Capítulo 5

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La habitación de siempre, luz tenue y en la cama esta él. Es el mismo sueño desde hace varios días, en cuento cierro los ojos mi mente me transporta hasta este lugar.

Entro por la ventana entreabierta y al verme se levanta acercándose, lo único que llevo puesto es un pantalón suave de lino, lo único que lleva puesto él es un pijama de seda negro.

-Te esperaba – me dice mientras me arrastra hasta la cama. Lentamente desliza mis pantalones por mis piernas dejándome desnudo ante él. Después retrocede un paso para poder mirarme con la lujuria pintada en su preciosa cara, solo él sabe hacerme temblar de deseo.

Se acerca y acaricia mi cintura mientras me besa suavemente. Desliza sus manos por mis costillas hasta presionarlas contra mis caderas, tirando levemente para acercarme más a su cuerpo, la sensación del sedoso pijama que lleva contra mi piel es tan erótico.

Un jadeo escapa de mis labios, sube las manos hasta mis pezones y abandona mi boca para centrarse en ellos, los chupa, los muerde y los lame sin descanso, sin dejar de apretarme contra su duro cuerpo.

-¡Dios, Ohm! – casi no puedo pensar, es demasiado intenso.

Me sienta en la cama, se arrodilla ante mí y sigue sus atenciones con mis pezones que están duros como piedras. Poco a poco sus manos recorren mi espalda hasta colarse entre mis piernas, sus dedos rodean mi erección con una suavidad que me hace gritar de placer.

Sus manos y su boca haciéndome enloquecer, su cuerpo apretado contra el mío es tan perfecto, todo parece tan real que no quiero despertar.

Me recuesta sobre las sábanas blancas y sin previo aviso su lengua rueda por mi pecho hasta mi ombligo y después mi polla acaba en su boca con un movimiento suave. No puedo para de retorcerme bajo el torbellino de sensaciones que Ohm provoca en mí.

-Ohm... por favor – elevo un poco mis caderas para hacer más profunda mi intromisión.

Sus manos elevan mi trasero y un dedo húmedo toca mi entrada y yo me estremezco con fuerza, es demasiado, mi polla en su boca y sus dedos dentro de mi cuerpo, necesito correrme.

-Dime lo que quieres – la mirada que me regala es salvaje.

-Necesito... necesito correrme, no puedo más – no puedo hilar una frase coherente.

Sus dedos entran y salen de mí salvajemente, cada vez más rápido, cada vez más fuerte. Sus preciosos ojos negros no dejan de observarme y yo me quedo hipnotizado por ellos, es como si un hilo invisible nos atara.

Ya puedo sentir mi orgasmo formarse en la base de espalda, me recorren latigazos de placer inmensurables por todo el cuerpo. Entonces Ohm aumenta el ritmo y la profundidad de su penetración haciendo que me rompa en mil pedazos sobre la cama. Mi orgasmo me eleva hasta el infinito y luego me deja caer en una nube de placer.

Me siento exhausto pero tan satisfecho que no tengo fuerzas ni para decir nada. Abro los ojos y los suyos me devuelven una mirada del color de la sangre, tan intensa y extraña pero a la vez tan hermosa. Supongo que debería estar aterrado pero extrañamente me siento como en casa.

Ohm baja su cabeza y la esconde en la curva de mi cuello, sus labios rozan mi piel produciéndome escalofríos. De repente siento como sus dientes se clavan en mi carne, me está mordiendo y duele mucho. Oigo como succiona a través de la herida de mi cuello, mi sangre bombea a toda velocidad por mis venas. Me siento mareado y muy débil, esto no está bien, tengo que despertar.

¡Muévete, despierta, ahora!

Salgo de mi sueño convertido en pesadilla con la respiración agitada y el sudor recorriendo mi cuerpo.

¡Mierda!, ha sido tan vívido, que me acerco al espejo y miro mi cuello. No tengo marcas pero siento un extraño ardor como el que sentí en el sueño.

No puedo seguir obsesionado con Ohm, tengo que parar de pensar en él, tengo que controlar esto que me está pasando. Pero en el fondo sé muy bien que es más fácil decirlo que hacerlo.

Instinto y deseo - OhmFlukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora