Capítulo 30

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Harry

Sábado 20 de Enero, 2014.

Mi vida sin Louis no tiene ningún sentido, él es la única luz que me guía, el único oxígeno que respiro y la única razón por la que sigo vivo, no hay nada más.

Debería ser yo quien se quita la vida. Juro que ya no puedo soportar esto, no puedo soportar ver al amor de mi vida autodestruirse porque no se siente lo suficientemente fuerte para salir de esto.

Mamá y yo llámamos una ambulancia esa noche y lo llevamos al hospital más cercano. Lo trasladaron en helicóptero a Nueva York para que lo salvarán y Liam se hiciera cargo después. Zayn nos acompañó apenas le avisé.

Le hicieron cirugía de urgencia ya que pudieron controlar el sangrado, dijeron que si hubieramos tardado cinco minutos más habría sido imposible salvarlo.

–Harry, ya puedes pasar —dice Liam llegando junto a mí—. Está un poco más estable y tranquilo.
–¿Me recuerda? ¿Todo está bien?
–Sí, despertó hace unas horas y ya está estable, necesita ver un rostro conocido y tú mejor que nadie puedes hacerlo sentir bien, le avisé a Jay y está de acuerdo en que pases primero. Después de eso tendré que hacerle unos estudios mentales.

Asiento en agradecimiento y por fin me dejan pasar a ver a mi prometido, postrado en una camilla desde hace tres días, despertando recién del coma.

–Hola —digo tímidamente apenas he entrado—. ¿Cómo te sientes?
–Me duele todo.

No me mira en lo absoluto y mantiene su vista fija en el pequeño bulto que forma la cobija en sus pies mientras juguetea un poco con la bata de hospital que le cubre el cuerpo.

–Liam dijo...
–Lo lamento, Harry —me interrumpe llorando—, perdóname de verdad lo siento.
–Lou, tranquilo.
–No, no, no es que no debí hacer eso, tu solo te portas bien conmigo, tratas de cuidarme y estar al pendiente de mi, no te mereces que te preocupe de esta forma.

No sé cómo debería sentirme, he hecho mucho por Louis pero es por qué lo quiero, y volvería a hacer todo de nuevo si fuera necesario. Solamente no quiero que se sienta responsable de nada.

Miro su carita arrepentida y su preocupación por saber lo que voy a decirle me hace hablar.

–Vamos a posponer la boda —digo en tono dulce—, comenzarás a trabajar cuando Liam lo indique y esta vez no voy a dejarte ni un instante.
–¿Entonces me perdonas? Juro no nos haré daño de nuevo.

Este chico es lo más dulce que pudo llegar a mi amarga vida en el momento indicado.

–No tengo nada que perdonarte, pequeño Lou —respondo dejando un corto beso en su frente—. Vamos a lograrlo.









8:30p.m.

Jay y mi madre me han dicho que me vaya a descansar, pero les he repetido infinidad de veces que no, que no me voy a alejar de Louis y esta vez lo voy a cumplir.

–Harry, necesito hablar contigo, cariño —dice Jay haciéndome una seña para que la siga.

Me pongo de pie y la sigo hasta la máquina de dulces en dónde se recarga junto a la pared cruzándose de brazos.

–Sé cuánto amas a Louis, pero creo que tiene razón —dice sin más, logrando confundirme un poco.
–¿Razón en qué?
–¿No crees que esto te está afectando demasiado? —pregunta acompañado de un suspiro— Es decir, comprendo que es difícil para ti el hecho de que Louis tenga este tipo de... Cambios drásticos de comportamiento.

Ya sé a lo que quiere llegar, pero no sé cómo decirle que se está equivocando.

–No sé cómo decirte esto sin que se escuche cruel, Harry —dice rendida—. Sólo no quiero que te sientas obligado a estar con Louis.
–Jay, le agradezco mucho que se preocupe así por mi, de verdad —digo sincero—. Pero lo único que quiero es ver bien a Louis, y sé que alejarme de él no es una opción para ninguno de los dos. No voy a decirle que esto no es preocupante porque lo es, pero no voy a dejarlo en un momento como éste.

Estoy a punto de continuar hasta que llega Fizzy junto a Lottie, quienes me saludan con un gesto de la mano y una casi invisible sonrisa.

–Mamá, el doctor quiere hablar contigo —menciona Lottie algo apenada por haber interrumpido.
–Esta bien, cariño en seguida voy —responde antes de mirarme de nuevo—. Piensa lo que te dije, Harry, te queremos muchísimo, y tomes la decisión que tomes nunca dejaremos de hacerlo y siempre estaremos agradecidos contigo por lo que has hecho por Louis.

Sonríe antes de irse mientras Lottie la sigue.

–No la escuches —dice Fizzy junto a mi—, no sabe lo que dice.
–¿Ah no?
–No, cree que es mejor para ti que dejes salir adelante a Louis por él mismo, cree que es mejor para ambos, pero no es así.
–¿Cómo es que estás tan segura?
–Si tu quisieras alejarte de Louis ya lo habrías hecho —responde simple—. Y de ser así él no estaría tan bien como lo está ahora.
–Félicité, acaba de despertar del coma porque intentó suicidarse. ¿Crees que eso es estar bien?

Tiene apenas 16 años, no sabe lo que dice exactamente.

–Eso fue un impulso por su alucinación —dice restándole importancia—, lo hizo porque dejó de sentirse capaz de controlar su mente, no porque no quisiera seguir viviendo. El problema es que a veces asumimos cosas que creemos que las personas quieren que creamos.

Para tener la edad que tiene, es bastante madura.

–Ajá... —espero a qué continúe porque quiero que aclare la idea a la que quiere llegar.
–Mamá quiere que te alejes de Louis porque cree que a ustedes se les puede pasar la idea por la mente de que es lo mejor para ambos —ejemplifica—, pero eso no es lo que ustedes quieren.
–Y tú crees que nosotros no queremos eso, así que tu también lo estás asumiendo.

Sonrío al jugar un poco con su mente y me devuelve el gesto antes de dar un trago a su botella de agua para después continuar.

–Yo no estoy asumiendo, yo estoy segura de ello —presume con una sonrisa.
–Y efectivamente estás en lo correcto.

Nunca había tenido la oportunidad de hablar con Fizzy. Louis siempre presumió que de todas sus hermanas, era ella con quién mejor relación tenía; ahora entiendo porque.

–Louis sólo necesita saber que estarás para él cada vez que se sienta débil —menciona con la mirada pérdida—. A veces la depresión y la ansiedad te hacen sentir que en realidad necesitas de alguien, cuando lo único que necesitas es amor propio.
–Pero es más sencillo si una persona te ayuda a darte cuenta de ello; si te ayudan a darte razones para que te ames.

Sonríe ante mi pronta respuesta y asiente.

–A veces todos necesitamos un Louis o un Harry en nuestras vidas.

Es una niña muy tierna y cuando estoy a punto de hablar para agradecer el cumplido, se apresura a hablar y continúa.

–Yo ahora tengo un Niall —dice con una sonrisa tímida.
–¡¿Niall?! —pregunto evidentemente sorprendido— ¿Tú y Niall tienen algo?
–Es muy lindo, y me ha hecho ver cosas de las que tal vez me hacía falta darme cuenta.

Miro en la misma dirección que ella y puedo darme cuenta de que está mirando al rubio en una esquina del hospital revisando unos papeles.

–Me alegra saber que te hace feliz —digo sincero—. Es un chico agradable.
–Lo es, pero por el momento no se lo digas a mi hermano, va a volverse loco cuando lo sepa.
–Esta bien, no le diré nada —le aseguró con una pequeña risita.

Ambos comenzamos a caminar en dirección a la sala de espera y me detiene del brazo antes de que logremos sentarnos en el largo sofá.

–Harry, no dejes a mi hermano —pide amable—. Te necesita y no importa cuántas personas te lo digan ni cuántas veces lo hagan, sólo ustedes saben lo que tienen y lo bien que se hacen estando juntos.
–No lo haré, y no importa cuántas veces me lo pidan, incluso él mismo, siempre estaré a su lado.

Sonríe satisfecha y termina nuestra conversación dándome un cálido abrazo.

Cada vez me convenzo más de que no quiero separarme nunca de Louis. Quiero pasar mi vida entera a su lado sin importar las circunstancias.

Always In My Heart ≈Yours Sincerely, Harry≈ [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora