que no fuesen los ojos de su abuelo.
―¿Me equivoco? ¿Una chica que te guste, entonces? Sea como sea, deberías traerla a casa algún día.
La mente del canino cuestionó si era propicio confiarle esos sentimientos a su abuelo. Bueno, en cierta forma supuso que lo comprendería, ya que el reptil había forjado una relación interespecial con la abuela de Legoshi, una loba. Pero su caso era diferente; Haru era una herbívora, y una muy pequeña. A lo mejor lo vería como un depravado. Por el momento lo mejor era guardar el secreto.
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Quiero comerme tu páncreas: [A.U] BEASTARS Legoshi x Haru
FanfictionUn tímido y solitario estudiante encuentra por casualidad un diario titulado "Viviendo con la muerte", escrito por Haru, su compañera de clases. En el relata que padece una enfermedad del páncreas y que le queda poco tiempo de vida. Así es como la a...